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Pieces of a Woman (Fragmentos de una mujer)

@Popcorn506 para El Observador Hoy venimos con otra nueva propuesta de la mano de Netflix, una plataforma que, como un…

Por Sergio Arce

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Pieces of a Woman (Fragmentos de una mujer)
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@Popcorn506 para El Observador

Hoy venimos con otra nueva propuesta de la mano de Netflix, una plataforma que, como un rodillo alemán, avanza a velocidad de crucero, agregando películas y series en su catálogo a un ritmo vertiginoso.

Por este motivo, cada poco nos llega alguna cosa muy interesante, como ha sido esta ocasión: Pieces of a Woman.

A priori con muchas papeletas para pasar desapercibida, ya que es una película canadiense de un director húngaro no demasiado conocido, Kornél Mundruczó, se ha ido abriendo camino hasta convertirse en una referencia en las playlists de las últimas semanas.

La razón, además de un reparto consistente y con nombres bastante conocidos, es una historia muy potente, con una fuerza desgarradora que atrapa y no suelta hasta el final.

Parte del argumento

Martha (Vanessa Kirby) y Sean (Shia LaBeouf) son un joven matrimonio que está a punto de tener una niña. Han decidido dar a luz en casa, pero la noche en la que Martha se pone de parto, su comadrona se encuentra ocupada y tienen que recurrir a otra comadrona (Molly Parker).

El parto parece ir bien, pero, finalmente, surgen complicaciones y el bebé fallece, lo que desemboca, a medio plazo, en una catarata de problemas familiares de todo tipo.

Aunque parece que hayamos hecho un gran spoiler, esto es solo la introducción de la película.

El argumento y el core del guión se centran en narrar y describir cómo son los sentimientos de una madre que ha perdido a su bebé recién nacido. Esto mientras tiene que enfrentarse a los problemas que surgen en la relación con su marido y con su madre (Ellen Burstyn).

El primero, ve que su mujer se ha distanciado y parece no tener más interés en su matrimonio. La segunda, en cambio, se preocupa mucho por las apariencias con respecto al resto de personas y por conseguir que todo termine en un juicio en el que la comadrona pague con el castigo más duro.

Un tema duro tratado con mérito

A pesar de que es un tema muy delicado y que, seguramente, a muchos le puede resultar duro de afrontar, el primer mérito de la película en su conjunto es el modo en el que nos introduce.

La secuencia inicial, que se alarga durante bastantes minutos, y en la que acompañamos a la pareja durante su espera y su parto, es realmente asombrosa.

Una luz íntima que nos acoge en la casa como si formáramos parte de ella es la primera responsable de que nos sintamos cómodos, al igual que con la compañía de la pareja protagonista, cuya química y compenetración resulta admirable. Shia LaBeouf y Vanessa Kirby demuestran su grandísimo talento aquí. Nuestro primer aplauso, si consiguiéramos despertar y alejarnos de la historia, sería para ellos.

Papeles dignos de aplaudir

A lo largo del resto de la película, adquiere importancia el personaje de Ellen Burstyn quien, a su edad, sigue manteniéndose en plena forma y consigue despertar sentimientos más que encontrados en los espectadores. Pero, tenemos que insistir, sigue siendo la redondez del personaje de Kirby el que se lleva la atención y el que destaca sobre los demás. Principalmente, porque la situación a la que se enfrenta es una de las más duras que puede superar una madre en la vida real y, aquí, se nos hace tan creíble que prácticamente lo sentimos en nuestra familia.

La dirección se muestra acertada con su puesta en escena tan indie desde el comienzo, lo cual hace que, en parte, bajemos la guardia y nos expongamos aún más profundamente ante una situación tan dramática. Del mismo modo, la fotografía se muestra cómplice con las situaciones, al igual que los escenarios, desde los primeros momentos cálidos y acogedores en casa a los que van sucediendo con los entornos fríos y nevados.

Pieces of a Woman va a sostenerse en los próximos años como uno de los títulos de referencia del cine independiente de 2021. Este tipo de películas íntimas, profundas, valientes y, sobre todo, sencillas, está asumiendo protagonismo en los últimos años y aquí tenemos una buena muestra.

Pero el hecho de que sea una gran película, muy bien ejecutada, no evita que tengamos que insistir en la dureza de su planteamiento y, sobre todo, de su acto introductorio.