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Pandemia: ¿Hasta cuándo viviremos con miedo?

Carlos Peña para El Observador En los pasados días estuve leyendo algunas columnas de opinión de economistas bastante renombrados y…

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Pandemia: ¿Hasta cuándo viviremos con miedo?
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Carlos Peña para El Observador

En los pasados días estuve leyendo algunas columnas de opinión de economistas bastante renombrados y sus propuestas de reactivación económica; y es que todos en el gremio tratamos de aportar ideas bien pensadas a ver si quienes toman decisiones las escuchan.

Además de lo que ya personas como Gerardo Corrales (para mí el mejor economista en el país) y Daniel Suchar han venido aportando desde sus columnas de opinión, creo que nadie ha hablado de un aspecto clave que urge atender: la falta de confianza del consumidor a salir de sus casas.

Recordemos que el sistema económico actual necesita de un alto nivel de consumo para caminar. Esto no significa que sea el consumismo lo mismo que capitalismo; pero ciertamente, este sistema requiere de consumo para generar tracción laboral y creación de riqueza.

Desde mi perspectiva, el problema principal del mercado es la falta de confianza. Ningún candidato presidencial a la fecha ha mencionado crear un buen programa de comunicación política que le permita a las personas confiar en las decisiones tomadas, en las acciones empresariales ejecutadas y en la eficacia de la ciencia aplicada a contener la pandemia.

En los pasados días he visto como progresistas se quejan de que existan personas que no se quieran vacunar. Personalmente, no culpo a quien no quiera vacunarse. Ya eso es problema de cada persona y es responsabilidad de cada uno como se cuide; pero tampoco dejo de dar crédito a las dudas de los antivacunas al interrogarse cuál es el punto de vacunarse si no se regresa a la vida normal.

Aun con la vacuna, aun con las medidas de restricción, aun con los esfuerzos hechos por todo el planeta Tierra, pareciera que de nada sirve porque seguimos sin poder salir, sin poder reunirnos y tenemos que seguir usando una mascarilla. Desde mi perspectiva es un gran símbolo de control social.

Aclaro, no soy negacionista, creo que la pandemia realmente existe, creo que es mejor vacunarse y nada cuesta usar la mascarilla y lavarse las manos. Pero no dejo de dar crédito a los que se oponen a todo lo anterior.

No dejan de tener razón que detrás de esas acciones disfrazadas de buenas intenciones, hay realmente control social. No seamos ingenuos, los gobiernos se han aprovechado de la situación para controlar a las personas.

Desde que inició la pandemia hay menos manifestaciones, menos críticas y más cumplimiento sin cuestionamientos; el miedo es la mejor herramienta para tenernos controlados.

El tema es si el cerebro humano puede mantenerse en ese estado de alerta durante tantos años; y hasta qué punto será el momento en que se acabe la paciencia de las personas con el fin de liberarse de tanta restricción.

Por lo anterior, considero que debemos enfocar esfuerzos para devolverle la confianza a las personas en que la vida ya puede volver a ser algo normal (como si lo normal existiera) y devolverles libertades a todos.

En Estados Unidos hubo una encuesta hecha a mediados del primer semestre de este año. La mayoría de las personas consideradas demócratas consideraban un peligro inminente para sus vidas el covid 19 y que la pandemia estaba en lo peor de su momento histórico. Mientras, en el caso de los republicanos, en su mayoría consideraban que la pandemia ya había terminado y era hora de regresar a la normalidad.

Cualquier persona que esté sentada en una silla de liderazgo está en una situación bastante compleja, porque cualquier decisión que tome será criticada duramente, basada en enojos y miedos de detractores o aliados.

Por lo tanto, deben los gobiernos enfocarse en brindarle confianza a las personas en que la vacuna es efectiva y que por medio de las acciones correctas las personas ya pueden volver a salir a consumir a la economía, deben de retomar su rutina y perfectamente pueden salir a trabajar.

Nuevamente, no niego que la pandemia exista, ni que los riesgos de contagio estén ahí, pero no creo que sea sano, útil ni adecuado mantener el nivel de pánico que los gobiernos nos quieren seguir empujando.

Quien quiera el apoyo del sector emprendedor y Pyme debe enfocar sus mensajes políticos en devolver al mercado la confianza, a las personas su tranquilidad y erradicar el estado de pánico de las mentes de la población.

Si logramos devolverle la tranquilidad a las personas, que confíen en una famosa vacuna que se ha vendido casi como milagrosa y los comercios que sigan tan estrictos con los protocolos sanitarios como lo han sido (de forma muy responsable), no justifico el porqué de las restricciones y mantener un discurso de miedo.

¿Cuál será el candidato presidencial que se anime a devolver la confianza a la gente?

La economía es la única actividad humana en que si la gente cree que algo va a pasar, entonces sucederá. Son literalmente profecías autocumplidas.

La clave para reactivar la economía es darle fin a la pandemia como la conocemos, confiar en la ciencia y darle tranquilidad a los consumidores que está bien salir, es por ello que propongo:

  1. Crear una campaña de confianza llamada “Por media calle”, que incentive a salir de las casas.
  2. Decir que el uso de la mascarilla es optativo.
  3. Eliminar la restricción vehicular.
  4. Mantener los protocolos de lavado de manos para entrar a comercios.
  5. Eliminar las restricciones de aforo.
  6. Acelerar la vacunación por medio del sector privado.
  7. Permitir al sector privado aportar fondos al Gobierno para la adquisición de más vacunas.
  8. Permitir la utilización de vacunas además de las americanas y europeas en Costa Rica.

Vivir con miedo nunca ha permitido a las poblaciones avanzar. Quedará en cada candidato presidencial si se aprovechan del pánico generalizado o promueven un ambiente sano y económicamente equilibrado. Con la consigna de que la pandemia forma parte de nuestra actual cotidianidad, pero la vida es solo una y hay que vivirla sin miedo y en libertad.

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