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Tratamiento de aguas residuales imperativo para la sostenibilidad turística

Aitor Llodio Costa Rica tiene el riesgo de afectar su imagen país y sostenibilidad del modelo turístico, principalmente en las…

Por Desde la Columna

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Tratamiento de aguas residuales imperativo para la sostenibilidad turística
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Aitor Llodio

Costa Rica tiene el riesgo de afectar su imagen país y sostenibilidad del modelo turístico, principalmente en las comunidades costeras, si no aseguramos una inversión sostenida para el tratamiento de las aguas residuales.

Costa Rica es el segundo país con mayor cobertura de agua domiciliar (99.6%) en América Latina, seguido de Chile que cuenta con una cobertura total de agua potable. Siendo estos los dos únicos países de la región en las que se puede tomar agua de tubo con seguridad, lo cual contribuye de forma muy positiva en sus índices de salud.

Sin embargo, en lo que a gestión de aguas residuales se refiere, como ya es sabido, el país tiene un gran rezago.

Costa Rica cuenta con un 98% de cobertura en saneamiento básico, es decir una disposición sanitaria con algún tipo de solución que separa la excreta del contacto humano. Casi un 70% de los hogares tienen un tanque séptico, y solo un 2% usan letrina como solución de saneamiento.

Sin embargo, tenemos las coberturas de alcantarillado sanitarios más bajos de América Latina, rondando el 22%, siendo esto inferior incluso al de nuestros países vecinos de Centroamérica.  Solo el 8% de las aguas residuales reciben tratamiento, el 13% restante tiran las aguas crudas a los ríos.

Ese 8% de aguas residuales domiciliares tratadas aumenta al 15% si incluimos el tratamiento de aguas residuales de plantas privadas, tanto empresariales como de condominios y centros comerciales. Muy por debajo del promedio latinoamericano que supera el 50%.

Se estima que más del 30% del territorio nacional no es apto para utilizar el tanque séptico como una solución adecuada de saneamiento, ya que esta solución no es recomendable para zonas de alto nivel freático como es el caso de las zonas costeras, o en zonas con baja infiltración o altamente pobladas.

En el país solo existe una plata tratamiento de lodos fecales que recibe lodos de terceros, por lo que el tanque séptico parece no ser una solución sostenible. Resultado de ello y como el Estado de la Nación lo señaló ya en 2013, había 5 playas no aptas para bañistas, 9 playas con alto riesgo de contaminación y 16 con riesgo de contaminación sanitarias. Siendo algunas de estas playas importantes destinos de turismo nacional e internacional. ¿Somos conscientes de impacto que esto tendrá en la población y en algunos de los polos turísticos más importantes del país?

En el reconocido índice de Desempeño Ambiental (Universidad de Yale), pasamos del puesto 5 a nivel global (2012) al 54 (2014) cuando el índice incluyó la variable de tratamiento de aguas residuales. Esto podría ser peor si la imagen país empieza a verse afectada por noticias de los efectos de nuestra gestión de aguas residuales en algunas de las playas más visitadas del país.

Necesidades de inversión

Para hacer frente a este gran desafío, en 2017 el Estado lanzo el Plan Nacional de Inversiones de Saneamiento al 2030, el cual identifica necesidades de inversión que superan $6.400 millones, es decir, un promedio de inversión de 222 millones anuales, casi un 300% de la inversión actual en el sector.

El país ha identificado una serie de proyectos de inversión prioritarias, 7 de los cuales (todos ellos costeros) ya cuentan con financiamiento del Gobierno Central y 14 proyectos que no tienen financiamiento y están en diferentes fases de conceptualización inicial, pre-inversión o diseño.

La pregunta que debemos hacernos es cómo vamos a reducir esa brecha de inversión en una situación fiscal tan crítica como la que vivimos. ¿Serán las asociaciones publico privadas un mecanismo a impulsar como lo han hecho otros países vecinos? ¿Cómo podemos crear conciencia social para fijar tarifas de aguas residuales que contribuyan a la viabilización financiera de los nuevos proyectos de inversión requeridos? ¿Qué capacidades deben crear el AyA, ESPH, JASEC, las Municipalidades o las asadas para potenciar la inversión requerida?­ ¿Cuál es el costo para el país y el sector turismo de no hacer nada?

A la vez que el país pone en práctica las respuestas a estas preguntas, es importante mejorar la gestión de las plantas de tratamiento de aguas residuales existentes, principalmente las residenciales, de condominios y comerciales.

Según el Estado de la Nación (2020) de las 3200 plantas de tratamientos de aguas residuales inscritas en el país, menos de la tercera parte está operando correctamente. Solo 2 de 10 plantas reciben mantenimiento preventivo anual. En gran medida, debido a la falta de fiscalización del Ministerio de Salud y el desconocimiento de la población del tratamiento de las aguas residuales.  ¿Sabe usted como se gestionan sus aguas residuales? Y ¿Cuánto paga anualmente por su tratamiento adecuado?

Para viabilizar la inversión para la construcción de las plantas de tratamiento, financiar la conexión de la última milla y la operación de los sistemas, es imperativo sensibilizar a la población costarricense sobre la importancia de avanzar en la agenda de aguas residuales. Así como, elevar los estándares de gestión de las empresas que tratan las aguas, y que hoy no necesariamente disponen de forma adecuada en muchos casos a pesar del costo en el que incurren los ciudadanos.

Esta es una labor de las instituciones del Estado vinculadas a temas de agua, saneamiento, salud y educación, pero también de la sociedad civil, y el sector privado. La alianzas público-privadas para la concientización ciudadana y la inversión pública serán indispensable para que el país avance en esta agenda ambiental de la que pocos ticos se pueden sentir orgullosos, y de la que depende la sostenibilidad del modelo turístico de muchas regiones del país.