Presidenta del AyA: “No hemos hecho absolutamente nada mal”

Yamileth Astorga, presidenta ejecutiva del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), defendió la polémica suspensión de mediciones del consumo de agua al inicio de la pandemia, generando una ola de denuncias.

Astorga habló este martes durante una conferencia de prensa de rendición de cuentas del AyA. En este caso, señaló que las ordenes respondieron a un momento del inicio de las restricciones en que la recomendación era “quédense en casa”. 

Además, dijo que las estimaciones que se implementaron durante esos meses es una medida estipulada en el reglamente tanto de la autoridad como del AyA. 

“Si yo hubiese hecho algo mal, yo digo, ‘me voy’, pero realmente no hemos hecho absolutamente nada mal. En este sentido, quiero decir que ceder a esas presiones que han dicho por ahí que debo salir de esta institución, es ceder a muchas mentiras, a muchos engaños y yo eso no podría aceptarlo”, explicó Astorga.

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“Yo renuncio cuando el señor presidente me lo pida. Yo he puesto mi renuncia, y penosamente, digo yo penosamente, en el sentido de que realmente los resultados se notan, los resultados se ven con números de lo que estamos haciendo”, agregó.

La institución suspendió durante marzo y abril la lectura de medidores, usando más bien un promedio histórico del consumo para la facturación. Cuando se retomó la lectura a partir de mayo, la revisión reveló el consumo real de agua y se empezaron a cobrar las diferencias.

Tanto los diputados que integran la Comisión de Ingreso y Gasto Público como la Cámara Costarricense de Construcción han solicitado que se intervenga al AyA. En el caso de los diputados, señalaron los cuestionamientos por los cobros a nivel nacional y la pérdida de un arbitraje internacional.

El AyA ha atendido 107.000 casos por reclamos en el 2020. (Foto: Rendición de cuentas del AyA)

1.200 reclamos por día

Durante junio, por ejemplo, se atendieron un promedio de 1.150 reclamos diarios y a lo largo del año se han acumulado 107.000 casos de reclamos, según el AyA.

Para noviembre, ya se ha regresado al promedio normal de 145 casos diarios.

Astorga se refirió al problema en la facturación como un “punto negro en una sabana blanca”.

Por su parte, Manuel Salas, gerente general de la institución, consideró que el brinco en las facturas corresponde a una serie de efectos que aumentaron el consumo. 

Esto incluye la época seca que coincidió con la primera parte de la pandemia así como la aplicación de las medidas de higiene contra el covid-19.

Mientras tanto, el teletrabajo y cierre de escuelas aumentaron la presencia en casa y los aumentos tarifarios se empezaron a aplicar en febrero. En algunos casos, había fugas internas en casas, las cuales no se identificaron en el momento.

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Otros fallos que señalan al AyA se deben a una subinversión histórica, según Astorga.

“La institución tuvo un rezago muy largo, nosotros calculamos cerca de 30 años de rezago. Realmente subsanar ese rezago no solo significa una alta inversión, como estamos haciendo, sino una fuerte dedicación”, dijo.

“Lo peor que le puede ocurrir a la institución y al país, y por supuesto a nuestros usuarios, es dejar que venga alguien que no conoce la institución y que inicie un periodo que apenas a va a corresponder a un año y cuatro meses”, agregó.