Con el inicio del año electoral llegan las dudas sobre las actividades políticas que pueden o no hacer los funcionarios públicos y los altos jerarcas. Irrespetar las pautas podría configurar el delito de beligerancia y acarrear el respectivo proceso legal.
Las reglas varían según cada puesto y para que tanto los burócratas como la población en general tengan claras las pautas a seguir, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) creó un compendio con todas las limitaciones vigentes.
En la lista aparecerán las normas y las interpretaciones que ha hecho el TSE según cada perfil en la última década.
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El sistema permitirá buscar las disposiciones para cada puesto de la administración pública.
Además, mostrará normas como horarios y el grado de participación que puede tener cada empleado. Esto incluye desde la militancia partidaria hasta las prácticas en redes sociales o el uso de propaganda.
“Este sistema puede evitar a muchos servidores exponerse a su destitución y una simultánea inhabilitación para ocupar cargos públicos en un futuro. Las personas podrán saber si, debido al puesto pueden o no realizar actos de contenido político-electoral (como por ejemplo, postularse a un cargo de elección) o si tienen que renunciar para poder aspirar a integrar una nómina de candidatos”, explicó el TSE.
La lista completa de reglas puede CONSULTARLA AQUÍ.
Beligerancia podría causar hasta un despido
Según el TSE, la beligerancia ocurre cuando un empleado público incurra en parcialidades para en favor o en contra de un partido.
También hay beligerancia cuando el funcionario ejecuta actividades políticas prohibidas para su cargo. Estas pueden ir desde debates hasta votar en una convención interna.
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En casos como la Presidencia, funcionarios del TSE o altos cargos judiciales, las reglas son tan estrictas que solo les permiten ir a votar el día de las elecciones.
Quienes incurran en alguna de las conductas prohibidas podrán ser destituidos e inhabilitados para ejercer cargos públicos de 2 a 4 años.