Para evitar que el plan de salvamento a deudores se traduzca en una caída de la rentabilidad y calidad de sus activos, los bancos estatales deberán rechazar a los clientes altamente riesgosos.
También tendrán que recurrir a débitos automáticos en planilla, para minimizar las posibilidades de un impago. Y podrán definir estándares de suscripción para los préstamos o exigir garantías hipotecarias.
Al menos así lo prevé la firma calificadora de riesgo Moody’s después de analizar el programa de readecuación de deudas que anunció el Gobierno.
Aunque el Ejecutivo no ordenó un monto específico a cada banco estatal, la calificadora teme que pueda afectar sus rentabilidades, pues se trata de refinanciamientos hasta por 20 años, con un tope en a tasa de interés.
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“Los programas de alivio de la deuda afectarían negativamente la calidad y la rentabilidad de los activos de los bancos y potencialmente presionarían su posición de capital a medida que aumenten los préstamos. Sin embargo, el efecto dependerá de cómo los bancos implementen el programa porque la directriz les deja espacio para adaptarlo y evitar un deterioro significativo”, indicó Moody’s en el reporte publicado el jueves.
Una de las preocupaciones es el tope en la tasa de interés, que será igual a la tasa básica pasiva más 550 puntos básicos.
En opinión de los analistas de Moody’s, si bien esta tasa no está lejos del promedio de las tasas activas, el perfil de riesgo de los deudores provoca que esté por debajo de las tasas de mercado, lo que afecta negativamente la rentabilidad.
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Bajo crecimiento
En el informe, la calificadora de riesgo anotó que la economía costarricense ha mostrado un lento crecimiento en los últimos años, al tiempo que la deuda de las personas ha aumentado.
“El crecimiento económico de Costa Rica se ha desacelerado. Con un crecimiento del PIB del 2,6% en el 2018, se espera que crezca un 2,2% en el 2019 y un 2,4% en el 2020, mientras el promedio era de 3,7% en el periodo 2014-2017”, indicó.
También resaltó que el desempleo se disparó a un 11,9% en junio, frente al 8,7% del año anterior.
“Junto con aumentos de impuestos significativos que entraron en vigor en julio, las condiciones han presionado los ingresos disponibles de los deudores y, por lo tanto, su capacidad de pago, lo que ha llevado a un aumento en todo el sistemaen morosidad de préstamos”, indicó el reporte.
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