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Poco apetito bursátil por bonos de Hacienda obligó a intervención del Banco Central

La subasta de bonos del Ministerio de Hacienda del lunes, así como ofertas de venta de títulos que no encontraron…

Por Christine Jenkins Tanzi

Tiempo de Lectura: 5 minutos
Poco apetito bursátil por bonos de Hacienda obligó a intervención del Banco Central
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La subasta de bonos del Ministerio de Hacienda del lunes, así como ofertas de venta de títulos que no encontraron contraparte durante varios días, influyeron en que el Banco Central comprara bonos del Gobierno en el mercado secundario el pasado 26 de octubre.

La compra de ¢1.678 millones de bonos del Gobierno fue la primera intervención relevante del Banco Central bajo un programa que se anunció hace seis meses para “inyectar” liquidez al mercado. Esta representó un 21% del total negociado en el mercado secundario de ese día.

Bernardita Redondo, directora de Gestión de Activos y Pasivos del Banco Central, explicó que se observaron “ciertas tensiones” en los bonos de Hacienda con plazos entre 9 y 10 años.

“Cosas, por ejemplo, como que hay más ofertas de venta en vez de ofertas de compra; que se observan rendimientos al alza o que del todo no hayan transacciones. De pronto hay ofertas concentradas más del lado de la venta pero no se materializan transacciones; esas son algunas tensiones de las cuales uno podría hablar”, comentó.

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“El Banco (Central) prefirió intervenir para que eso no se trasladara a otros sectores de la curva (de rendimientos), o bien, a otros instrumentos”, agregó.

Uno de los casos documentados es el del Banco Popular,  que vendió ¢578.000 millones de títulos del 2029 en operaciones que tenían “varios días” en pantalla sin hallar una contraparte, según la oficina de comunicación de la entidad.

Por su parte, el Banco Prival vendió ¢100.000 millones que también tuvieron pendiente durante varios días.

Los otros $1.000 millones correspondieronn a bonos del 2030 a través del puesto de bolsa Citi Valores.

Compras del Banco Central

Un acuerdo de la junta directiva del BCCR, del 13 de abril, autorizó la compra de hasta ¢250.000 millones de títulos del Ministerio de Hacienda en el mercado secundario.

Sin embargo, durante los primeros seis meses solo se realizaron dos pequeñas pruebas con compras de ¢500.000 en junio y ¢100.000 en agosto para probar los sistemas, explicó Redondo.

“Nosotros ahorita no es que estamos viendo fuertes tensiones, sí observamos un evento específico en ese sector de la curva y preferimos intervenir”, dijo Redondo.

Además, las subastas de nuevos bonos de Hacienda también influyen en la liquidez de los instrumentos. Estas emisiones hace que algunos inversionistas prefieran comprarle directamente a Hacienda en la subasta y no a otros inversionistas en el mercado.

El lunes, el Gobierno vendió ¢72.745 millones en bonos con vencimiento en el 2024 y 2028 a través de una subasta.

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Por otro lado, Hacienda logró canjear solamente ¢52.700 millones de títulos de deuda interna la semana pasada; mientras que el canje en dólares del 21 y 22 de octubre se declaró desierto.

Aunque en este caso, las condiciones no eran atractivas para los inversionistas, Redondo defendió que significa que hay diversas razones por las cuales pueden preferir mantener sus inversiones actuales.

“A mí lo que me resulta claro es que hubo poco interés en el canje, las razones pueden ser diversas; pueden ser que los títulos que tenían los inversionistas sean en este momento todavía atractivos, que preferían quedárselos por un asunto de calces de plazo”, agregó.

Banco Central defiende compra

Otros países han anunciado programas de estímulo llamados quantitative easing (QE), que tienen como objetivo la compra de activos de deuda pública por parte de los bancos centrales, incluyendo la Reserva Federal de Estado Unidos.

Sin embargo, en el caso de Costa Rica, la presencia del Banco Central no será consistente como en un programa de QE, sino que serán determinados por unos criterios “confidenciales”.

“Tiene elementos de eso, nada más que a diferencia de esos programas (de QE) que son regulares y que el banco sistemáticamente está en el mercado, aquí no. El Banco Central lo que dice es; yo soy vigilante y si es necesario entro”, explicó Redondo.

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En primer lugar, se definió un conjunto de títulos de Hacienda que puede comprar en el mercado secundario. Por ejemplo, deben ser bonos de tasa fija o cero cupón, emitidos antes del 1 de enero del 2020.

También hay un serie de criterios que definen la intervención, ente ellos: cuántos días lleva la oferta en le mercado, sí hay más ofertas de venta que de compra, cambios bruscos en las condiciones, la época del mes y las subastas en el mercado primario. Otras variables se definen incluso fuera del mercado.

“No podemos negar que nuestro mercado de valores es un mercado pequeño. Eventualmente, un operador que conociera los criterios del Banco Central, podría -no digo que vaya ocurrir necesariamente- pero podría prestarse a que alguien intente a la fuerza que se entre a comprar un titulo del que se quiere deshacer”, explicó.

“Que yo no sea más concreta en eso, no quiere decir que no haya criterios objetivos. Efectivamente hay criterios objetivos, nada mas que no se los debo decir”, agregó.

Cuestionamientos

Para el economista Dennis Meléndez, exdirector de estudios económicos del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), hay una preocupación de que la colocación se haga “a dedo”.

Meléndez considera que existe un riesgo de que se favorezcan inversionistas grandes con transacciones que puedan mover el mercado.

También, si el Gobierno enfrenta problemas de liquidez, le preocuparía que presione a los bancos públicos a vender los títulos que ya tiene para comprar las nuevas emisiones.

“Si es que el Gobierno necesita que el Banco Central emita dinero para pagar sueldos o aguinaldos, ‘nos llevó la trampa’. Por el momento lo que hizo fue comprar títulos supuestamente para ‘dar liquidez al mercado'”, explicó.

“¿Por qué el Banco Central garantiza el precio para algunos mientras que para otros tienen que soportar las pérdidas por la caída en la precios? (..) Pero eso es discriminatorio pues no le hacen la misma oferta a todos los tenedores”, agregó.

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El Banco Central defendió que la transacción del lunes fue relativamente pequeña y no tiene la intención de beneficiar a nadie.

Además, el mercado es ‘ciego’, por lo que no se sabía que las compras eran del Banco Central, ni quién era la contraparte, en el momento en que estaba comprando.

“La intención del Banco Central es proveer estabilidad, alivianar tensiones de liquidez, pero no se pone a pensar quién estará detrás. Eso se lo puedo decir con certeza, esos no son los criterios”, dijo Redondo.

“La Ley del Banco es muy clara en el único mecanismo que existe para que el Banco Central financie al Gobierno, que son las letras del Tesoro. Estas se emiten por un monto máximo y por un plazo determinado; las operaciones del Banco Central en el mercado secundario insisto no son para financiar al Gobierno”, consideró.

Liquidez del mercado

Aunque el monto de transacciones en el mercado ha sido más bajo durante los últimos días, esto tampoco se alejan del promedio histórico, consideró José Rafael Brenes, director general de la Bolsa Nacional de Valores.

Más bien, este año los volúmenes han llegado a un promedio de $35 millones por día, o incluso superando los $40 millones. Esto es mayor si se compara con un promedio de alrededor de $25 millones diarios en otros años.

“Desde que se han ido posponiendo la adopción de medidas para atender el problema del déficit fiscal, los precios de los bnos se han venido ajustando. ¿Esta semana qué pasó?, Hacienda salió con una subasta, y el Banco Central salió con otra (subasta de de Bonos de Estabilización Monetaria)”, explicó

“Eso hizo que por el lado de los compradores en el mercado, se quedaron a la expectativa para ver cómo iban a asignarse. Eso de alguna manera hizo que el mercado tuviera mucho más posiciones de venta, que posiciones de compra”, agregó.

En su opinión, la decisión de intervenir del Banco Central logró “aceitar la maquinaria”. Además, esto conllevará un proceso de aprendizaje, tanto para el Banco Central como el mercado, sobre cuánto es adecuado intervenir para evitar volatilidad sin conducir más bien a inestabilidad.

Finalmente, Brenes consideró que los sistemas le aportarán transparencia a las transacciones de intervención que se lleven por medio de la Bolsa.

“En los sistemas de Bolsa, todas las operaciones son ciegas, ni la gente sabe que le está vendiendo al Banco ni el Banco sabe a quién le está comprando. Parte de las condiciones de nuestro sistema de negociación, es que las cualidades que determinan quién compra y quién vende, son básicamente; precio, y en caso de que haya precio igual, es quién puso la oferta primero”, dijo.