(Katowice, Polonia) Un año después de que las fotografías de su rostro ensangrentado y su cabeza vendada se convirtieran en los primeros símbolos de la invasión rusa de Ucrania, Olena Kurilo recuerda vívidamente ese 24 de febrero de 2022, cuando una explosión la despertó a las 5 de la mañana y destruyó el departamento donde vivía en Chuguev, en el este de Ucrania.