Blogs

Reconocerse… una forma de empoderarse

Jessica Hoffmaister para El Observador Somos seres sociales y como tales cumplimos normas y roles…es parte del orden; sin embargo,…

Por Desde la Columna

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Reconocerse… una forma de empoderarse
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Jessica Hoffmaister para El Observador

Somos seres sociales y como tales cumplimos normas y roles…es parte del orden; sin embargo, conforme crecemos podría ser que el cumplimiento “adecuado” de cada uno de los roles asignados permita que perdamos el rumbo, la conexión con nuestro propio ser y con lo que verdaderamente queremos.

Si de roles hablamos. ser mamá, hija y esposa traen consigo una lista de implicaciones y responsabilidades que no son opcionales, o al menos así lo pensamos en alguna etapa. Alto, reconectarse con el propio ser y accionar desde ahí, modifica las relaciones, las responsabilidades y los vínculos que vamos generando.

En nombre del amor (a otros) se justifican muchos sacrificios que van escondiendo la esencia (la divina esencia®) que nos caracteriza.

Vivo en automático

Cuando el paso del tiempo ya ha dado tregua y el rol es más importante que la propia esencia, somos seres funcionales, altamente productivos y con niveles de frustración que nadie se explica, se vive en automático, casi sin darnos permiso de preguntarnos ¿Qué puedo hacer diferente?

Sin embargo, “mientras haya vida, hay una forma diferente de hacer las cosas.” Aplica para todo… La vida es para vivirla, no para sobrevivirla. Dice Wendy Ramos “mi fiesta no es de mis invitados, mi fiesta es mía”, qué tan cierto. Vivir la vida en función de los otros, incluso por el amor que les tenemos, nos desconecta de la responsabilidad de ser nosotros mismos.

¿Cuál es la receta mágica?

Lamento decirle que no la hay, para todos ha de ser diferente, sin embargo, conectar con el propio ser recomiendo sea el primer paso.

En el mercado hay muchas ofertas para generar procesos de autodescubrimiento, pero la lección no llega si el estudiante no está listo y para facilitar el proceso necesitamos tener disposición.

Algunas ideas para iniciar:

  1. Observarse…. Cuando logramos tomar la posición de observador (y no de juez) hacia nosotros mismos, hay una perspectiva distinta, desde afuera, que nos permite identificar cuándo somos auténticos, cuándo cumplimos roles asignados y cuándo los cumplimos aún en contra de nuestra propia voluntad. Anótelo todo, llevar una bitácora, un diario o un planificador donde escriba pensamientos, emociones y poder repasar al final del mes lo vivido, nos permite observarnos y hacer un primer análisis de nosotros mismos.
  2. Las respuestas están dadas, hay corazonadas, emociones que hablan fuerte, a veces es un escalofrío, otras un dolor de cabeza, cansancio extremo o mariposas en el estómago. Las emociones se manifiestan en nuestro cuerpo, hemos aprendido a no escucharlo, pero nos habla constantemente. ¿Conoces el libro “Tu puedes sanar tu vida” de Louis Hay? Altamente recomendando para esta práctica de escuchar el cuerpo. Con una respiración profunda y la pausa personal puede preguntarse: ¿por qué me siento así? ¿por qué y para qué hago esto o aquello?
  3. Hacerse cargo. Abrazar las luces y las oscuridades. Reconocer los miedos y las responsabilidades. Asumirse como único(a) responsable de lo que ocurre en su vida. Es mucho más fácil culpar al otro o justificarse en el otro. Reconocer las debilidades, lo imperfecto e incluso lo que nos da vergüenza no es fácil, pero se trata de hacer una tregua con nuestro ser.
  4. El amor propio aplicado de forma incondicional, compasiva y nutritiva hacia nosotros mismos en el “aquí y el ahora” es necesario. De esta manera generamos el camino de reconocernos tal y como somos, en el momento presente. Amor que transforma, que sana, a partir de aquello que Usted y solamente Usted, desea.

Amar es revolucionario. Abrase a amarse a usted mismo.

Jessica Hoffmaister