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“Ocurrencias”, “errores” o “improvisación”: la semana que desnudó la política exterior costarricense

Las justificaciones dadas por el Gobierno tras el fracaso de la candidatura costarricense al Consejo de Derechos Humanos de las…

Por Tomás Gómez

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“Ocurrencias”, “errores” o “improvisación”: la semana que desnudó la política exterior costarricense
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Las justificaciones dadas por el Gobierno tras el fracaso de la candidatura costarricense al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas no convencen a las voces expertas en política exterior.

Ni la meta de llegar al Consejo, ni el objetivo de desbancar a Venezuela se cumplieron.

Los 96 votos logrados por Costa Rica fueron superados por los 105 del régimen chavista y quedaron lejos de los 153 alcanzados por Brasil.

La campaña costarricense, presentada a último minuto y gestada con recursos mínimos, fue descrita por los profesionales consultados como uno de los síntomas del mal momento que pasa la política exterior nacional.

“Ocurrencias”, “falta de profesionalización” y “errores de planificación” son parte del diagnóstico.

La ruta empedrada al Consejo

Hasta el 3 de octubre solo Brasil y Venezuela competían por los asientos correspondientes a América Latina y el Caribe.

Con ese escenario se aseguraban una elección directa.

Para evitar la llegada de Venezuela, el presidente Carlos Alvarado anunció el nombre de Costa Rica como tercera opción. Empezó así una carrera para conseguir apoyos, la cual se le asignó -en especial- a las embajadas ante Naciones Unidas en Nueva York y Ginebra.

OBSERVE MÁS: Con estas 3 razones Gobierno justifica candidatura al Consejo de Derechos Humanos de la ONU

Los resultados ya conocidos no permitieron llegar ni a la mitad de los votantes.

El Consejo de Derechos tiene su sede en Suiza. Costa Rica había formado parte su dirección en el 2011 y volverá a postularse en el 2022 (Foto: ONU)

“Se llegó tarde a tratar de lograr el resultado, lo que revela alguna dosis de improvisación”, comentó el analista Constantino Urcuyo

Según Urcuyo, Costa Rica debe entender que el reconocimiento internacional no es suficiente, sino que, se requiere de una estrategia de investigación para leer las coyunturas diplomáticas.

“Mientras no tengamos claro lo que está pasando en el mundo nos puede seguir sucediendo esto”, planteó el experto.

En términos similares se refirió el diplomático Rodrigo Carreras, quien consideró la derrota como la “consecuencia de una ocurrencia”.

“No se debe celebrar que se obtuvieron 96 votos porque se trata de ganar y para ganar hay que planificar”, dijo Carreras.

El representante criticó también la intervención hecha por los “garantes de la ética”, quienes criticaron el trabajo conjunto hecho con Brasil, del cual hasta el presidente Alvarado terminó renegando.

“Lo grave es haber cortado la autoridad del Canciller”, concluyó.

Más allá de la elección

Tanto Urcuyo como Carreras señalaron también que más allá del tropiezo del jueves, la política exterior lleva también un rezago en los últimos años.

Ambos señalaron la falta del profesionalización de buena parte de los representantes internacionales del país.

Por un lado Urcuyo consideró que la Cancillería se ha vuelto “una rebatiña de puestos”; y por el otro Carreras fue más crítico al mencionar que “la gradería de sol también se metió a la diplomacia”.

La situación se estaría agravando, según el politólogo Sergio Araya, también por la falta de planeación.

“Las cosas surgen únicamente por inspiración, hay que planificar y leer el entorno y más allá de estar enarbolando nuestro listón de trayectoria en defensa de los Derechos Humanos y la resolución pacífica de conflictos. En la práctica nuestra política exterior es eso: una lista de buenos principios pero no parecen tener estregia”, mencionó Araya.

La responsabilidad, según él, debe dividirse entra la dirección política de la Cancillería, que se mueve con los gobiernos, pero también con la burocracia de planta de Casa Amarilla.

Errores claves

En cuanto a la evaluación sobre la política exterior, las personas consultadas mapean una larga lista de mejoras. Muestran unanimidad en sugerencias como:

  • Gestión de embajadas: no hay línea estratégica en la apertura de embajadas, por lo que se abren y al poco tiempo deben clausurarse -ejemplos como Azerbaijan-. Por otro lado, se dejan de lado socios claves como los estados caribeños donde se van cerrando embajadas.
  • Preparación: los cursos del Instituto Manuel María Peralta -dependencia del Ministerio de Relaciones Exteriores- no profundizan en herramientas más contemporáneas.
  • Política doméstica: se debe tener cuidado de no replicar los errores locales en política internacional y administrar los bajos presupuestos.

“No hubo derrota”

El optimismo con que fueron presentadas las aspiraciones costarricenses se mantuvo incluso después de la pérdida.

“Cuando se es consecuente con los principios, no hay derrota posible, solo trabajo por delante”, mencionó el mandatario.

El Ministerio de Relaciones Exteriores, por su parte, agradeció los apoyos extranjeros.

El Observador buscó también a dicha cartera para profundizar sobre la estrategia nacional de política exterior y sus críticas pero no se recibió respuesta al cierre de esta nota.