Tomás Gómez
Si la promesa original del presidente Carlos Alvarado se hubiera cumplido, desde hace cinco meses Costa Rica tendría pruebas de covid-19 de fabricación nacional.
Alvarado incluso había prometido asumir “la responsabilidad” si el plan no salía pero a casi un año del anuncio, ninguna de las dos premisas se concretó.
Consultado al respecto, el mandatario aseguró este miércoles que pedirá el reporte para saber qué ocurrió.
“Lo último que supe es que como se dio priorización al Inciensa en la de adopción de pruebas los estudios estaban retrasados”, dijo durante una visita al Ebais de Coronado.
“Voy a pedirle a mi gente que me de una actualización de cuál es el estatus de eso”, agregó a su escueta respuesta.
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“Expuso a los científicos”
A inicios de la pandemia, justo el 23 de abril del 2020, Alvarado aprovechó la atención que entonces acaparaban las conferencias de prensa diarias para anunciar que el país tendría sus propias pruebas del covid-19.
Por entonces las pruebas eran un insumo escaso a nivel mundial. Según el Gobierno, el proceso se desarrollaría en el Centro Nacional de Innovaciones Biotecnológicas (CENIBiot).
El optimismo de Alvarado fue desmentido en cuestión de días y el propio director del CENIBiot, Randall Loaiza calificó de “aventurado” el anuncio.
En menos de una semana, Alvarado apareció nuevamente ante las cámaras y dijo tener “remordimiento” por haber expuesto al equipo científico a la opinión pública.
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“Ellos están en las pruebas y esperan tener los primeros resultados de cuatro a seis meses como se dijo en la conferencia de prensa y yo confío. Además con solo que el primer protocolo, el de extracción, se culmine con éxito como todo indica que será así, ya ese será un avance enorme para el país”, matizó después.
“Si esas pruebas llegan a fracasar y no tenemos o no desarrollamos la prueba no le pondré a don Randall y su equipo un reproche. Yo asumiré absolutamente la responsabilidad”, concluyó el 27 de abril.
Reactivos y experimentos atrasaron los planes
Tres semanas atrás, al cumplirse el primer aniversario de la pandemia, el equipo del CENIBiot explicó a El Observador los atrasos que ha tenido el proyecto.
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Según Randall Loaiza hubo prototipos de extracción con resultados favorables pero se necesitan materiales para comprobar sus resultados en gran escala.
Parte de los insumos deben ser importados y los procesos son complicados en época de pandemia. Un tipo especial de metanol estaba siendo la principal traba.
Loaiza comentó que había un presupuesto del $63,ooo para las pruebas piloto. Además, un convenio con una empresa farmacéutica local permitiría elaborar 10.000 pruebas de reacciones.
A la fecha no hay anuncios de avances.
