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Plan fiscal consumió el primer año y Presidente anuncia tiempos duros para el segundo

Esteban Mata para El Observador A 365 días de su juramentación, el presidente de la República, Carlos Alvarado, anuncia la…

Por ElObservadorCR

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Plan fiscal consumió el primer año y Presidente anuncia tiempos duros para el segundo
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Esteban Mata para El Observador

A 365 días de su juramentación, el presidente de la República, Carlos Alvarado, anuncia la venida de tiempos duros con la implementación del plan fiscal que consumió la mayor parte de su primer año en el poder.

No hay que tener dos dedos de frente para comprender que el mensaje clave del presidente Alvarado este 2 de mayo, más que una rendición de cuentas, para el país y los diputados en el plenario, fue una lista de propósitos, de lo que quiere hacer este año, pero ante todo, una advertencia.

La aplicación plena del plan fiscal, tanto en las reformas de renta como la implementación de lleno del Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA), harán de este un año duro, según aceptó el propio Alvarado frente a los legisladores.

El costo político y de imagen le resultó a Alvarado en una desaprobación histórica de su gestión, con un 51% de opiniones negativas frente a solo un 23% de criterios positivos, de acuerdo con el último estudio de opinión del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica, publicado la primera semana de abril, solo un mes antes de cumplir su primer año.

El plan fiscal a marchas forzadas y la elaboración de una canasta básica ampliamente criticada, así como el disparo del desempleo, que llegó a un histórico del 12% – de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC)- que estanca las posibilidades de disminuir la pobreza, plantaron sobre el Presidente una imagen negativa que sigue arrastrando.

Si bien, el otro eje del discurso de Alvarado trató de hacer énfasis en la reactivación de la infraestructura, destacando los papeles del ministro de Transportes, Rodolfo Méndez y de su esposa, la arquitecta y primera dama, Claudia Dobles.

Lo cierto es que los proyectos como el tren urbano o la conectividad de circunvalación y otras rutas nacionales, o están en proceso o siguen en la mesa de proyectos y si bien hay avances, estos no son suficientes para aplacar al plan fiscal y sus consecuencias directas en el bolsillo de los costarricenses y la poca o nula aceleración económica.

Monotemático

Esto, a criterio del economista Eli Feinzaig, provoca que el gobierno de Carlos Alvarado se vea “monotemático”.

“La reforma fiscal como monotema fue dictada por la realidad que se encontró el Gobierno cuando empezó, de que le habían dejado las arcas vacías, las finanzas públicas en llamas y era urgente hacer algo”, dijo Feinzaig.

Para el analista, el reto de Alvarado será ahora encontrar las claves de la reactivación de la economía, sobre todo cuando está haciendo todo lo contrario a la reactivación económica, pues las nuevas cargas de impuestos, aunque necesarias, no dejan de ser una carga para el sector privado que genera empleos, y el Estado presenta, por el contrario, un exceso de funcionarios producto de una mala planificación.

Esto se ve reflejado en las críticas del sector empresarial, y así lo señaló el director de la Cámara de Industrias, Francisco Gamboa, quien señaló que en la rendición de cuentas de Alvarado no aparecen planes directos para generar más empleos, sino que el tema se esboza como uno de los retos a vencer.

Justo este martes, la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep) señaló la urgencia de una reactivación económica efectiva.

Desde este foro se denuncia que el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) medido por el Banco Central, apunta que el país acumula 11 meses consecutivos de desaceleración.

Según el economista Luis Mesalles, miembro directivo de la Uccaep, esto es “un reflejo de que el sector productivo no ha visto señales claras que incentiven una mayor actividad económica”.

Las facturas

Además, el plan fiscal le costó al gobierno de Alvarado y a su equipo económico, encabezado por la ministra Edna Camacho, el ministro de la Presidencia Rodolfo Piza y la ministra de Hacienda, la excontralora Rocío Aguilar, una dura negociación con la Sala Constitucional, que tras una histórica resolución, le dio el visto bueno al proyecto bajo criterios de orden político, como confesó el presidente de ese cuerpo de magistrados, Fernando Castillo, el 23 de noviembre en conferencia de prensa al filo de las 10 p.m.

La resolución de la Sala IV no solo le dio el visto bueno al procedimiento con que los diputados aprobaron en primer debate el proyecto, sino que le quitó el peso al Gobierno de buscar 38 votos para su aprobación definitiva.

Esto fue un alivio para Alvarado y compañía, que hasta ese momento había apostado todo por el plan de impuestos pedido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

El discurso de la ministra Aguilar y del ministro Piza reforzaban la cara de agobio de Alvarado, quien insistía que el plan fiscal era clave para aplacar el incendio provocado por la calificadora de riesgo Moody’s, que expuso ante el mercado internacional las debilidades económicas de Costa Rica, rebajando la calificación del país a B2, llevando el valor de los bonos al pecio de papel tintado.

Aun así, luego de aprobado el plan fiscal, tanto Moody’s como el FMI siguen insistiendo en que las medidas tributarias no son suficientes, y se exige aún más ajuste en el tema de las finanzas, la reducción del gasto y el ordenamiento del empleo público.

Estos temas se traducen en la Asamblea Legislativa en proyectos como la reforma al empleo público y los llamados eurobonos.

Este último es un tanque de oxígeno crediticio al Gobierno de cerca de ¢6.000 millones, sin embargo, el ambiente de la oposición en el Congreso le ha respondido al presidente con un tope de ¢2.500 millones, según diputados como Pablo Abarca del PUSC y Jonathan Prendas del bloque de diputados afines a Fabricio Alvarado.

Este es el panorama de cara a su segundo año de gobierno, con algunos elementos a tomar en cuenta: en el plano político, se le está acabando el oxígeno: aprobado el plan fiscal, el PLN y el PUSC han anunciado fortalecer su músculo opositor.

Esta es una realidad que se veía venir, y que marca la cancha de cara a la necesidad de rescatar la identidad de oposición partidaria con miras a las elecciones municipales de febrero próximo.

Asimismo, el ministro de la Presidencia, Rodolfo Piza, anunció ya que saldrá del Gobierno una vez terminada su primera etapa.

Si bien Piza no especificó cuál es esa primera etapa, lo cierto es que el plan fiscal marca una etapa esencial de la administración, y vienen los tiempos en que se acaba el discurso de gobierno de unión nacional, pues ya la oposición anunció su separación de ese mensaje. Se vienen los tiempos duros, y es necesario estar listos.