Sergio Arce
Golpeados, muy lastimados pero siguen en pie y con esperanza. Así se encuentran los comerciantes de Fraijanes en medio de la crisis económica causada por la pandemia.
Fraijanes es de las zonas turísticas más hermosas, pintorescas y variopintas del distrito de Sabanilla, el sétimo del cantón central de Alajuela.
Allí se encuentran numerosos negocios dedicados a la venta de comida, hospedajes y agricultura, particularmente café, lecherías, follajes y flores.
El Observador visitó Fraijanes y conversó con algunos de los dueños de restaurantes, que aseguran que mantenerse abiertos no ha sido tarea sencilla. Sin embargo, dicen confiar en el apoyo de los costarricenses.
Por eso aseguran que no se dan por vencidos, porque generan fuentes de trabajo -directos e indirectos- y porque no quieren dejar morir años y años de esfuerzo y dedicación.
OBSERVE MÁS: ¿Reinventarse o cerrar? Dos negocios de barrio Otoya salen adelante en pandemia
Una dura realidad
De acuerdo con el Índice Mensual de Actividad Económica de Octubre del 2020, el comercio mostró una caída importante al registrar una variación de -13,8% con respecto al mismo mes del año pasado.
Y en el caso de hoteles y restaurantes la caída es aún más dramática: la variación interanual es del -55,8%.
Lo anterior se ve reflejado en los datos más recientes de desempleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
La población desempleada se estima en 526.000 personas. Esto es 228.000 personas más comparado con el mismo trimestre del año anterior.
OBSERVE MÁS: Desempleo se estanca en 22%, pese a reapertura de actividades
De pie, con la cabeza en alto y ricos platillos
Estas son tres historias de resiliencia en Fraijanes en tiempos de pandemia. Las historias de La Casona de Doña Julia, Chubascos y Restaurante Típico Fraijanes.
La Casona de Doña Julia
Este negocio familiar abrió sus puertas hace 24 años. Durante la pandemia el negocio cerró sus puertas por al menos cinco meses.
En ese tiempo sus dueños sostuvieron a sus 8 colaboradores mediante la venta a domicilio de tamal asado y prestiños, contó Leonel Araya, uno de los cuatro familiares que laboran en este restaurante de amplios jardines.
Chubascos
Este negocio de tildado familiar abrió por primera vez hace 36 años. Hoy es administrado por cuatro hermanos, tres mujeres y un hombre.
La pandemia los obligó a cerrar tanto la venta de comida como el hospedaje. La familia decidió que incursionaría en la entrega a domicilio, pero no fue el esperado, según cuenta Julia Ardón, una de sus propietarias.
Gracias a la ayuda de los hijos de los propietarios Chubascos concretó este paso en medio de la crisis, pero además sin la ayuda de todo el personal.
Ardón comentó además que la familia decidió aprovechar la coyuntura (la falta de huéspedes en sus tres cabañas) para convertir estos espacios en pequeños salones privados para la atención de comensales.
Restaurante Típico Fraijanes
Juan Carlos Ugalde dice sentir aún el ácido de la crisis, en especial de los cierres de los negocios durante los primeros meses de la pandemia.
Y aunque reconoce el momento extraordinario que vive el país -y el mundo-, asegura que los comercios salen adelante por sí solos, sin mayor ayuda del Estado.
A pesar de sus esfuerzos por sostener al personal, al final dice que no logró hacerlo. Hoy este restaurante es atendido por su familia, aunque confía en revertir la situación en la medida en que mejoren las condiciones económicas.
