Tomás Gómez
La idea de actualizar el funcionamiento del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) convence al sector industrial del país, donde afirman que la institución requiere cambios para lograr responder a las necesidades actuales del mercado.
“Desde hace mucho tiempo tenemos claro que es fundamental un cambio profundo y estructural en dicha institución, para que la misma responda oportunamente a las necesidades de capacitación del sector industrial”, indicó el director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Francisco Gamboa.
Gamboa destacó que la ampliación de las posibilidades de financiamiento y la reorganización administrativa permitirán fortalecer las operaciones del Instituto.
El gremio insistió también en que la actualización es fundamental para que los egresados del INA logren adaptarse a la Cuarta Revolución Industrial (4.o).
La cuarta revolución industrial constituye un mercado global de $665 mil millones de aproximadamente. El sector está relacionado con categorías tecnológicas disruptivas, como el Internet de las Cosas (IoT en inglés) o la Realidad Aumentada, con miras a revolucionar los sectores productivos.
Es además una oportunidad de mercado para las empresas costarricenses que pertenecen al sector de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Según un nuevo estudio de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), de 450 empresas TIC, únicamente 56 desarrollan servicios basados en tecnologías vinculadas a la Industria 4.0, intensivas en valor agregado.
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Cambios puntuales
El miércoles anterior el presidente ejecutivo del INA, Andrés Valenciano, presentó ante los diputados el proyecto para reformar la ley orgánica de la institución.
Se permitiría entre otros ajustes:
- sacar el INA de la Dirección General del Servicio Civil: el objetivo es tener un régimen de empleo flexible que permita la contratación de personal por horas, lecciones, proyectos u otro tipo de categoría. Aplicaría para nuevas personas contratadas quienes regirían a través de salario único
- becas para estudiantes: se plantea que por falta de cupos o por la ausencia de una especialidad, el INA pueda becar a estudiantes en centros públicos o privados del país para su formación. Las becas tendrían un tope y se requeriría un reglamento para establecer cuántas personas podrían tener este beneficio, así como el porcentaje del presupuesto del Instituto que se designaría
- agilizar mecanismos de contratación administrativa: la meta es que el INA pueda contratar oportunamente para dar servicios pertinentes en cuanto a oferta, cupo, instalaciones, equipamiento y otros
En defensa del proyecto, Valenciano insistió en que se trata de una propuesta que no requeriría de recursos adicionales para la entidad.
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