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ODS: Emergencia sanitaria pone cuesta arriba meta para reducir la desigualdad

  Reducir las desigualdades y garantizar que nadie se queda atrás es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)…

Por Rodrigo Díaz

Tiempo de Lectura: 6 minutos
ODS: Emergencia sanitaria pone cuesta arriba meta para reducir la desigualdad
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Reducir las desigualdades y garantizar que nadie se queda atrás es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

Sin embargo, cumplirlo se está volviendo una tarea difícil a nueve años de la fecha prevista para lograr la meta.

En Costa Rica, a pesar de contar con una institucionalidad que puede contribuir a su reducción, las cifras muestran que la desigualdad está aumentando. Y la pandemia vino a empeorar el panorama.

Las mismas Naciones Unidas reconocen que la crisis sanitaria mundial generada por el covid-19 intensificó las desigualdades existentes. Así, afectó principalmente a los pobres y a las comunidades más vulnerables.

También puso en riesgo los avances en materia de igualdad de género. Prácticamente en todos los ámbitos, la situación de las mujeres y las niñas se agravó.

Nuestro país no escapa a esta realidad.

OBSERVE MÁS: ¿Qué son los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS y por qué hay que correr para alcanzarlos?

Desigualdad aumenta

Uno de los indicadores que mide la desigualdad es el Coeficiente de Gini. Si el valor se acerca a 0 quiere decir que disminuye la desigualdad, y si más bien se aproxima a 1, significa mayor desigualdad.

En el caso de nuestro país, para los últimos años, la tendencia es al alza. Para el año 2019, el indicador era de 0,514, y para el 2020 incrementó a 0,519, de acuerdo con el Instituto de Estadística y Censos (INEC).

La misma entidad revela otro dato muy preocupante en la Encuesta de Hogares del año pasado. De un 21% que se ubicaba el umbral de pobreza en 2019, subió al 26,2% en solo doce meses. Además, la pobreza extrema incrementó en 2 puntos porcentuales.

Al ser un tema puntual de la pandemia, es de esperar que este porcentaje se recupere. Sin embargo, no es seguro que se alcancen los niveles previos a la pandemia.

Y aunque las mayores desigualdades están más vinculadas a las zonas rurales, en este caso la mayor afectación se dio en los centros urbanos.

Desempleo como disparador de la desigualdad 

Algunos especialistas señalan la crisis económica de los años 80 como un momento de ruptura. Aunque había desigualdades, no estaban tan marcadas como ahora.

La crisis provocó que muchos jóvenes salieran del sistema educativo, perdiendo la oportunidad de acceder a una mejor preparación para los cambios que se avecinaban.

Además, Costa Rica giró hacia un nuevo modelo de desarrollo, una economía de servicios, la cual atrajo una industria especializada. Esto está asociado a la oportunidad educativa, explicó Randall Brenes, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Aquí se da una división. Una parte de Costa Rica logró engancharse a empresas de alto valor agregado con innovación, nuevos productos de exportación. Mientras, la otra parte se quedó anclada en la economía primaria, señaló Brenes.

Si bien el país ha tratado de remediar la situación con política social, el esfuerzo por cerrar la brecha no ha sido suficiente. Más bien, en los últimos 20 años se ha visto acrecentarse.

“No ha sido posible revertir los problemas que surgen de la economía real, es decir, de la desconexión entre la producción y el empleo.

“Entre la economía más dinámica (zonas francas, sector exportador, tecnología, alta productividad) y el sector más tradicional que está estancado y tiene baja productividad (economía para mercado interno).

“La actividad económica genera esas brechas, que se agravan por la baja calificación educativa de una cantidad considerable de personas en el mercado laboral”, añadió el Estado de la Nación, ante consulta de El Observador.

A esto se suma que el nuevo apagón educativo (huelga en el 2019 y pandemia a partir de 2020) generaría una nueva brecha.

Según los expertos, si no se logra revertir a tiempo, el país tendrá otro importante grupo de jóvenes que no podrán tener acceso a la formación necesaria para conseguir los empleos que requiere el mercado laboral.

“La falta de acceso de educación y capacidades de empleabilidad, condena a las personas a dedicarse a trabajos menos remunerados y no solo ser víctimas de la pobreza, sino a ampliar la brecha de desigualdad”, señaló Erika Linares, directora social de la Asociación Empresarial para el Desarrollo (AED).

OBSERVE MÁS: Costa Rica tiene 9 años para alcanzar igualdad de género firmada en Objetivos para el Desarrollo Sostenible

Preocupante el caso de las mujeres, que pese a haber incrementado su escolaridad, fueron el grupo de población más afectado con el desempleo.

Ahora bien, la recuperación económica que ya empieza a visualizarse tras 20 meses de pandemia puede dar una esperanza.

Tanto el Estado de la Nación, como el PNUD, insisten en la necesidad de que las políticas, tanto sociales como vinculadas al crecimiento económico, sean más inclusivas.

¿Cuál sería la meta? Para Brenes, el país aún está a tiempo de corregir. Uno de los elementos vinculados a reducir la desigualdad sería la baja en la pobreza. Este porcentaje podría llegar al 10% para el año 2030, si se le da sostenibilidad a los programas existentes para combatirla.

La reducción de las desigualdades busca que todas las personas puedan tener las mismas oportunidades (Archivo)

El papel de las empresas

Para alcanzar metas de este tipo es necesario contar, además de las políticas públicas, con el aporte del sector privado.

Muchas empresas han incluido dentro de su ADN corporativo el cumplimiento de los ODS. Dentro de ellas, se organizaron para apoyar el cumplimiento de algunos objetivos, como el de la reducción de las desigualdades.

Por ejemplo, AED conforma una red de empresas inclusivas, que en los últimos años logró la contratación de 500 personas con discapacidad, por ejemplo.

Además de las oportunidades de empleo, que son un freno a la desigualdad, la AED propone desarrollar encadenamientos que permitan la incorporación de pymes. Podrían tener especial atención incorporar empresas conformadas por mujeres o por personas con discapacidad, a la cadena de valor.

Otra iniciativa es identificar zonas vulnerables que permitan a las empresas incorporar mano de obra local. También que se identifiquen políticas para no afectar los negocios locales, añadió Linares.

Además de ello, las empresas deben incluir la formación permanente del personal y contar con redes de cuido -tanto para niños como adultos mayores-. Esto permitirá la incorporación plena de las mujeres, apuntó Brenes, del PNUD.

¿Qué dicen los partidos políticos?

Debido a que solo restan nueve años para el cumplimiento de los ODS, el papel del próximo gobierno es clave. Esto lo es tanto para fortalecer los programas institucionales como para definir las políticas que ayudarán a la reducción de las brechas.

Los políticos consultados no se refirieron únicamente al objetivo de la reducción de la desigualdad; sino que ampliaron sobre el cumplimiento de los ODS como un todo integral.

Hay una coincidencia en que las acciones que lleva el actual gobierno no lo está logrando.

“Vamos a tener que cambiar la formulación de las políticas públicas, así como la implementación de esas políticas para reversar este desastre que estamos viviendo.

“Eso pasa con el nombramiento de un equipo técnico, con capacidad y propuestas específicas para cada una de esas acciones”, señaló Rodrigo Chaves, candidato del Partido Progreso Social Democrático.

Por su parte, Lineth Saborío, aspirante por el PUSC, abogó que un Estado eficiente y con las finanzas en orden brindará confianza a los inversionistas extranjeros.

“Además debe ser un facilitador para que los emprendedores puedan generar ideas de negocios, con un acompañamiento real, que elimine trabas y regulaciones que son innecesarias”, señaló Saborío.

Para Welmer Ramos, candidato del PAC, no hay forma de alcanzar las ODS sin la voluntad del poder político. De ahí que basa la reducción de brechas en un fuerte impulso del Estado para reducir el desempleo.

Puso de ejemplo la ejecución de obra pública y las compras del Estado con una mejor gestión de los encadenamientos productivos con las Pymes. Además, propone eliminar las diferencias salariales de género, garantizar una renta mínima vital y equiparar la educación pública con la privada.

En el Partido Liberal Progresista (PLP+) el pivote estratégico central es facilitar a las personas el acceso a un empleo formal. De esta forma, ayudarán a sostener a su familia, tendrán acceso a la seguridad social, una pensión y contribuyen al pago de cargas sociales.

Esto deberá ir acompañado de un viraje en la política social. Así se enfocará más en la inserción laboral y menos con abordajes de corte asistencial, señaló José Aguilar, candidato a la vicepresidencia por esa agrupación.

Finalmente, en Liberación Nacional consideran que se debe trabajar en dos fases. La primera es una de rescate o reconstrucción. Busca dar respuesta inmediata a las necesidades de reactivación y empleo de la población, además de recuperar la educación.

La siguiente fase incluye a la transformación del país con miras al cumplimiento de los ODS, señaló Álvaro Azofeifa, jefe de campaña del PLN.