Christine Jenkins Tanzi
Los empresarios Carlos Pellas y Stanley Motta compraron una posición mayoritaria en la empresa Ticofrut en el 2014. Desde entonces le han inyectado $70 millones en la empresa, incluyendo nuevas inversiones y el pago de deuda.
Sin embargo, ante la caída del mercado para los productos de naranja y piña, están recurriendo ahora a los bancos y acreedores para rescatar a la empresa que acumula deudas por un total de $166 millones.
Grupo Ticofrut, fundada en 1988, es productora de jugos y derivados de naranja y de piña, incluyendo aceites, aromas y pulpa. Sus fincas de naranja están principalmente en Los Chiles mientras que compran otras naranjas y piña que procesan en una planta en Aguas Zarcas San Carlos.
La empresa tenía problemas desde el 2014, cuando Pellas y Motta compraron una participación controlante. Sin embargo, este marzo del 2021, TicoFrut optó por solicitar una medida cautelar para suspender procesos cobratorios o de ejecución por parte de sus acreedores.
Además, preparó y presentó un convenio preventivo para reducir el pago de deuda durante los siguientes años.
Fuente: Solicitud de medidas cautelares de TicoFrut ante el Juzgado Concursal de San José.
OBSERVE MÁS: TicoFrut obtiene medida cautelar para evitar embargos mientras logra un convenio preventivo
La empresa de datos financieros Bloomberg estimó la fortuna de Pellas en $1.100 millones y lo nombró el primer ‘billonario’ confirmado de Nicaragua en 2014. Mientras tanto, Stanley Motta preside sobre Inversiones Bahía, que incluye participaciones en la aerolínea Copa Holdings y la aseguradora Assa. Los accionistas refirieron las preguntas sobre TicoFrut a Aragón.
“Ellos siempre han apoyado la empresa, siempre han inyectado capital y sostenido todo lo que tienen que sostener. Lo que pasa es que aquí ya no es simplemente de poner más dinero, sino que es la necesidad imperiosa de reestructurar los créditos, que se ajusten a los vaivenes, los comportamientos del mercado y los efectos de la pandemia”, confirmó Roberto Aragón, el gerente general de Ticofrut, durante una entrevista con El Observador.
La empresa cuenta con una participación de alrededor del 30% de Carlos Pellas, otro 30% de los Motta y el restante pertenece a cuatro socios costarricenses que son parte del grupo original.
‘Tormenta perfecta’
– ¿Qué es lo que ha pasado para llegar aquí?
A partir de la declaración de emergencia nacional hace un año, hicimos un primer acercamiento en abril 2020 y pedimos una moratoria de por lo menos seis meses en el repago de capital e intereses a los bancos.
En octubre, al transcurrir los seis meses, todavía no había claridad. Entonces le hicimos una propuesta a cada uno de los acreedores financieros, para reestructurar la deuda de TicoFrut a largo plazo, para que la empresa pudiera cumplir con sus obligaciones con los bancos. Eso iba a requerir un mayor plazo y una reducción en la tasa de interés.
Desgraciadamente, finalizando diciembre, uno de los bancos dijo que rotundamente no iba a participar y para que este acuerdo se diera, tenía que ser un acuerdo unánime. Se trató de convencer a ese banco en la mesa de negociaciones para llegar a un acuerdo y finalmente no quiso y nos amenazó con ejecutar el fideicomiso de garantía. Eso es lo que nos obligó a estar en el punto en que estamos hoy.
– De acuerdo a lo que leímos en la solicitud de medida cautelar, sería Banco Lafise quién no quiso participar; con ellos la empresa tiene pendiente $5,6 millones de una deuda total con acreedores de $167 millones. ¿Por qué específicamente no quiso participar? (Nota: Banco Lafise no respondió a una solicitud de comentarios sobre el proceso con TicoFrut)
Es a lo que todos nos ha consternado un poco porque es uno de los acreedores más pequeños en términos del monto pendiente todavía. Es un proveedor de servicios financieros muy importante para la empresa, como lo ha sido históricamente, pero no entendemos eso.
En esa etapa extrajudicial, para llegar a un acuerdo tiene que ser unánime, entonces no es suficiente que estén 97% de acuerdo en términos del monto de los créditos. Ya con solo eso no se alcanza el acuerdo unánime. Todavía no entendemos el porqué.
– ¿Pero entiendo que también hay un acreedor, Christian Jobmann, quien no aceptó la propuesta?
El Señor Jobmann tiene una particularidad de lo que hizo fue financiar la compra de un área muy importante de fincas de la empresa, pero lo de él es un pago “balloon”, un pago único y final al 2040. A él no se le estaba diciendo que se le iba a modificar el plazo como tal, con él lo que estamos hablando era de ajustar la tasa de interés. Pero eso era muy manejable, es decir, él continuó en la mesa de negociaciones. Pero sí, dijo en principio que no estaba interesado en dar una concesión en la tasa de interés.
– También, en los documentos hablan de que en el 2014 entró un nuevo grupo de accionistas que ha aportado $69 millones desde entonces. ¿Para qué ha sido?
Cuando los accionistas (Pellas y Motta) entraron en el 2014, ellos entraron prácticamente para rescatar a TicoFrut, porque estaba pasando por situaciones muy complejas en aquel momento. Los indicadores de producción a los que tenía que llegar no le daban, entonces estos socios entraron desde julio 2014 a la fecha de hoy, ya va por $70 millones lo que han aportado. Entonces Carlos Pellas (no es el grupo, ni la familia), y los señores Motta han puesto conjuntamente $70 millones en la compañía.
Ahí se ve el compromiso, que realmente es sólido, de estos señores con la empresa. Pero ya el asunto con la pandemia, fue algo completamente muy difícil o imposible de manejar, sin la ayuda de los acreedores. En el caso nuestro, por todas las dificultades donde el precio ha bajado, el consumo ha bajado además los efectos de los fenómenos de El Niño: todo eso es la tormenta perfecta.
– Alguien leyendo quienes son los accionistas que invirtieron hace siete años, que desde entonces han tenido que poner casi $10 millones por año, se puede quedar con la impresión de que dijeron, “ya no vamos a poner más”.
Cuando uno ve la perspectiva del negocio como tal, tiene mucha volatilidad, el negocio agrícola tiene sus altos y sus bajos y hay muchas cosas que uno no puede controlar. Sin embargo, ellos han estado muy comprometidos con la empresa. La empresa ha hecho inversiones en una caldera de biomasa para no tener que quemar tanto búnker para generar vapor y energía. Se hizo una inversión grande para poder generar parte de las necesidades con los arboles que se van renovando o podando u otro tipo de biomasa que hay disponible en la zona.
Los socios han invertido en muchos aspectos de la empresa, entonces sí ha habido un compromiso muy solido, muy firme de ellos. Lo que pasa es que en el 2020, con la pandemia, no se tenía claro qué va a pasar a nivel de mercado, y a estas alturas todavía no sabemos.
El compromiso de ellos ha estado, pero ya con esa tormenta perfecta definitivamente ya se requiere un replanteamiento de la estructura de crédito.
– Alguien viéndole de afuera puede decir, es Carlos Pellas y los hermanos Motta ¿por qué no van a apoyar ellos la empresa en vez de pedirle ayuda a los acreedores?
Lo que quiero reiterarle es que ellos siempre han apoyado la empresa, siempre han inyectado capital y sostenido todo lo que tienen que sostener. Lo que pasa es que aquí ya no es simplemente de poner más dinero, sino que es la necesidad imperiosa de reestructurar los créditos, que se ajusten a los vaivenes, los comportamientos del mercado y los efectos de la pandemia.
La empresa en esta solicitud no está pidiendo una quita, ni una reducción en los créditos. No estamos diciendo que si debemos 10 le debamos 5. No, lo que se está diciendo es que eso lo vamos a pagar pero en una plazo más extenso con una reingeniería de las tasa de interés.
Los socios han dicho que ellos seguirán apoyando, como lo han hecho, pero ahora si ya se requiere el apoyo de los bancos. Le puedo decir que nunca han sacado un cinco de la empresa, nunca se han repartido dividendos, todo lo que la empresa ha generado en flujo de caja se ha reinvertido.
https://observador.cr/gerente-de-tico-frut-queremos-seguir-operando-insistiremos-en-arreglo-de-pago/
Christine Jenkins Tanzi
