Hermes Solano
Este martes se realizó una nueva audiencia de medidas cautelares en contra del exsacerdote Mauricio Víquez.
Aunque se le mantuvo la prisión preventiva, el Juzgado Penal de Desamparados rebajó el tiempo de 6 a 4 meses.
El abogado defensor del excura, Rafael Rodríguez, había presentado una apelación a lo dictado por el Tribunal el pasado 7 de mayo y por ello este martes volvieron a audiencia.
Ahora la prisión preventiva de Víquez concluye el 6 de setiembre.
Cerca de ese plazo el Ministerio Público haría otra petición para extenderla mientras se presenta la acusación y se confirma una fecha para el inicio del juicio.
A pesar de la rebaja en la medida cautelar, el abogado de las víctimas, Rodolfo Alvarado se mostró tranquilo y dijo que no tienen ningún problema con eso.
“Para nosotros es más favorable por varias cosas; primero porque la causa está llena con todos los documentos probatorios”, dijo el abogado, asegurando que esta fue la razón principal de los jueces para bajar el tiempo de prisión.
También están de acuerdo en la rebaja porque ahora el Ministerio Público debe correr a presentar la acusación y de esa manera se defina la fecha de arranque del juicio.
“Lo que interesa es que Víquez Lizano sea juzgado por los delitos cometidos, no el tiempo que pase en prisión preventiva”, dijo Alvarado.
“Mal hubiera sido que lo dejaran en libertad, en eso si no estaríamos de acuerdo”, añadió.
El abogado de las víctimas espera que todo el proceso no tarde más de 10 meses, mientras la Fiscalía presenta la acusación, se llama a la audiencia preliminar y luego el juicio.
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Extraditado
Víquez llegó a Costa Rica el pasado 6 de mayo, extraditado desde México, luego de estar casi dos años en fuga.
El exsacerdote enfrenta la causa penal 18-000854-0994-PE, en la que se le investiga como sospechoso de cometer presuntos delitos sexuales en perjuicio de cuatro víctimas, quienes para el momento de los hechos eran menores de edad.
El peligro de una nueva fuga hacía imposible que los jueces lo dejaran enfrentar el proceso en libertad.
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Las primeras quejas contra Víquez datan del 2003, pero el proceso ante la Iglesia Católica no escaló a denuncias.
Los “hechos irregulares” alegados entonces se convirtieron en denuncias hasta 15 años después, inicialmente en la instancia eclesiástica.
Ese fue el detonante para una ola de alegatos contra el sacerdote, a quien la Iglesia tenía destacado como vocero para temas de familia.
