Tomás Gómez
Bajo la campana de las Ruinas de Santiago Apóstol se posicionó esta noche el fuego de la Independencia.
Tras los hechos del año anterior, cuando la antorcha debió ser trasladada en helicóptero porque los huelguistas impedían su paso, las tradición volvió al guion habitual.
En manos de estudiantes, la tea concluyó su recorrido de una semana por Centroamérica y llegó a su destino final: la antigua capital de Costa Rica.
Honor para un atleta
El último tramo del recorrido estuvo a cargo de los colegios Elías Leiva, Vicente Lachner y San Luis Gonzaga.
Le correspondió entonces a Jonathan Solano, jugador de la selección de fútbol para amputados, trasladarla hasta el pebetero.
Una vez encendido el fuego sonó la Patriótica Costarricense.
Aunque el parque lucía abarrotado, no se registró esta noche un solo incidente de seguridad o protestas.
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Celebración en completa paz
Contrario a la dinámica de las últimas giras presidenciales, está vez Carlos Alvarado fue bien recibido y pudo dar su discurso sin contratiempos.
Finalizados los actos oficiales el Gabinete dejó el escenario para dar paso a Malpaís, con quienes seguirá la celebración de los 198 años de independencia.
