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Pruebas covid-19 todos los días y guantes para la comida: el otro lado de los ticos en Tokio

Este domingo llegaron a su fin los Juegos Olímpicos de Tokio, en los que Costa Rica colocó a cuatro de…

Por Hermes Solano

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Pruebas covid-19 todos los días y guantes para la comida: el otro lado de los ticos en Tokio
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Este domingo llegaron a su fin los Juegos Olímpicos de Tokio, en los que Costa Rica colocó a cuatro de sus atletas en el “top ten” de diferentes disciplinas.

Y dos más recibieron diploma olímpico, que se otorga a los ocho primeros lugares de cada competencia.

Kenneth Tencio fue cuarto en el BMX Freestyle y Brisa Hennesy quinta en el surf. Además, Andrea Vargas en atletismo e Ian Sancho en judo se ubicaron en el noveno puesto.

Pero más allá del aspecto deportivo, los ticos vivieron en suelo japonés bajo estrictos protocolos sanitarios que buscaban evitar la propagación del covid-19.

Lo que vivieron allá

Por ejemplo, cada uno de los atletas tenía que realizar una prueba diaria antocovid de saliva.

“Nos dieron un paquete con unos tarritos para todos los días llenarla de saliva y llevarla a la oficina del CON, que se encargaba de llevarlos a la organización”, explicó Gerald Drummond, quien compitió en los 400 metros con vallas.

“Estaban bastante estrictos, hacíamos prueba covid todos los días, en un tubito teníamos que echar la saliva”, dijo por su parte la gimnasta Luciana Alvarado.

Eso lo tenían que hacer apenas se despertaban en las mañanas y antes de incluso lavarse los dientes o tomar agua.

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Desde la llegada

Previo a viajar todos los atletas tuvieron que realizarse dos pruebas PCR y, además, recibieron las dos dosis de la vacuna anticovid.

Una vez tocaron suelo nipón, en el propio aeropuerto les realizaban otra prueba y no podían salir de ahí hasta que les dieran el resultado y saliera negativa.

“Cuando se llegaba al aeropuerto tenían todo un protocolo para hacerse la prueba y había que bajar una aplicación para registrar si había síntomas y la temperatura”, contó Drummond.

“Duramos 3 horas en el proceso de hacer la prueba y hasta que dieran el resultado”, añadió. El atleta indicó que a otras delegaciones les tomó hasta 6 horas.

Además, los deportistas se debían tomar la temperatura constantemente y cumplir con el distanciamiento.

Otra de las cosas que “sorprendió” a los atletas ticos fue a la hora de comer. Cuando llegaban al comedor debían ponerse guantes para servirse los alimentos.

Una vez que se sirvieron se los podían quitar para comer, pero en caso de que quisieran servirse refresco, ensalada o frutas debían colocarse nuevamente los guantes.

Además, cada espacio en el comedor estaba separado por acrílicos y tenían toallas húmedas disponibles.

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El CON entregó a cada atleta una botella personalizada e implementos para hidratación durante los juegos.

Villa completa

Una que disfrutó bastante su experiencia fue Alvarado, quien quedó impresionada con su área de entrenamiento y competencia, así como con la villa olímpica.

La gimnasta vivió su primera vez en unas Olimpiadas y dice que el nivel es totalmente superior a lo que ha visto por ejemplo en Centroamericanos y del Caribe o Panamericanos.

“La villa estuvo impresionante. Era muchísima gente y ver todas las villas y como cada país lo logra personalizar fue genial”, dijo la atleta nacional, primera en la historia del país en participar en esta disciplina.

“Había una zona internacional con salón de belleza, tiendas, espacios culturales, café. El estar ahí en la villa uno tiene de todo y no le hace falta salir”, afirmó.

Para Alvarado, al igual que para el resto de la delegación costarricense, lo vivido fue inolvidable.

“Disfruté un montón y se pudo vivir la experiencia al máximo”, finalizó.