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¿Por qué Cartago produce tan buenos ciclistas? Expertos dan sus razones

Andrés Brenes, Lico Ramírez, José Adrián Bonilla, Henry Raabe, Gregory Brenes, Kenneth Tencio… la lista es interminable. Cartago ha dado…

Por Rodrigo Díaz

Tiempo de Lectura: 4 minutos
¿Por qué Cartago produce tan buenos ciclistas? Expertos dan sus razones
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Andrés Brenes, Lico Ramírez, José Adrián Bonilla, Henry Raabe, Gregory Brenes, Kenneth Tencio… la lista es interminable.

Cartago ha dado infinidad de ciclistas de alto nivel, que no solo triunfan en las carreteras ticas. También han dado cátedra de sus condiciones en otras latitudes, incluidas las más importantes carreras del mundo.

Pero no solo se trata de ciclistas que se han convertido en leyendas del deporte de los pedales. A ellos les siguen apareciendo promesas que sueñan con emular sus hazañas.

El último en aparecer es el joven Dylan Jiménez -oriundo de Orosi-, quien el pasado martes fue anunciado oficialmente como nuevo miembro del equipo español Lizarte.

Este equipo ha reclutado varios pedalistas costarricenses, entre ellos, Andrey Amador.

¿Cuál será la clave del alto desempeño de los ciclistas cartagineses? ¿El clima, el terreno o la forma de preparación?

Hay de eso, y otras cosas, según tres expertos consultados por El Observador.

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Tierra de campeones

Desde hace mucho tiempo, Cartago ha contado con ciclistas de gran calidad. Y no de una zona específica.

Ya en los años 80 descollaba Albin Brenes y, una década más tarde, su hermano Andrés, ambos del centro de Cartago.

Andrés tuvo el honor de ser el primer costarricense en correr con un equipo profesional en Estados Unidos. Luego hizo lo mismo pero en ciclismo de montaña. Fue en esta disciplina, justamente, en la que logró un meritorio sexto lugar.

Otras figuras destacaron procedentes de localidades como Cot, camino al Volcán Irazú hasta el Valle de Orosi.

Federico “Lico” Ramírez, campeón de Vuelta a Costa Rica y figura del ciclismo de montaña es justamente de Cot.

De Capellades procede Gregory Brenes, también ganador del máximo giro del país. Y de muy cerca, en Pacayas, procede Kevin Rivera, quien hace sus primeras armas en el ciclismo internacional.

Adrián Víquez, un agricultor de Tierra Blanca, tuvo su momento de gloria al ganar la Vuelta a Costa Rica en 1993.

Por su parte, Paraíso se convirtió en un semillero de importantes ruteros. Entre ellos, sobresale José Adrián Bonilla, quien además de ganar el giro costarricense en dos ocasiones, corrió en España. También corrieron en ese país los hermanos José y Elías Vega, y justo lo hará ahora el joven Dylan Jiménez.

Otro Bonilla, de nombre Daniel, y también oriundo de Paraíso, fue el último ganador de la vuelta costarricense, suspendida desde 2019 debido al covid.

No se pueden dejar de mencionar al paralímpico Henry Raabe, quien antes de sufrir un grave accidente fue campeón en dos ocasiones de la Vuelta a Costa Rica; y a Kenneth Tencio, el flamante campeón panamericano de BMX y quien arañó la medalla de bronce en los Juegos de Tokio.

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Condiciones geográficas

Cartago es una provincia idónea para la práctica del ciclismo, porque tiene todo tipo de terreno, explicó el exciclista y actual técnico Andrés Brenes.

“Tenemos rutas de altura muy cerca, como el Cerro de la Muerte, Volcán Irazú, tierra caliente, como el valle de Turrialba. Y la ruta de El Guarco, Tobosi y Coris, que con sus 20 o 25 kilómetros es quizá el terreno plano más largo del GAM, y a 1.375 metros sobre el nivel del mar.

“Estos son ingredientes que optimizan el desarrollo de los talentos en la práctica del ciclismo”, expuso el excampeón de la Vuelta a Costa Rica de 1995.

Rafael Calderón, un entrenador con cuatro décadas de trayectoria, reconoce los beneficios de entrenar en Cartago y la gran ventaja que tienen los lugareños de entrenarse con topografías tan diversas en tan poca distancia.

“Al haber tanto terreno montañoso, el ciclista de Cartago debe acostumbrarse a subir y bajar, eso le da mucha regularidad”, señaló.

Calderón, quien era el técnico del comité de Deportes de San José, solía llevar a sus ciclistas a entrenar a Cartago, entre ellos, a Andrey Amador, el mejor ciclista costarricense de todos los tiempos.

Justamente, para alcanzar su mejor nivel de cara a las competencias internacionales, Amador realiza entrenamientos especiales en Cartago. De hecho, sus padres viven actualmente en Cartago, por lo que muchos piensan que el rutero es oriundo de la provincia.

Dylan Jiménez es, por ahora, el último de una extensa lista de ciclistas cartagineses que se dan paso en el ámbito internacional (cortesía Dylan Jiménez)

Otros factores

Pero el terreno no es lo único que favorece a los ciclistas de Cartago.

Aspectos como una buena alimentación y la ausencia de otras distracciones de los jóvenes que viven en las zonas más alejadas ayudan a un mejor desarrollo en la disciplina, de acuerdo con Calderón.

El estratega también señaló como un elemento clave la promoción. Por un lado, el apoyo del sector privado, como lo hizo en su tiempo Almacén González, cuya mayoría de corredores eran de la zona.

El otro es que un ciclista triunfador es motivo de orgullo para todos. “Se convierten en íconos, que los jóvenes quieren imitar”, reflexionó el entrenador.

Y elementos que parecen muy simples, pueden hacer la diferencia.

“Estar con ellos, ayudarlos hasta donde se puede y hasta chinearlos para que se sientan bien, los motiva a superarse más”, asegura Alejandro Meza, entrenador del equipo de ciclismo de Paraíso, uno de los semilleros de la provincia.

Meza reconoce que el apoyo del Comité de Deportes de su cantón y hasta sus recursos propios para conseguir bicicletas y ayuda económica ha servido para que muchos jóvenes ruteros continúen compitiendo.

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El técnico comentó, entre sus anécdotas, que un chiquillo llamado Daniel Bonilla llegó a unas competencias que hacían en una pista de ciclismo de montaña en Paraíso.

Tras invitarlo a correr, se sorprendieron cuando obtuvo el segundo lugar, por lo que lo reclutaron de inmediato. Y como no tenía bicicleta de carreras, Meza le dio una que tenía para que pudiera competir.

Años después, ese jovencito se convirtió en el último campeón de la Vuelta a Costa Rica.

Finalmente, además de talento innato y de condiciones, todos estos campeones se han caracterizado por su carácter, perseverancia y deseo de llegar lejos, coincidieron los especialistas.

Es posible que en el corto plazo se pueda ver a otro costarricense, esta vez oriundo de la Vieja Metrópoli, descollando en las principales competencias internacionales.