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“Teacher” tica borra las fronteras y enseña español en las aulas de Georgia

A los 25 años, la costarricense Estela Valenciano tomó un avión rumbo a Carolina del Norte, Estados Unidos; país que…

Por Paula Umaña

Tiempo de Lectura: 4 minutos
“Teacher” tica borra las fronteras y enseña español en las aulas de Georgia
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A los 25 años, la costarricense Estela Valenciano tomó un avión rumbo a Carolina del Norte, Estados Unidos; país que la atrapó entre sus ciudades y ahora es su hogar. 

Graduada de Enseñanza del Inglés de la Universidad de Costa Rica (UCR), Valenciano participó en 1996 de un programa de intercambio que le permitía a profesores trabajar en el país norteamericano por al menos tres años.

Pero ese periodo se extendió por más de 20 años y ella continúa enseñando en una escuela estadounidense; esta vez en Georgia.

Estela Valenciano es nuestro #TalentoDeExportación de esta edición.

Cruzar fronteras

“Siempre tuve la idea de salir del país, practicar inglés y tomar experiencia, y luego regresar a Costa Rica”, contó Valenciano.

Pero una vez que el programa finalizó y regresó a Costa Rica, el deseo de ejercer la profesión en otro país se encendió.

Por esto, buscó opciones en centros educativos de Estados Unidos para regresar.

La oportunidad se dio rápido y Valenciano volvió a Carolina del Norte, donde fue profesora de escuela por más de cuatro años en un centro educativo privado. 

“La escuela me reclamó como profesional, para que me dieran la visa de trabajo y luego la residencia”, contó la profesora.

Camino a Atlanta

Pero su destino cambió pronto y la puso en rumbo a más de 620 kilómetros de Carolina del Norte.

Durante su estancia en el programa de intercambio conoció a su ahora esposo Moisés Sojo, de nacionalidad venezolana, y quien también se encontraba ejerciendo como profesor.

A él lo transfirieron a Atlanta, por lo que Valenciano solicitó trabajo en varias escuelas del sistema de educación pública estadounidense y se mudaron allá.

Aunque lleva más de 20 años viviendo fuera del país, Estela Valenciano intenta transmitir a los estudiantes las tradiciones costarricenses.

Las cosas han cambiado desde entonces: su esposo ahora se dedica a la Ingeniería de Sistemas; ella lleva más de 15 años laborando como profesora y la familia se agrandó con dos hijos, Mariela de 15  y Esteban de 11 años.

Ahora vive en Suwanee, Georgia, una ciudad pequeña y con vestigios de ecosistemas naturales.

Johns Creek High School

Desde hace una década el Johns Creek High School, en el condado de Fulton, le abrió las puertas a Valenciano como profesora de español.  

Allí, cuenta con su propia aula, que junto a sus estudiantes se encargó de acondicionarla con representaciones de la flora y fauna costarricenses. 

“Yo lo que quiero es que ellos entren al salón de clase y se sientan en un ambiente tico, en la naturaleza y con el pura vida”, manifestó.

Además, Estela Valenciano ha ganado reconocimientos por su destacado rendimiento, como la elección a la Mejor Profesora del Año.

“Dar clases es una de las cosas que más disfruto, y trabajo en una escuela con muchísima diversidad, hay una población de emigrantes bastante alta”, contó.

Por eso, ha echado mano de las diferentes nacionalidades presentes en su salón para unir el lenguaje con las culturas.

“Enfocamos el programa para que los estudiantes no solo aprendan la lengua en sí, si no que aprendan sobre la cultura también, que la practiquen y que la acepten”, contó. 

El 15 de setiembre

Dejar Costa Rica no ha sido la decisión más fácil para Valenciano, quien aún añora con volver e intenta compartir con sus alumnos algunas de las tradiciones costarricenses.

“Es un sentimiento duro sí, la decisión no fue fácil y todavía hay momentos en los que extraño mucho Costa Rica”, contó. 

Aseguró que además de la familia y los amigos, extraña la “espontaneidad del tico”. 

Para no extrañar de más la comida y la calidez de los costarricenses, intenta celebrar en su escuela días festivos como el 15 de setiembre o noches de música latina.

“El 15 setiembre abro con un desayuno tico, ya los estudiantes saben que llevo gallo pinto y huevos”, contó.

Pero no se arrepiente y al contrario, anima a quienes estén pensando en salir del país a hacerlo. 

“Yo siempre le digo a mis sobrinos que aunque uno tiene muchas preguntas y miedos, si uno no lo hace no va a saber como va ser la experiencia”, manifestó.

“Sin probar nunca voy a saber lo que pude haber logrado; también se adquiere mucha independencia”, añadió.

Aunque ya acostumbró su vida a la cultura y al clima estadounidense, no descarta regresar al país a vivir. 

“Sueño con regresar cuando me pensione, no sé si permanentemente o por lo menos poder la libertad de poder irme por temporadas, todo depende de mis hijos”, dijo mientras describía las montañas cercanas al Volcán Irazú como su lugar soñado. 

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