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Nuevos estándares de calidad marcan la cancha a centros de la Red de Cuido

Hace casi 10 años ya, en la administración de Laura Chinchilla, Costa Rica celebró la creación de la Red Nacional…

Por Manuel Sancho

Tiempo de Lectura: 5 minutos
Nuevos estándares de calidad marcan la cancha a centros de la Red de Cuido
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Hace casi 10 años ya, en la administración de Laura Chinchilla, Costa Rica celebró la creación de la Red Nacional de Cuido y Desarrollo Infantil (Redcudi), nacimiento que se completó con una Ley (9220) y la asignación de presupuesto fijo desde el Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (Fodesaf).

Desde entonces creció, no sin roces políticos y promesas de impulsos. Lo hizo con un pendiente, señalado por la Contraloría General de la República en un punzante informe en el 2015: el Gobierno debe estandarizar el servicio de cuidado infantil en las diferentes alternativas. Ordenó algo básico: tener “normas” en la atención que reciben miles de niños, que todos – públicos y privados – deben cumplir.

Era fundamental y urgente, ante una Red que aumentó de 929 alternativas en abril del 2014 a 1.176 en diciembre del 2017. El 2019 se cerró con más de 1.200 centros, que atendieron a 56.297 niños. Y el 2020 abre con el primer grupo de estándares esenciales de calidad, lanzado por el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) y la Secretaría Técnica de la Redcudi.

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Ajustar a pautas

Tanto un Cecudi, como este de Montes de Oca, u otro tipo de alternativa, deben ajustarse y cumplir con los estándares en áreas como la de alimentación. (Manuel Sancho/El Observador)

Un estándar es una referencia, patrón o modelo, que fija pautas a las cuales se deben ajustar las conductas o productos para ser eficaces, positivos, útiles o confiables. Aportan requerimientos, especificaciones y guías, para que el cuido infantil cumpla su propósito.

Por ejemplo, se irá más allá de solo tener un menú con vegetales o realizar una sesión de pintura con los pequeños; a contemplar un trabajo más completo y exhaustivo. Se medirá la condición óptima de los niños, el estado completo de bienestar físico, mental y social, con datos e información del avance de los beneficiarios.

“Es una métrica, una medición de cómo está ofreciendo Costa Rica servicios de calidad. (…) Tenemos un piso básico, que nos ha regido durante muchísimo tiempo atrás: la habilitación otorgado por el CAI (Consejo de Atención Integral del Ministerio de Salud).

Lo que pretendemos es que de norte a sur del país, el niño tenga acceso a la misma calidad de los servicios. El mismo manejo en temas de seguridad, en temas de relación adulto-niño, en temas de nutrición”, describió Yariela Quirós, directora de la Secretaría Técnica de la Redcudi.

Durante tres años, el Gobierno realizó el proceso. Hizo talleres con más de 400 alternativas en todas las regiones del país. Ahora además de establecer las nuevas bases, con el diagnóstico – una vez que se recolecte más información – se aspira a una acreditación e incluso un expediente de cada menor en la Red.

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Cinco dimensiones con indicadores

Para la evaluación de calidad, se definieron estas cinco dimensiones con sus áreas. (Alonso Solano/El Observador)

Los estándares se plantean en cinco dimensiones con sus respectivas áreas. Definen indicadores y criterios, así como instrumentos necesarios para medir de manera progresiva la calidad de los servicios. Data y números son esenciales, para garantizar el mejor uso de los recursos en una etapa clave del humano: la primera infancia. La Red de Cuido cubre a menores desde los 0 hasta los 12 años.

Todas van enlazadas. Definen cuál es exactamente la condición física que un niño debería tener, midiendo el crecimiento en peso y talla que va alcanzando, al tiempo que valora componentes como el sensorial (agudeza visual y auditiva); salud bucodental y psicomotora básica según su edad.

Esto por citar un caso, de un estándar que se contempla de la siguiente manera:

Niños y niñas con tamizaje de peso y talla, agudeza visual y auditiva, valoración bucodental y valoración del desarrollo psicomotor, aplicados correctamente.

“Los sistemas de cuidado en Latinoamérica y otras partes del mundo, han definido ya los procesos de estandarización de calidad. No estamos inventando una nueva receta. Estamos acogiéndonos a esos procesos de calidad. Posteriormente soñamos con tener este proceso de acreditación voluntaria”, mencionó Quirós.

Dimensiones

  1. Salud y nutrición
    1. Crecimiento y desarrollo
    2. Alimentación
  2. Pedagógica
    1. Acceso a la educación formal e inclusiva
    2. Ambientes de aprendizaje
    3. Planificación, mediación y evaluación
    4. Involucramiento de la familia y la comunidad
  3. Infraestructura y seguridad
    1. Habilitación
    2. Cumplimiento de reglamentos nacionales
    3. Seguridad
  4. Talento humano
    1. Capacitación
    2. Proporción del personal de atención directa por cantidad de niños y perfil académico
  5. Gestión y administración

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Sueño y meta: la acreditación

En diciembre, Gordon Jonathan Lewis, representante de Unicef Costa Rica, destacó el proceso de estandarización de la Red de Cuido, junto al ministro Juan Luis Bermúdez y Yariela Quirós. (Manuel Sancho/El Observador)

La Red de Cuido cubre a múltiples actores, públicos y privados, que atienden a niños en distintas modalidades:

  • Alternativas privadas, que reciben a menores que cuentan con un subsidio del IMAS
  • Centro de Cuido y Desarrollo Infantil (Cecudis) municipales
  • Casas de la Alegría
  • Hogares Comunitarios
  • Centros de Educación y Nutrición y Centros Infantiles de Nutrición y Atención Integral (Cen-Cinai)
  • Albergues del Patronato Nacional de la Infancia (PANI)

Para funcionar, deben contar con el aval del Consejo de Atención Integral (CAI) del Ministerio de Salud. Ahora se irá más allá de esa habilitación legal. Se parte aún sin cifras para los indicadores.

En el momento de esta construcción se definen indicadores sin porcentaje ya que no existe data para proyectarlos; una vez compilados los datos darán la posibilidad de establecer metas científicas e indicadores proyectados a una meta esperada.

Estándares esenciales de calidad

 

Los Cecudi son una de las alternativas de cuido infantil. (Manuel Sancho/El Observador)

Yariela Quirós afirmó que el IMAS ya firmó más de 600 convenios con alternativas privadas que reciben fondos. El siguiente paso será hacerlo con los Cecudis municipales.

En la pasada administración, cuando el hoy presidente Carlos Alvarado inició como ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social y jerarca del IMAS, se dieron fuertes roces por los recursos y cantidad de niños que la Red puede cubrir, sobre todo por los reclamos de los privados.

No es un monto menor. En el 2018, solo el IMAS invirtió más de ¢28 mil millones, para atender a casi 29 mil menores de edad de 19 mil familias. Por eso el Gobierno sueña con una acreditación, en un país donde aún se debate por carreras universitarias sin ese cumplimiento.

“Es una regulación. Vamos a tratar de organizarnos y ordenar la casa. Cuando tengamos una aplicación de los instrumentos de calidad y un diagnóstico, nos va a llevar a la toma de decisiones, tanto el que presta los servicios como el Estado”, adelantó la Directora de la Secretaría Técnica.

Pero dado que la niñez es la población más vulnerable, sí se quiere que la acreditación sea obligatoria.

“Definitivamente sí debemos llegar a la obligatoriedad, sumarnos a estos procesos es un tema voluntario, pero debería ser un compromiso por la niñez del país. Costa Rica es un país con alto compromiso por la niñez. La calidad de los servicios es una invitación a mejorar”, concluyó Quirós.