El Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) registró un crecimiento interanual de la producción del país en junio de 1,5%, según los datos más recientes publicados por el Banco Central de Costa Rica.
En este nivel, el ritmo de crecimiento de la economía es de prácticamente la mitad del mostrado un año antes (3,2%).
El deterioro en el desempeño es consecuencia principalmente de las actividades en el régimen definitivo, es decir, las que carecen de incentivos fiscales. En esta categoría están el 90% de las empresas del país.
Específicamente el crecimiento de la producción de este régimen fue del 0,3%, lo que equivale a 2,5 puntos porcentuales menos que el observado en el mismo periodo del año anterior.
Motivos de la caída
Tanto factores externos como internos han provocado una menor producción de bienes que tienen encadenamientos con otras actividades económicas. Según el Banco Central, entre esos bienes se incluyen:
- Productos agrícolas, afectados por los bajos precios en mercados internacionales y por las condiciones climáticas adversas. Esto redujo las exportaciones de piña y banano, y por ende la demanda de papel, materiales de embalaje y servicios de transporte de carga.
- Edificaciones comerciales y residenciales, lo que afectó la producción y comercialización de materiales de construcción, transporte de carga y servicios de ingeniería y arquitectura.
- Bienes exportados a Centroamérica y en particular a Nicaragua, por la situación sociopolítica de ese país.
También influyó la menor actividad en los servicios de administración pública, como resultado de las medidas de contención del gasto del Poder Ejecutivo.
En contraste, el crecimiento sigue siendo impulsado por los regímenes especiales (que sí tienen incentivos) y que se relacionan con servicios y manufactura tecnológica.
La producción de esas empresas creció en junio un 10,2% en comparación con igual mes del año anterior, debido a la mayor demanda externa de implementos médicos, servicios informáticos y empresariales.
Actividades en detalle
En junio pasado la actividad agropecuaria decreció 2,6% interanual como consecuencia de la menor producción de piña, banano, papa, hortalizas, raíces y tubérculos.
Se considera que este sector ya está en recesión, debido al largo periodo de decrecimiento.
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Otro sector deprimido es el de la construcción, que continuó contrayéndose, con una tasa interanual de -14,3%, principalmente por la menor obra residencial y comercial.
Lo anterior fue consecuencia de la incertidumbre generada por la entrada en vigor de la reforma fiscal, según consultas realizadas por el Banco Central a empresarios del sector.
También hay un rezago en la ejecución de obra pública, que repercute sobre el resto de la economía.
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Por su parte, la actividad comercial se contrajo un 0,7%, por la menor venta de vehículos y de materiales de construcción.
Un caso de contrastes es el de la manufactura, pues en total creció un 2,7%, impulsada por la mayor demanda externa de implementos médicos.
Sin embargo, si se aísla la producción manufacturera vinculada con la actividad agropecuaria y de la construcción (por ejemplo, la producción de hierro, cemento, yeso y material de embalaje), la actividad decreció un 2,5%.
Servicios con mejor panorama
El total de los servicios creció un 2,8%, impulsado por:
- La enseñanza y salud, con un crecimiento interanual de 3,0%, principalmente por los servicios de atención a la salud.
- Servicios empresariales (2,8%), dada una mayor demanda externa de productos como consultoría en gestión financiera, atención al cliente y diseño de dispositivos para tratamientos odontológicos.
- Servicios de información y comunicaciones (5,1%). Este grupo incluye los servicios de programación y consultoría informática, los cuales mostraron un incremento superior a dos dígitos.
- Alquileres (2,8%), impulsados por una mayor demanda por parte de las empresas exportadoras ubicadas en zona franca.
- Alojamiento y suministro de comidas (3,5%) debido a la entrada de un 10% más de turistas, según cifras del ICT.