Sergio Arce
Rebeca Ugalde vive, quizás, su más grande anhelo: la maternidad. Hace un mes nació Gabriel y su corazón rebosa de amor, felicidad… y también de días y noches de cuidados y atenciones esmeradas.
Aunque confiesa que sus jornadas y las de su esposo Michael Wyns son agotadoras, dice que no se cambia por nadie.
Incluso, a pesar de que la suya es una maternidad “tardía” para los cánones sociales y recomendaciones médicas.
Esto en vista de que los especialistas médicos consideran que el periodo ideal para que la mujer sea madre es el comprendido entre los 25 y los 35 años.
Y es que a medida que las mujeres superan los 35 años, la cantidad y calidad de óvulos disminuye y cuesta lograr una rápida fertilización frente a las mujeres más jóvenes.
La noticia
Rebeca recibió la noticia de su embarazo en diciembre pasado cuando recién cumplió 46 años. Y su bebé nació a tres meses de sus 47 años.
Gabriel es producto de un proceso de fertilización asistida que, al inicio, no fue sencillo. Rebeca contó a El Observador que la gestación fue posible después de tres intentos.
En especial porque en Bélgica -donde reside hace tres años- las autoridades de Salud permiten este procedimiento hasta los 48 años. Así que la ventana de oportunidad era cada vez más ajustada.
Esta periodista y su esposo siempre tuvieron en mente ser papás, aunque al inicio de su matrimonio se dedicaron a crear experiencias juntos: viajes, caminatas, momentos culinarios y tiempo con la familia y amigos.
¿No es my tarde? “¡No, nunca lo consideré así!”
Pero también ambos sabían que ese plazo perentorio de los 48 años era cada vez más cercano. Así que optaron por la fertilización asistida.
A pesar de ubicarse en un umbral de la vida en el que no es común que las mujeres decidan ser madres, esta tibaseña no temió hacerlo en sus cuatro décadas y después de un divorcio.
Ugalde nunca consideró que era tarde para ser mamá. Era más fuerte su deseo pero, desde luego, reconoce que hubo muchos cuidados y atención médica constante durante los nueve meses de embarazo. Esto porque ella era considerada un “embarazo de alto riesgo”.
La literatura médica consigna que un embarazo en mujeres mayores de 35 años aumenta las probabilidades de padecer diabetes gestacional, tener presión arterial alta y hasta que el bebé nazca con bajo peso o que sea un parto prematuro.
Incluso, a medida que a mujer envejece y queda embarazada existe el riesgo de sufrir una pérdida por aborto espontáneo o muerte fetal intraútero.
Afortunadamente ninguna de estas condiciones se presentó en la gestación de Rebeca.
Todo esto caminó de la mano con una mayor conciencia de la importancia de ser emocionalmente más responsables y sentirse preparados, como pareja, en áreas como la estabilidad económica, comentó Rebe, como la llaman de cariño sus allegados.
Pero, además, esta tica contó que lugar a este punto de la maternidad también se facilitó por el apoyo de sus allegados, en especial -en su caso- de su mamá. Ella viajó hasta la región de Flandes para acompañar y apoyar a su hija en estos primeros meses.
Una felicidad desbordada y un consejo
Un mes después de la legada de Gabriel, la vida del hogar Wyns Ugalde ha sido dicha tras dicha, en virtud de cada una de las etapas que estos esposos están viviendo.
Rebe confiesa que su corazón está desbordado de felicidad, amor y una mayor gratitud con la vida.
Asimismo, ella envía un mensaje a todas aquellas mujeres que sienten la presión -social y hasta personal- por ser madres “ante de que las deje el tren”, dijo.
Rebeca no descarta tener otro hijo antes de las 48 años. Pero por ahora está plena y felizmente entregada a Gabriel.
