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¿Que si me gustó Picnic? Esta fue mi experiencia de casi 12 horas

Por Camila Acosta para El Observador

Por Redacción El Observador

Tiempo de Lectura: 8 minutos
¿Que si me gustó Picnic? Esta fue mi experiencia de casi 12 horas
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Mi sábado 17 de febrero tuvo nombre y apellidos: Picnic Festival Centroamérica en su edición 2024.

Es el festival de música más grande de la región y la ocasión ameritaba estar a la altura: ropa cómoda, vibrante y buena actitud.

Me levanté temprano y preparé el ‘outfit’ que compré dos días antes, porque eso es algo muy significativo de Picnic. No es una compra cualquiera de ropa. Es una compra que sigue unas especificaciones: la más importante es que sea divertida y llena de vida.

Las puertas del festival abrieron a mediodía y, como era la primera vez que asistía, quise llegar temprano, para absorber toda la experiencia.

El inicio

Al llegar, las filas estuvieron claramente demarcadas y había buen flujo de asistentes. Las personas encargadas verificaron que se movieran y de que no hubiesen grupos de personas que obstruyeran el paso.

El fin es que las personas circularan y que todo fluyera bien, por lo tanto, la recomendación que me hicieron de llegar temprano fue muy acertada.

El primer control fue mostrar la cédula y una revisión de carteras o mochilas para verificar que todos los artículos incluidos fuesen los permitidos por la organización.

Hubo un segundo control para el chequeo de las entradas. Aquí hubo una persona escaneando las entradas con el código QR y, esa misma persona, se encargó de poner el brazalete, que también sirvió como método de pago.

Al llegar al área de juegos, escenarios y demás, me llevé una impresión y de buena manera. Los grandes escenarios que se veían de primera entrada, los colores, la vida, el brillo y la emoción… todo me encantó.

La primera tarea del día era hacer una recarga del brazalete, ya que era único método de pago: uno recargaba con el monto que estimaba que gastaría en comida y bebidas.

Había varios puestos de recarga distribuidos en todo el recinto; yo opté ir al que estaba cerca de la entrada.

Los espacios se dividían entre pago por medio de tarjeta, efectivo o ambos. No había fila… esa fue una ventaja de llegar temprano.

Agua para el calor

Ahora sí: hice con la primera compra del día… agua! Era la 1 p.m. en Belén, con su clima particular, y el calor que se sintió era como una carga pesada. Por lo tanto había que hidratarse lo más rápido posible.

Por dicha había numerosos puestos de ventas de bebidas y se podía comprar sin mayor problema.

Muchas personas me comentaron que el sistema de recarga de este pasado sábado estuvo mucho más ágil y mejor que la primera fecha de Picnic.

Me llamó mucho la atención ver un montón de stands con emprendimientos costarricenses, como ventas de joyas, aretes y pulseras.

También collares, blusas, camisas, sombreros, vasos reutilizables, alfombras hechas a mano y productos amigables con el ambiente, entre otros.

Aproveché y compré en uno de los stands y las muchachas que atendían se mostraron muy amables.

Muy cerca había otros stands de marcas comerciales que ofrecían regalías como botellas con agua, palomitas o granizados.

Otros tenían promociones por la compra de un producto. Por ejemplo: en uno de ellos se ofrecía ingresar al local y disfrutar de la vista al campo ferial y un ventilador.

En otro daban abanicos para intentar apaciguar un poco el calor que estaba haciendo en este cantón herediano.

Cerca de esos stands había zonas de carga para celulares.

Un detalle: hay una creencia que este tipo de festivales es sólo para gente joven, sin embargo, me alegró mucho ver personas de todas las edades, eso sí, el festival es sólo para mayores de edad.

Personas de diferentes rangos etáreos, todas vestidas con sus ‘outfits’ para Picnic, ver los gustos diferentes de cada quien… una reunión de mucha actitud y ganas de pasarla bien.

La música

El festival contó con 33 artistas, internacionales y nacionales, por lo tanto tuve que planear un itinerario de a quiénes quería ver para no perderme ninguno y así aprovechar al máximo los diferentes géneros de música.

Los conciertos estuvieron distribuidos en los escenarios Stage Picnic, Jogo, 506 y Hideout.

El primer concierto que vi fue a Gimario, artista nacional limonense, con mucha energía y deseo de entregar el mejor show al público, ya que era su primera vez en Picnic.

Lo disfruté muchísimo, bailé un montón y me encantó ver lo agradecido que estaba el cantante con su público, ya que, bajo mucho esfuerzo y dedicación, ha logrado grandes cosas en su carrera musical. ¡Hay que apoyar el talento nacional siempre!

De un pronto a otro, se oscureció un poco, a lo que muchos creímos iba a ser una leve lluvia para refrescar un poco el calor tan intenso que estaba haciendo, cuando de la nada se desató ese aguacero.

Muchas personas corrieron a los lugares bajo techo y otras tenían ponchos que sacaron de inmediato. Y estuvieron quienes no les importó la lluvia y siguieron como si nada.

Aprovechando que todavía había poca gente y estaba lloviendo, fui a comprar algo de almorzar. Que sorpresa tan grata al encontrar ese montón de opciones, para todos los gustos y paladares.

Desde hamburguesas, pizza, perros calientes, choripán, pollo frito, shawarma, etc y con diferentes precios. Elegí comerme un hot dog; no había fila, a pesar de que muchas personas estaban bajo techo, pagué de la misma manera que las bebidas, escanear el brazalete y listo, ya tenía mi almuerzo.

Sí considero que para la cantidad de personas y food trucks y stands de comida, había pocas mesas o lugares para sentarse. Por supuesto que no van a llenar todo porque tienen que existir las vías de paso y para el flujo de personas, pero quizás pudieron haber añadido más sillas o incluso bancos esparcidos en el hangar.

Finalmente, encontré una mesa, me senté a comer mi hot dog y esperé a que la lluvia bajara.

Cuando estaba comiendo, una señora se acercó a decirme si podía sentarse conmigo, le dije que por supuesto y ambas estábamos compartiendo. Ví que tenía una camisa de Alejandro Fernández, a lo que le pregunté si era el artista que más esperaba y me contó que desde pequeña le gusta mucho escuchar radio, lugar en el cual escuchaba al famoso Potrillo Fernández. La lluvia finalmente escampó y ya era tiempo de moverme al próximo concierto.

Darrel fue el segundo artista, puertorriqueño, que llegó con todo su flow de reggaetón a ponernos a todos a bailar, a pesar de que la lluvia todavía seguía presente pero ya en menos cantidad.

El show estuvo muy bueno, sin embargo el sonido en varias partes del concierto no fue el mejor, tampoco sé si fue porque no había muchas personas viéndolo. Pero sí debo de reconocer que hizo un excelente show, con lluvia incluida, nunca dejó que afectara su rendimiento.

Ya con la lluvia atrás y haber recibido una buena cantidad de sol era tiempo de descansar y sentarse un rato y recargar energías, porque todavía faltaban los artistas de la noche.

Encontré un buen campo para sentarme, estirar las piernas y simplemente disfrutar el ambiente tan cargado de música en el que me encontraba.

Auténticos Decadentes Picnic

(Sergio Arce / El Observador)

Los pesos pesados

Cayó la noche, que según me dijeron, era cuando hacía más frío, pero sentí que estaba cómodo, sin frío o molestias.

Lo que sí aumentó considerablemente fue la cantidad de personas, en comparación con el momento cuando llegué al campo ferial.

En un abrir y cerrar de ojos era un mar de gente. Al mismo tiempo, me tranquilizó ver que había muchas personas de staff agilizando trámites de bebidas y comidas y también noté que había varios puestos de servicios médicos, en el eventual caso de una emergencia.

Logré ver una parte de la banda Los Pericos, que también tiene sus buenos años presentándose pero siempre dándolo todo. Así como también vi un par de canciones de Kadeho, que se presentó en el Stage 506.

Aquí sí me cuestioné por qué les dieron un escenario tan pequeño a esta banda y las otras nacionales que se presentaron ahí también. Entiendo que hay ciertas cosas de logística y cantidad de personas por concierto, pero todos los artistas nacionales merecen su espacio en un buen escenario.

Los Auténticos Decadentes… primera vez que los veía en la vida a pesar de no ser muy seguidora de su música, pero fue una experiencia muy amena. Claro, es una banda que tiene 38 años de existir y, por lo tanto, tienen un manejo increíble del público.

Lindo fue ver a fans de años disfrutar su concierto como nunca y conectar demasiado con ellos. Seguido de este concierto era el turno de Myke Towers, artista puertorriqueño que se ha presentado varias veces en el país y, en palabras de el, siempre disfruta venir a Costa Rica a entregar su música.

En el HideOut, que era uno de los lugares bajo techo y más pequeños, se presentaba Paul Van Dyk, dj alemán de música electrónica y trance.

A pesar de que se estaba presentando en un escenario diferente a los que está usualmente acostumbrado, no permitió que esto afectara su rendimiento y entregó un set de música electrónica que nos puso a todos a bailar.

Su presentación, más el juego de luces y pantallas, hace de él un conjunto digno de admirar y no perderse.

Llegó el tiempo de una de las bandas más esperadas del festival, The Offspring, que se presentaba por primera vez en Costa Rica y con una base de fans muy fiel.

El lugar donde se presentó se llenó bastante rápido y había demasiadas personas viendo el concierto y costó encontrar un buen campo. Cuando salió al escenario, los gritos y euforia de los asistentes fueron increíbles, se notaba que estaban esperando demasiado tiempo para verlos en vivo y finalmente se les cumplió.

El juego de luces probablemente no fue el mejor, ya que en las pantallas solo se veía como una luz blanca y muy poco la silueta de la banda. Eso sí: todo eran cabezas moviéndose y cuerpos brincando… una locura se desató por esta agrupación de punk.

A esta hora -poco después de las 8 p.m., ya hacían ganas de comerse algo dulcito, por lo que opté comprarme un churro… en realidad me compré dos.

El primero estuvo regular, el segundo estaba calientito y crocante, justo lo que necesitaba para aguantar el resto de la noche.

Como me gusta apoyar el talento nacional, me moví para ver a Disto, dj nacional, que se presentaba en el Hideout y me alegró demasiado poder ir a verlo.

Nunca había tenido la oportunidad de verlo y, por supuesto, que elegí el mejor evento para disfrutar su presentación.

Mucho carisma, sabe conectar con su público y al igual que muchos artistas costarricenses, siempre agradecido con todos por asistir a su set.

El cierre y valoración final

Como cierre de Picnic se presentó J Balvin. Ya para ese momento eran cantidades impresionantes de personas en el sitio donde estaba el colombiano dándolo todo con mucha energía.

Era la primera vez que le veía en público y, aunque no me considero muy fan, se le debe reconocer su show y como le entregó todo a cada una de las personas que estaban ahí con toda la emoción viéndolo.

Fue un día increíble, lleno de música, diferentes ambientes, agradecida por haber asistido por primera vez y que todo haya salido tan bien.

Hay ciertas cosas que tendré en cuenta la próxima vez que vaya como, por ejemplo, un calzado más cómodo del que llevaba.

Otro punto importante para cualquier persona que quiera ir: lleguen temprano porque no hay filas para recarga. Sí hay que tomar bastante agua y sus pausas para descansar, porque son casi 12 horas de pie, por lo tanto, esas pausas son importantes.

¿Qué nos traerá el Picnic Festival 2025? Solo el próximo año lo sabremos y espero estar allí.

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