Desde la Columna
Francisco Soto Sagot para El Observador
El mundo está preocupado por la inminente brecha de habilidades y competencias, su impacto potencial en la producción económica ante la incertidumbre actual.
Este es un problema crónico. Desde el año 1968, el Reino Unido identifico una brecha en habilidades por la escasez de ingenieros para los trabajos del futuro.
El problema de hoy es más complejo. Según el Foro Económico Mundial, el 40% de las competencias básicas en el trabajo promedio cambiarán en los próximos cinco años, lo que se está acelerando gracias a la pandemia.
Cambio en la cultura laboral
Al igual que el covid-19, la brecha de habilidades está cambiando la cultura laboral de manera peligrosa. Podemos observar que se esconde una segunda brecha de habilidades y competencias, entre los trabajadores más jóvenes o mujeres, con menor nivel educativo y peor remunerados, en contraste a los profesionales mejor pagados.
Sin embargo, lo que parece ser una buena noticia para los más educados puede ser relativo. Se estima que para en el año 2030, el 20% de la fuerza laboral, estaría poco calificada para su trabajo, generado una nueva brecha.
La segunda brecha
La pandemia ampliará potencialmente esta brecha. Por causas ajenas a su voluntad, las personas que tienen un cambio descendente o desvaloración de su calificación y competencia, ahora asumen trabajos. De otro modo podrían haber estado abiertos a un candidato menos cualificado
Más de la mitad de los adultos que trabajan temen perder sus trabajos en los próximos 12 meses, según una encuesta de Ipsos para el Banco Mundial. Sin embargo, dos tercios de estos son más optimista, piensan que pueden volver a capacitarse con su empleo actual.
Cerrar las brechas de habilidades y competencias
Para cumplir tales esperanzas, las empresas deben cumplir con su parte del trato y destinar recursos a una valiosa capacitación en el trabajo, incluso cuando se encuentran bajo una fuerte presión financiera.
El retorno de la inversión en la mejora de las habilidades y competencias laborales es rápido, al mejorar la retención de personal con talento, empoderamiento del personal en sus funciones y menor rotación de este en la industria. Las empresas tienen que tomar decisiones a corto plazo a pesar de la situación económica ya que facilitará enfrentar mejor una recesión.
Se avecina una brecha en las habilidades y competencias. Es una de las más difíciles de cerrar, no solo por la cantidad de personas cualificadas desempleadas buscando oportunidades de trabajo, sino por los cambios tecnológicos en los trabajos.
Por lo tanto, las empresas, los gobiernos y las instituciones educativas deben actuar con rapidez y de manera coordinada para tapar estos agujeros. ¿Estamos preparados para esta segunda brecha?
francisco
Desde la Columna
