Tecnología 5G: Hito que Costa Rica disfrutará en la próxima década

“La quinta generación de telefonía celular es un hito tecnológico sin precedentes. Es equiparable a la aparición del Internet. Va a transformar, de forma muy significativa, como nos comunicamos o consumimos entretenimiento e información”.

Así de claro lo tiene el gerente general para Latinoamérica de la compañía Vertiv, Fernando García. No obstante, advierte que faltan varios años para que el país pueda disfrutar los beneficios. “La realidad es que tardará unos cinco años para verse en Costa Rica”, agregó.

Por su parte, el viceministro de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt), Edwin Estrada, concuerda, en gran parte, con la opinión de García. La única diferencia radica en que no estableció un plazo

Para el jerarca, “ponerse a decir una fecha es demasiado riesgoso”. Estrada afirma que, antes de pensar en años y meses, lo primero es definir los requisitos necesarios para lograr implementar esto.

A pesar de esa pequeña discrepancia, ambos tienen claro que la tecnología 5G será algo tan disruptivo, que cambiará la forma en que vivimos.

Por un lado García resaltó las bondades tecnológicas, mientras que Estrada mencionó la aplicación que se le puede dar, por ejemplo, en ciudades inteligentes.

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¿Con qué se come el 5G?

Actualmente, en Costa Rica hay zonas disponibles con cobertura 4.5G, 4G y 3G. Esta nueva tecnología viene a ser la quinta generación de telecomunicaciones inalámbricas, lo que significa que es una evolución de las redes actuales con las que contamos en el país.

De acuerdo con García, esta nueva tecnología tiene tres grandes ventajas sobre la conectividad que actualmente conocemos:

• Menor latencia. La velocidad de transmisión aumentaría 10 veces.
• Mayor ancho de banda. La cantidad de información que se puede transmitir aumentaría entre 10 a 100 veces.
• Mayor albergue. La cantidad de dispositivos que se pueden conectar a una antena pasaría de “cientos a miles”.

Para el experto español, las características de esta nueva red cambiarán la forma de vivir ya que permitirán una transferencia de información en tiempo real.

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Ciudades inteligentes

Como ejemplo, menciona el control de los semáforos, de forma instantánea. Para García, con una red 5G, una ambulancia que tiene que llegar a un centro médico se podría conectar a la red de tránsito para que los semáforos que están en el trayecto se pongan en verde a medida que se desplaza.

El vocero afirmó que más allá de un cambio de forma, la nueva tecnología será un habilitador de nuevos servicios, “algunos de ellos ni los podemos imaginar hoy en día”.

Además del ejemplo de los semáforos, el vocero explicó que la nueva capacidad de transmisión, le permitirá a las ciudades desarrollar un concepto de interconectividad.

Servicios de vigilancia urbana, control de transporte público, mantenimiento de espacios verdes, son algunas de las cosas que se podrán optimizar.

En ese sentido, Estrada aseguró que, desde el Poder Ejecutivo, vienen entablando reuniones con las 82 municipalidades del país para comenzar a gestionar los cambios necesarios para instaurar esta nueva tecnología.

Obstáculos a vencer

Para Estrada hay dos temas importantes que son: la infraestructura física y la gestión del espectro radioeléctrico. Este último punto tiene que ver con la delimitación de los requisitos para establecer una red 5G en el país.

“La red puede estar lista pero, si no está diseñada de cierta forma, puede ser obsoleta. Tiene que ser capaz de soportar el aumento de la demanda”, afirmó el jerarca.

Para Estrada, la gestión del espectro involucra definir los parámetros de calidad, ya que cada operador tiene la posibilidad de desarrollar esta tecnología de la forma que crea más conveniente, siempre y cuando se apegue a cierto parámetros de funcionalidad.

Por otra parte mencionó la logística física que conlleva, así como, la normativa que involucra. “Antenas, fibra óptica, etcétera, son temas que requieren de una gestión que estamos impulsando desde una política pública”, explicó.

En ese sentido, el vocero español explicó que los dos problemas de las redes 5G es que las celdas que utilizan los dispositivos, son más pequeñas y utilizan microondas; por lo que se requiere instalar un mayor número de antenas.

García recordó que esto conlleva una modernización de la legislación actual. Esto para que se incorporen conceptos que faciliten el trámite de permisos, entre otros.

Estrada, por aparte, hizo eco de esta necesidad y aseguró que ya se ha modificado alguna normativa, no obstante, han encontrado “oportunidades de mejora” en los reglamentos municipales de varios cantones.

“Deben tener sistemas de gestión que sean tan eficientes que los permisos salgan de forma más expedita y no tarden dos años en salir”, afirmó Estrada.

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Decisión vital

En esa línea, el viceministro del Micitt aseguró que es vital que los diferentes actores que están involucrados en el tema, tomen decisiones oportunamente ya que es “un tema que se mueve muy rápido y, si no lo hacemos, nos vamos a quedar atrás”.

Mientras tanto, García hizo eco de ese pensamiento y resaltó las ventajas que tiene el país para convertirse en uno de los líderes, a nivel de latinoamérica, de este tema y calificó a Costa Rica como un referente del área que no tiene comparación.

No obstante, en su opinión, no se ha invertido suficiente en su propia digitalización. “La agenda digital es una prioridad, pero acá no se percibe que sea una prioridad. Si el gobierno no lo impulsa se estanca. En Costa Rica hay empresas líderes pero los ciudadanos no perciben estos beneficios tecnológicos”, afirmó.

Por su parte Estrada aseveró que, al menos en este gobierno, se le está dando la relevancia que merece.

“Lanzamos la estrategia digital el año pasado y, precisamente, establece este tema como algo transversal. En estos momentos tenemos que aprovechar la ventaja con todo lo que hemos logrado”.

Para Estrada, llevar a cabo esto es una decisión comparable a la de abolir el ejército, invertir en educación o los planes de descarbonización ya que, “nos pondría a la vanguardia”, sentenció.