Desde la Columna
Andrea Acosta Feoli para El Observador
Llega diciembre y se comienza a llenar la agenda de eventos. Muchas veces somos invitados, y así como es importante saber ser un buen invitado, hay ocasiones en que somos nosotros los que actuamos como anfitriones; y de igual forma, si vamos a hacer un evento, no importa la ocasión o la cantidad de personas que estemos invitando, debemos cuidar hasta el último detalle.
Ello para garantizarnos que el evento sea todo un éxito, pero más que nada: que esté todo bien planeado para que uno también pueda disfrutar. Esto es sumamente importante.
Me gusta eso de invitar y atender gente, pero no me gusta estar cansada o corriendo como loca ese día. Prefiero planear todo muy bien para cuando llegue el día poder sentarme como un invitado más y disfrutar de la compañía de quienes invité, que después de todo, es el propósito de cualquier actividad.
Hablemos de la mesa
Este tema lo quiero desarrollar ahora porque es a fin de año cuando tal vez nos atrevemos a organizar algo más formal. La etiqueta para mí es algo muy situacional. Por supuesto, que algunas de las reglas que voy a comentar en esta nota no aplican si se trata de un viernes cualquiera adonde invitamos a nuestros amigos de más confianza a comerse unas pizzas.
Eso es importante tomarlo en cuenta ya que no se trata de ser muy formal siempre (aunque si a alguien le gusta eso está bien).
¿Mantel o individuales?
Volvamos a la mesa. Primera pregunta: ¿Mantel, individual, porta platos, todos o varios? Siempre es ideal, si van a poner la mesa, poner alguno de éstos cuya función es más que nada proteger la mesa de platos calientes o alguna mancha (depende del material de la mesa).
Sin embargo, hoy existe muchísima variedad de diseños que van a colaborar a que nuestra mesa se vea espectacular. Yo usualmente prefiero un mantel, inclusive hay unos sencillos de limpiar, que facilitan la labor del día siguiente. Si tienen individuales, puede utilizarlos, pero hay que escoger: o mantel o individual. No se usan ambos.
Si tienen portaplatos, que vienen a ser como platos gigantes, decorativos, pueden también usarlos ya sea con el mantel o el individual. Los portaplatos se ponen de una vez en la mesa y van a llevar por encima el plato adonde se sirve la comida. Si tienen muchos invitados y no tiene suficientes portaplatos iguales, pueden probar combinar diseños o colores alternando los puestos.
La cubertería
Ahora pasemos al montaje de la mesa y comencemos por la cubertería. Es fácil descifrar un montaje de mesa sencillo, el cual requiere únicamente el uso de pocos utensilios.
Veremos cómo los cubiertos se colocan en el orden en que van a ser utilizados dependiendo de cómo vayamos a servir el menú y qué utensilios vamos a necesitar.
Otra regla muy importante:
- los tenedores (con una excepción, pero es para ocasiones muy formales) siempre van a la izquierda
- los cuchillos y cuchara sopera van a la derecha
¡Montemos la mesa!
En el centro del puesto siempre ponemos el plato, y portaplatos por debajo, si es que estamos utilizando.
A la izquierda del plato vamos a poner los tenedores. ¿Cuántos tenedores? Depende de lo que vayamos a comer. Por ejemplo, si va a servir de primero una ensalada o una entrada, entonces coloque dos. El más grande, que sería para el plato principal, debe de ir más pegado al plato, pues es el último que vamos a utilizar. Si no tiene tenedores de diferentes tamaños, no hay problema, puede colocar dos iguales.
Luego el cuchillo, que será para el plato fuerte, va a la derecha del plato. Si va a servir una sopa, la cuchara sopera se pone a la derecha del cuchillo.
Finalmente, si va a servir postre, puede colocar los cubiertos en la parte superior del plato. Puede utilizar cucharita de postre, tenedor de postre o inclusive ambos; lo cual es perfectamente aceptado.
Cristalería y servilletas
En la parte superior derecha del plato siempre va la cristalería. ¿Cristalería? Una forma muy formal de llamarle a los vasos y copas.
Si se trata de una cena muy formal, y piensa servir varios vinos, por ejemplo, uno distinto por plato, entonces coloque de una vez todas las copas que va a utilizar. De nuevo: recordemos, en ocasiones muy formales, se cambia la copa con cada vino distinto que vayamos a probar.
De último: la servilleta. Esta se puede colocar en el lado extremos izquierdo, a la izquierda de los tenedores o encima del plato. Una servilleta doblada como una rosa puede ser muy impresionante, pero la realidad es que entre menos doblemos y manipulemos una servilleta, más limpio será para el comensal, así que no se preocupen por doblarla de manera diferente. Muchas veces, lo más sencillo es lo más elegante.
Finalmente, considere colocar un arreglo bonito en el centro de la mesa. Procure que sea algo bajo para que no tape la vista de los comensales.
Puede colocar flores, unas candelas, las posibilidades son infinitas (¡Para inspiración siempre está Pinterest!). Lo bonito de esta teoría es que son reglas universales, y pueden trascender de ocasiones más informales y del día a día a eventos más formales adonde queramos lucirnos.
Si tiene invitados en esta temporada de fiesta, espero que le sirvan estos consejos. Los secretos a una mesa son partes iguales de de etiqueta, práctica y creatividad.
Andrea Acosta Feoli es consultora en etiqueta y protocolo graduada de Protocol School of Washington
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