Desde la columna

Soluciones con propósito desde la colaboración multisectorial local

por Desde la Columna
Observador CR

Por Henry Cedeño

El Informe de Riesgos Globales de 2023, publicado por el Foro Económico Mundial, indica que en los siguientes 10 años, la sociedad global se enfrentará a riesgos derivados de situaciones que no fueron resueltas antes y estarán relacionados con el costo de la vida, los conflictos geopolíticos, económicos, desastres climáticos, pérdida de ecosistemas naturales y su biodiversidad.

Los desafíos han evolucionado en complejidad y sus consecuencias tienen un impacto a todos los niveles. Si bien enfrentamos retos a escala global, debemos seguir prestando atención a la pequeña escala, la local, pues es donde se materializan las consecuencias para las personas.

La planificación del desarrollo puede fortalecerse con un enfoque de territorialidad y gestión de grupos clave para la colaboración multisectorial. La identificación de los retos, sus factores detonadores internos y externos y, sin duda alguna, el interés genuino de resolverlos desde la articulación de todos los sectores a partir de un propósito y plan de trabajo compartidos, son un imperativo para el trabajo local en alianza.

Costa Rica tiene iniciativas de colaboración multisectorial con manifestaciones a nivel cantonal, distrital o comunitario, que nacen en el seno del tejido social y están enfocadas en múltiples desafíos como la conservación de la biodiversidad, la gestión del recurso hídrico, la reactivación económica, entre otros. Estas iniciativas han demostrado su potencial e interés para desarrollar sus capacidades internas de trabajo en alianza, innovación, movilización de recursos, generación de valor social, promoción del bienestar de las comunidades y poblaciones en situación de vulnerabilidad.

Existen modelos de colaboración multisectorial que apoyan a las Asociaciones Administradoras de los Sistemas de Acueductos y Alcantarillados comunales (ASADAS) para fortalecer sus capacidades técnicas y de gestión organizacional para el diseño de proyectos y alianzas locales de impacto. Esto significa un cambio en la manera en que este actor se ha perfilado históricamente, pasando de ser organizaciones receptoras de fondos de terceros a tener la posibilidad de configurarse como catalizadores de acciones colectivas para mejorar el servicio que brindan.

Las alianzas locales dinamizan y reactivan la economía local. Los esfuerzos, en el último año, dirigidos a mujeres rurales del sector agropecuario liderados por la cooperación internacional y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) de este país, han permitido la capacitación de más de 130 mujeres de todo Costa Rica para mejorar y transformar su modelo de negocio a través del fortalecimiento en temas de planificación estratégica, costos y marketing desde un enfoque tecnológico, inclusivo y de innovación verde.

En Guanacaste, un proyecto de huertas caseras mediante la colaboración multisectorial local ha fomentado la seguridad alimentaria, el desarrollo local y, por lo tanto, la mejora de la calidad de vida en las familias a raíz de la afectación económica por la pandemia del COVID-19.

El Estado y las empresas deben voltear la mirada a lo local para poder entender, replicar y escalar este tipo de iniciativas. En los territorios está la respuesta. Las alianzas locales se postulan como una forma de innovación social para encontrar soluciones con propósito, consensuadas y efectivas para hacer frente a los desafíos que nos rodean.