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Francisco Soto para El Observador
Estamos en un entorno económico y cultural completamente dinámico y transformador. Lo que ayer tenía valor, hoy está en duda y mañana estará obsoleto. Los paradigmas que antes tenían una validez de años, ahora no se sustentan en el tiempo.
Los cambios siempre son mucho más rápidos que la capacidad de las organizaciones para adaptarse a estos. Uno de los principales objetivos de las organizaciones tiene que ser el intentar minimizar esa diferencia entre lo que el entorno económico que se le exige y lo que realmente esta puede dar, aquí es donde el personal cualificado con las mejores competencias laborales juega el papel central.
El crecimiento de las organizaciones requiere medidas impulsoras y de cambios constantes que favorezcan esta aceleración del personal cualificado.
Los retos asociados a esta nueva situación implican gestionar entornos muy exigentes y desconocidos y en muchos casos sin saber bien la manera de hacerlo. Se requiere de una agilidad y adaptabilidad prácticamente desconocida hasta ahora, las competencias laborales juegan un gran papel.
Las organizaciones se movilizan a modelos de negocios flexibles, ágiles y horizontales. ¿Pero cómo puede actuar en un entorno tan complejo y volátil?
Destacaría 4 claves que considero básicas:
1.- Capacidad de adaptación al cambio y la rapidez con la que se haga. Se nos exige agilidad, flexibilidad e innovación continua. La experiencia del personal pilar de las competencias laborales, facilitara a la organización a tomar las mejores decisiones, al reducir errores de ejecución anteriores.
2.- Liderazgo basado en el personal. Cada vez más las estructuras rígidas quedarán obsoletas, el personal que trabaje con conocimiento compartido y colaborativo. El conocimiento es la mejora continua de las competencias laborales, entre mejor capacitados este el personal más fácil la toma de decisiones.
3.- Innovación y el uso de metodología ágiles para impulsar el crecimiento. La mejora continua da como resultado ganar en eficiencia y productividad respecto al mercado y la competencia. Aquí es donde las habilidades de las competencias laborales facilitan la mejora, el personal con las aptitudes idóneas siempre resolverán de manera ingeniosa los desafíos.
4.- Centrarnos en las personas y su empuje. Invertir en desarrollo del talento y fomentar la autonomía y la autogestión del personal. Desarrollar y potenciar las aptitudes de las competencias laborales debe ser una obligación para fomentar la creatividad en entornos tecnificados y cambiantes.
Cambiar personas, aunque difícil es posible, es la auténtica revolución y transformación de la que hablamos. La organización que cuenta con el personal con las competencias laborales más calificadas crea un cambio cultural y organizativo en su entorno, transformando el día a día de manera extraordinaria.
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