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Salarios públicos aceleran desigualdad según Estado de la Nación

Las brechas sociales que caracterizan a Costa Rica llegaron a niveles históricos en los últimos años y los salarios calificados…

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 2 minutos
Salarios públicos aceleran desigualdad según Estado de la Nación
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Las brechas sociales que caracterizan a Costa Rica llegaron a niveles históricos en los últimos años y los salarios calificados en el sector público se constituyen como uno de los principales disparadores de desigualdad.

Así lo expone el último Informe del Estado de la Nación al analizar el reparto de los ingresos.

Tanto en el ámbito público como en el privado los empleos calificados generan las principales brechas. En el primer caso, eso sí, el aumento es más evidente.

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El informe destacó también el poco impacto que tienen los programas asistencialistas para reducir la desigualdad. A la vez advirtió sobre la vulnerabilidad de estos en tiempos de complicaciones fiscales.

Al analizar la desigualdad, la revisión alerta que para el 2019 el coeficiente de Gini llegó a 0.514, un nivel histórico.

La distribución salarial incide de manera directa en la desigualdad según alerta el Estado de la Nación (PEN)

Desigualdad con pocas oportunidades

En su diagnóstico de la desigualdad el Estado de la Nación mapea dos elementos esenciales: educación y salarios.

La atención de ambos coincide con el tema de los empleos generados, donde el país no sale bien calificado.

“En 2019 se registró la tasa de crecimiento del PIB más baja (2,1%) de las dos últimas décadas (con excepción de la registrada durante la crisis de 2008-2009). Esta tendencia se acompañó de una pérdida neta de puestos de trabajo del orden del 0,8% durante 2019 con respecto al año anterior”, indica el informe.

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“La generación de puestos era claramente insuficiente para atender ese incremento,
desajuste que impulsó un aumento en el desempleo: de todas las personas que se insertaban en el mercado de trabajo, la mitad conseguía empleo y la otra mitad no”, agrega.

Bajo escenario, y aún sin pandemia, la informalidad venía ganando terreno, estimándose en un 55% antes de la crisis.

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Con poca esperanza, el Estado de la Nación señala además que en lo que va del Siglo XXI las desigualdades quedaron instaladas y se profundizan.

“Esta tendencia se afianza sobre las brechas existentes en la distribución de capacidades y oportunidades entre los distintos grupos de la población, que se refuerzan de manera recíproca, lo que genera un círculo perverso de desaprovechamiento del potencial de desarrollo humano del país”, concluye.

La oposición del tamaño de los estratos socioeconómicos y sus ingresos sirven de muestra a la dimensión de la desigualdad (PEN)