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¿Por qué es necesario resguardar la producción de azúcar costarricense?

Jorge Chaves Berrocal/ Abogado Iniciaremos este análisis preguntándonos ¿Por qué es necesario y de forma inmediata reguardar la producción de…

Por Desde la Columna

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¿Por qué es necesario resguardar la producción de azúcar costarricense?
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Jorge Chaves Berrocal/ Abogado

Iniciaremos este análisis preguntándonos ¿Por qué es necesario y de forma inmediata reguardar la producción de azúcar costarricense?

Para responder tal interrogante iniciaremos afirmando que de forma imperativa y urgente nuestro país requiere de una medida de salvaguardia a las importaciones de azúcar blanco de plantación clasificado en la fracción arancelaria 1701.99.00 del Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercancías. ¿Por qué la necesita? La requiere dado que se ha producido un aumento enorme e inusitado en las importaciones de azúcar blanco que está provocando un grave daño a la producción nacional; es por ello que el artículo XIX del GATT de 1947 indica:

“1. a) Si, como consecuencia de la evolución imprevista de las circunstancias y por efecto de las obligaciones, incluidas las concesiones arancelarias, contraídas por una parte contratante en virtud del presente Acuerdo, las importaciones de un producto en el territorio de esta parte contratante han aumentado en tal cantidad y se realizan en condiciones tales que causan o amenazan causar un daño grave a los productores nacionales de productos similares o directamente competidores en ese territorio, dicha parte contratante podrá, en la medida y durante el tiempo que sean necesarios para prevenir o reparar ese daño, suspender total o parcialmente la obligación contraída con respecto a dicho producto o retirar o modificar la concesión.

b) Si una parte contratante ha otorgado una concesión relativa a una preferencia y el producto al cual se aplica es importado en un territorio de dicha parte contratante en las circunstancias enunciadas en el apartado a) de este párrafo, en forma tal que cause o amenace causar un daño grave a los productores de productos similares o directamente competidores, establecidos en el territorio de la parte contratante que se beneficie o se haya beneficiado de dicha preferencia, esta parte contratante podrá presentar una petición a la parte contratante importadora, la cual podrá suspender entonces total o parcialmente la obligación contraída o retirar o modificar la concesión relativa a dicho producto, en la medida y durante el tiempo que sean necesarios para prevenir o reparar ese daño.”

Ahora bien, las condiciones de procedibilidad de una medida de salvaguardia son objetivas y se concretan en determinar el porcentaje inusitado de aumento de las importaciones de azúcar blanco en un determinado período de tiempo, en contraposición con las importaciones de años anteriores, y el efecto que ello provoca en la producción nacional (amenaza de daño o daño grave).

La fórmula para saber si el aumento en las importaciones de azúcar blanco es significativo y/o relevante para el mercado nacional, nos la da el artículo 2.1 del Acuerdo sobre las salvaguardias de la OMC, de 1994, el cual establece que ese aumento de las importaciones debe ser en “tal cantidad, en términos absolutos o en relación con la producción nacional, y se realizan en condiciones tales que causan o amenazan causar un daño grave a la rama de producción nacional que produce productos similares o directamente competidores”

Así las cosas, al determinar el incremento en la importación de azúcar blanco en Costa Rica, nos encontramos que entre el año fiscal 2015 a 2017 ese aumento de las importaciones fue de un 102%, lo cual jamás podría justificarse por un aumento en término similares del consumo, sino que tal aumento en las importaciones de azúcar blanco en Costa Rica, obedece a un desplazamiento del azúcar blanco costarricense del mercado nacional por azúcar blanco importado, provocando ello un grave daño al productor cañero costarricense. 

Por ende, el azúcar costarricense requiere con extrema urgencia de una medida precautoria en torno a la importación de azúcar blanco, salvaguardia la cual, para que proceda conforme a derecho, era suficiente con la existencia de una amenaza, del riesgo latente, para la producción de azúcar nacional, no teníamos que llegar al extremus de tener que soportar ese daño, pues por su naturaleza misma, la medida de salvaguardia busca la evitación de ese daño.

Sin embargo, como país fuimos pasivos, lentos en reaccionar y tomar medidas inmediatas, y el grave daño ya se concretó, más de dos mil quinientos productores costarricenses perdieron su fuente de ingresos que provenía de la caña de azúcar, es decir, prácticamente el 25% del productor nacional cañero en términos cuantitativos quebró, y si no se decreta una medida de salvaguardia de forma urgente, la producción nacional de caña de azúcar colapsará, y ello traerá consecuencias devastadoras para el agricultor cañero costarricense y provocará un efecto dominó en todos los sectores que se interrelacionan con él, como lo es el transporte, la venta de insumos agrícolas y el comercio que se nutre de las muchas zonas y/o poblaciones cañero agrícolas de nuestro país.

Veamos en datos el grave daño que ya ha sufrido el productor de caña de azúcar en nuestro país y por ende, la economía costarricense. Costa rica tiene sesenta y cuatro mil hectáreas de sembradíos de caña de azúcar, distribuidas en 25 cantones y 114 distritos de nuestro país, contándose en la actualidad con siete mil quinientos once productores,  lo que refleja la importancia del cultivo de caña en Costa Rica.

Ahora bien, utilizando la metodología de la CEPAL, eso se traduce en aproximadamente 20 mil empleos directos en la geografía nacional, y prácticamente 80 mil empleos indirectos; es decir, el sector agrícola cañero representa casi el 5 % de la fuerza laboral costarricense, lo anterior con fundamento en la cantidad de trabajadores con empleo efectivo que reporta el INEC para el año 2019.

Si nos trasladamos a los números macroeconómicos el sector agrícola cañero representa el 2.3% del PIB, y aporta más de ocho mil quinientos millones en impuestos nacionales y contribuciones sociales. 

Todo lo que hace evidenciar el valor innegable que tiene la producción cañera en la economía costarricense, al punto que la ley 7818 declara de interés público la existencia y el mantenimiento de los pequeños y medianos productores independientes de caña y de sus organizaciones para la protección de sus derechos. 

Precisamente partiendo de ese principio solidario es inaceptable que en Costa Rica hayan desaparecido casi dos mil quinientos productores independientes de caña, producto de la importación indiscriminada de azúcar blanco de plantación, cabe preguntarse ¿por qué razón si nuestro país cuenta con instrumentos legítimos de defensa comercial, garantizados por múltiples tratados internacionales y de libre comercio, no los utiliza en defensa de una actividad tan esencial para la economía patria?

No existe un solo país productor importante de caña de azúcar en el mundo que no apoye a sus productores por razones estratégicas, y por ende no haya recurrido a los instrumentos y/o mecanismos previstos en los tratados comerciales y tratados internacionales atinentes al tema en pro de la protección de su cultivo, por ende, es desconcertante la falta de previsión estatal para poner un freno inmediato a las importaciones excesivas de azúcar blanco de plantación, puesto que de no adoptarse medidas de salvaguardia con extrema urgencia, la desaparición del sector agrícola cañero será una sombría realidad en la economía costarricense, que ya no soporta más desempleo, ni más contracción, ni más recesión.

Está en manos de nuestro Gobierno la única solución solidaria, razonable y lógica, para proteger el agro nacional y continuar con la senda de la paz social, la cual consiste en el otorgamiento de una medida de salvaguardia en protección del sector agrícola cañero costarricense, el cual siempre ha sido un bastión en la economía patria, y es el medio de subsistencia de miles de miles de habitantes de este país, que en tiempos de crisis, tanto necesita de fuentes de empleo, de reactivación económica y de protección a un sector que contribuye en demasía al desarrollo solidario nacional. 

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