Tomás Gómez
Algún tema importante tuvo que haberse discutido en el Consejo de Gobierno del miércoles, pero la conferencia de prensa posterior, las preguntas de la prensa se enfilaron hacia el ministro de la Presidencia Rodolfo Piza y su posible salida de la Administración Alvarado.
Un día después, el presidente Carlos Alvarado invitó a un grupo de periodistas a conversar sobre diversos temas en Casa Presidencial y nuevamente la salida del ministro de la Presidencia fue asunto central en el intercambio con el mandatario. Incluso el viernes, cuando la fracción legislativa del PUSC anunció la conformación de un “gabinete en la sombra”, Piza volvió a colarse en las interrogantes.
Con excepción de Rodrigo Arias (1986-1990 y 2006-2010) –escudero de su propio hermano-ningún Ministro de la Presidencia ha completado los cuatro años de gestión en las últimas tres décadas y el actual ya anunció que no será la excepción.
La noticia se coló días antes de que el autodenominado “gobierno de unidad nacional” cumpliera su primer año en Zapote y a la certeza de que el excandidato socialcristiano renunciará se sumó la incertidumbre de cuándo.
La pregunta, en realidad, no solo es “¿cuándo se irá Piza?”. Quedan en el aire dudas como si se irán con él el resto de figuras rojiazules del gabinete, por qué hacer el anuncio justo ahora o si va para optar por otro puesto de elección popular… Para todas ellas Piza ha tenido respuestas políticamente correctas -es decir, de las que no dicen nada- que no han producido más que repreguntas de las cuales ha salido invicto.
Quienes sí han tenido palabras claras han sido el resto de políticos. A favor suyo habló el presidente Alvarado quien le reiteró su confianza. En contra, la lista es más grande: Silvia Hernández -jefa de fracción de Liberación Nacional- pidió que la renuncia sea lo antes posible y Randall Quirós –presidente del partido de Piza- ve improbable su retorno como militante. Paola Vega –diputada del PAC- sugirió que los desacuerdos internos del PUSC estarían afectando la gobernabilidad y recomendó a la dirigencia socialcristiana, pedirles a sus militantes abandonar el Poder Ejecutivo.
En la lista de sucesos impredecibles que registró la campaña del 2018 está la firma del Pacto Alvarado-Piza, un acuerdo entre rivales de cara al balotaje que se tradujo luego en la incorporación de Piza al gobierno. Se le asignó la tarea de llevar los vínculos de Casa Presidencial con la Asamblea y diputados lo han señalado como un ministro ausente –aunque para él un par de visitas semanales son suficientes-.
Durante su comparecencia tras el Consejo de Gobierno del miércoles Piza esquivó las preguntas recordando sus días como Presidente Ejecutivo de la Caja Costarricense del Seguro Social. Trató de esquivarlas diciendo que cada cierto tiempo corría un rumor sobre su partida pero que al final completó el cuatrienio. El único detalle es que, quién puso a circular la versión de su salida, fue él mismo.
