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Trabajadores jóvenes y sin estudios llevan la peor parte del desempleo por pandemia

Los trabajadores más jóvenes y quienes tienen pocos o nulos estudios son los que han llevado la peor parte de…

Por Juan Pablo Arias

Tiempo de Lectura: 5 minutos
Trabajadores jóvenes y sin estudios llevan la peor parte del desempleo por pandemia
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Los trabajadores más jóvenes y quienes tienen pocos o nulos estudios son los que han llevado la peor parte de la pandemia, según un reciente informe del Banco Central de Costa Rica.

De acuerdo con el documento, los grupos más vulnerables -entre los que también se cuentan adultos mayores y mujeres- han padecido en mayor grado las consecuencias de los cierres y restricciones con los que se ha intentado frenar el avance del covid-19.

El embate del desempleo ha sido especialmente duro con los trabajadores que realizan sus labores en actividades económicas que necesariamente requieren de la “presencialidad” para su funcionamiento.

“Han aumentado las brechas ya existentes en el mercado laboral. Por ejemplo, los jóvenes entre 15 y 24 años, que suelen tener mayores niveles de desempleo, han visto exacerbada esta condición en los últimos meses”, indicó el Banco Central con base en datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos.

Para dicho grupo la tasa de desempleo pasó de un 33,2% en enero del 2020 a un 49,5% en agosto de ese mismo año y apenas registró una leve mejora en febrero del 2021, con un 42,6%.

Menos escolaridad, más riesgo de desempleo

El desempleo tiende a ser mayor cuanto menor es la escolaridad de los trabajadores, resalta el capítulo de Mercado Laboral del Informe de Política Monetaria de abril.

El grupo de personas con algún grado de secundaria (completa o incompleta) o estudios universitarios incompletos presentó en febrero del 2021 tasas de desempleo entre el 20% y el 30%, mientras que un año atrás estas se ubicaron entre el 14% y el 18%.

“En esta recesión la ocupación cayó más entre los trabajadores de bajos ingresos”, señala el documento.

De acuerdo con el análisis, los trabajadores con ingresos superiores a ¢800.000 son los que habrían conservado el empleo con mayor facilidad en el último año.

“Una parte de la caída en la ocupación de los trabajadores de bajos ingresos se ha ido revirtiendo durante el periodo de recuperación. La cantidad de ocupados con ingresos entre ¢300.000 y ¢500.000 empezó a aumentar, al menos de forma modesta”, indica el informe.

Inequidad y exclusión

Según el Banco Central, el recrudecimiento de las inequidades en el mercado laboral como consecuencia de la pandemia puede incidir negativamente en el proceso de reducir el desempleo.

“…ciertamente, tiene un efecto nocivo en la desigualdad de los ingresos, al incrementar aún más las brechas existentes”, alerta.

A su vez, señala, el aumento de esas brechas puede conllevar a la exclusión de algunos grupos de trabajadores del mercado laboral, lo que limita la capacidad productiva del país y trae consigo mayores niveles de pobreza.

Los cierres y restricciones influyeron sobre el desempleo en 2020. (Alonso Solano/El Observador)

Informales perdieron más trabajos, pero lo recuperan más rápido

Durante el periodo de medidas de restricción de movilidad más agresivas (entre marzo y julio del 2020) el empleo informal presentó una caída mucho más fuerte que el formal.

“Respecto a su nivel en enero del 2020, el empleo informal cayó 30,7 puntos porcentuales a junio, mientras que el formal disminuyó 20. Sin embargo, el empleo informal tendió a recuperarse más rápidamente una vez que se flexibilizaron las medidas”, indicó el Banco Central.

En el 2019, el empleo informal representó 46% del empleo total (poco más de un millón de trabajadores).

Posteriormente, con la pandemia, y como consecuencia de la mayor caída en el empleo informal, la tasa de informalidad bajó y pasó a representar 39,8% del empleo.

Para febrero de este año el empleo informal ascendió a 46,5% del total de ocupados registrados en ese periodo; lo que significa que  la tasa de informalidad regresó a los niveles prepandemia.

El empleo informal representa cerca de un 46% del total. (Archivo/El Observador)

Trabajos más afectados

La pandemia afectó significativamente a las actividades económicas con alta concentración de empleo informal, tales como el servicio doméstico, la construcción, el transporte, hoteles y restaurantes.

En estas actividades, el empleo informal representa más del 60% del total, de manera que los cierres impactaron directamente sobre la cantidad de trabajadores.

A ello se suma que son ocupaciones que no se pueden realizar en teletrabajo, lo cual no solo incidió en el nivel de empleo y de ingresos de los trabajadores informales, sino también en su exposición al contagio por covid-19.

“Todos esos factores hicieron que el impacto de la pandemia en el segundo trimestre del 2020 fuera proporcionalmente más alto en el empleo informal”, resaltó el Banco Central.

Los trabajadores informales, al no tener acceso a prestaciones ni estar cubiertos por la legislación laboral, son más vulnerables a despidos y recontrataciones en situaciones desfavorables, lo cual también puede incidir en la volatilidad observada en el empleo informal, añade el informe.

El sector de restaurantes es uno de los más afectados por la pandemia. (Alonso Solano/ El Observador)

La informalidad es una vulnerabilidad para el bienestar de los trabajadores y tiene otras implicaciones negativas, dado que estos trabajadores usualmente no cotizan en el sistema de seguridad social.

Además, la diferencia en el ingreso de los trabajadores informales respecto a quienes laboran en la formalidad es considerable.

“Esto implica que quienes se mantienen en la informalidad no solo se encuentran en condición de vulnerabilidad, sino que también ven limitada su capacidad de consumo y bienestar debido a las menores remuneraciones percibidas”, resalta el documento.

Más tiempo buscando trabajo

Una consecuencia del deterioro en el mercado laboral es el aumento en los periodos de búsqueda de empleo por parte de los desempleados.

En periodos de estabilidad económica, los periodos de búsqueda de empleo tienden a ser cortos (menores a tres meses) para la mayor parte de los desempleados.

Según el Banco Central, este era el caso del mercado laboral costarricense durante 2019 y los primeros meses del 2020. En 2019, un 37,1% de los desocupados tuvo una duración en el desempleo menor a un mes, mientras que el 24,7% estuvo desempleado por menos de tres meses.

En comparación, durante la pandemia, no solo aumentó el número de desempleados, sino también la cantidad de tiempo en la que se mantenían desocupados.

Mientras que en enero del 2020 solo el 12,7% de los desocupados tenían entre 6 y 12 meses de estar buscando empleo, para diciembre del 2020 esa proporción se había más que duplicado hasta alcanzar 29,4%.

La duración del desempleo es menor para los hombres (Alonso Solano/ El Observador)

El aumento en la duración del desempleo es un fenómeno generalizado en el país, pero es más acentuado para algunos grupos y regiones.

Por ejemplo, esa duración ha aumentado más para las mujeres que para los hombres: a febrero del 2021 el 35% del total de hombres desempleados había estado en esa condición menos de un mes frente a un 23,3% en las mujeres, en tanto que un 25,6% de las mujeres desempleadas llevaba entre 6 y 12 meses en el desempleo, frente a un 20,9% en el caso de los hombres .

Por nivel educativo, se observó que en general la duración en el desempleo aumenta con el nivel de educación. Eso era así antes y durante la pandemia.

Sin embargo, aunque en la pandemia ha aumentado la duración del desempleo para todos los niveles educativos, lo ha hecho más aún para los desocupados con educación universitaria.