Josué Alvarado
Una alerta emitida por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) en febrero del 2021 sobre la vulnerabilidad de las pendientes en Cambronero de San Ramón, en Alajuela, no pudo evitar la tragedia ocurrida la tarde de este sábado 17 de setiembre.
Desde hace 18 meses este criterio técnico advirtió sobre pendientes moderadas y fuertes sobre la ruta 1 a la altura de Cambronero, principalmente a partir del sector conocido como El Empalme, hacia Esparza, tramo en el que ocurrió el accidente en el que murieron nueve personas.
Dice el documento que en este mismo sector es en el que existe una mayor probabilidad de deslizamientos en caso de lluvias o sismos. Desde entonces no se han hecho las intervenciones recomendadas.
Por otro lado, ante la falta de infraestructura segura, predecir que los terrenos vayan a ceder es es una tarea muy difícil. Al menos lo es en Costa Rica.
Sitio en el que ocurrió el accidente:
Tecnología costarricense: inspecciones visuales
Ante la falta de tecnología en el país, los profesionales a cargo de las revisiones de las rutas afectadas por deslizamientos solo pueden recurrir a inspecciones visuales antes de recomendar la reapertura o el cierre.
Es una técnica válida para la toma de decisiones pero insuficiente, dijo el director del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), Mauricio Batalla.
Esta inspección visual se hizo horas antes en el sitio en el que ocurrió el accidente, el mismo sábado 17 de setiembre.
Mauricio Batalla, director de Conavi. (Josué Alvarado/El Observador)
Unas tres horas después de la reapertura un terraplén cayó encima de un bus de la empresa Alfaro Ltda. Producto del impacto la unidad cayó en un guindo de 75 metros, aproximadamente.
“¿Cómo se identifican aquí posibles deslizamientos? Con recorridos visuales y es muy difícil”, dijo el director de Conavi. El vocero explicó que ingenieros, geólogos, administradores viales y otros profesionales buscan, por ejemplo, grietas o flujos de agua que podrían alertar de un posible movimiento de material.
“Se hizo todo el procedimiento adecuado hasta tanto estuviéramos seguros de que ese punto y el resto de la ruta no tenían alguna afectación. Desgraciadamente no tenemos la probabilidad de saber por dónde va a haber un deslizamiento”, añadió.
Batalla dijo que Costa Rica debe apostarle a nuevas tecnologías de alerta tempana, como cámaras y sensores, que permitan tomar mejores decisiones a la hora de abrir o no una carretera.
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“Cercanía del deslizamiento con la calzada de la carretera”
En el informe elaborado por el Lanamme de la UCR se identifica un punto de esta ruta como “P4”, a pocos kilómetros de donde el terraplén golpeó el bus.
“En el P4 el nivel de peligrosidad es elevado, considerando la cercanía del deslizamiento con la calzada de la carretera”, dice el informe LM-PI-UGERVN-004-2021.
Los profesionales encontraron grietas y desniveles, problemas con los sistemas de drenaje, trabajos inconclusos y otros imperfectos a lo largo de la carretera. También detectaron las aguas superficiales como uno de los causantes de los problemas.
Además, se recuerda que el paso permanente de vehículos pesados se debe sumar a los factores que pueden incidir en la desestabilización de los terrenos.
“La señalización no logra prevenir de forma adecuada al usuario del peligro existente en la vía. En este mismo punto no se han colocado sistemas de contención para que los vehículos no se salgan de la vía”, dice el mismo documento.
Estado de la ruta 1 a la altura de Cambronero (MSP).
Desde febrero del 2021 el Lanamme recomendó “intervenciones mayores para una solución permanente”y señaló que los trabajos deberían de hacerse con alta prioridad. Incluso, brinda la opción de hacer obras menores mientras se hace una intervención mayor, para ofrecer seguridad a los usuarios.
“Ante una evental pérdida de conectividad en este sector de la ruta 1, el efecto en la economía y en la movilidad de los usuarios sería de alto impacto por lo que se considera de alta prioridad su atención”, añade el informe técnico.
Entre otras cosas se recomendó:
- Realizar estudios para atender los daños identificados en las vías
- Incluir planes de manejo de aguas
- Realizar estudios para identificar otros sectores de esta ruta que podrían estar vulnerables
Según el documento las características del terreno de la zona son complicadas. Sin embargo, el paso de la tormenta Nate a finales del año 2017 aumentó la vulnerabilidad.
Los investigadores no encontraron evidencia de trabajos efectivos para corregir estos daños entre el paso de la tormenta y el inicio del 2021. Solo obras sin terminar.
El Observador solicitó una entrevista con las vocerías del Lanamme, pero para el cierre de esta nota no hubo respuesta.
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Ministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador. (Josué Alvarado/El Observador)
“Hay otros puntos”
Amador reconoció en la conferencia de este domingo que “hay otros puntos” además de donde se causó la tragedia con posibilidad de deslizamientos, tanto sobre la ruta 1 en Cambronero, como en otras zonas del país. Coincidieron el mandatario Chaves y el director de Conavi.
“Existe una gran cantidad de localizaciones en este país donde hay riesgos importantes. Tenemos 320 lugares donde hay asentamienos humanos ilegales y un porcentaje importante de ellos están expuestos a riegos importantes como deslizamientos”, señaló Chaves.
(Josué Alvarado/El Observador)
Batalla dijo que durante los últimos meses han atendido 140 eventos de este tipo en distintas rutas del país.
Además, el director de Conavi señaló que el punto específico donde ocurrió la tragedia no estaba identificado. Y reconoció que tampoco estaba en la lista de intervenciones a cargo del consorcio Also D’ Geo en la zona, trabajos que iniciarán en noviembre próximo.
El mandatario Rodrigo Chaves reconoció este domingo que el accidente se pudo haber evitado y responsabilizó, en parte, al “abandono” de la obra pública por parte de pasadas administraciones.
