Paulo Villalobos
En el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto hay información de carácter privilegiado – y por ende confidencial – que es filtrada por intereses particulares.
Es la conclusión del presidente Carlos Alvarado, quien se refirió al escándalo que golpea a la institución, ante los movimientos alrededor de la diplomática Elayne Whyte.
El 19 de diciembre de 2019 ella pidió ser trasladada de su cargo como embajadora en Ginebra, Suiza, el próximo 29 de febrero de 2020.
La movida se ampara en el proceso de rotación aplicable a la carrera del Servicio Exterior. Pero trascendió luego de que el Diario Extra revelara un informe del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ), que reporta un mal ambiente de trabajo en la misión permanente del país ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“Yo tengo la impresión de que, a lo interno de la Cancillería, no de la institución, sino del personal, el manejo de la información a veces se hace con motivaciones de política interna. Yo creo que ha quedado latente en los últimos meses. Ahí se usa la información privilegiada con intereses particulares”, indicó Alvarado este lunes ante la consulta de El Observador.
Asimismo, el mandatario pidió a los funcionarios de la Casa Amarilla dejar de lado los intereses en nombramientos, por ejemplo, y centrarlo en su labor diplomática; en lo que él considera la “primera línea de defensa” del país.
Respecto a la filtración del informe del clima organizacional de la embajada de Ginebra, el gobernante señaló la necesidad de iniciar un proceso administrativo contra el responsable de divulgar el reporte.
Consultado sobre si respalda o no la denuncia interpuesta el viernes por el canciller Manuel Ventura, en la que se pide al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) dar seguimiento a la fuga de información, Alvarado manifestó: “Nuestra responsabilidad es que si estamos frente a un potencial ilícito, este debe ser reportado a las autoridades”.
El presidente además dio su respaldo al ministro, para que continúe su gestión al frente de la Casa Amarilla, después de que Whyte asegurara en el programa de radio Nuestra Voz, de la periodista Amelia Rueda, que a lo interno de la institución se vive un “juego de poder” y “canabalismo político” para “quitar y poner” personas en el servicio exterior.
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Sin remplazo aún
La embajadora Elayne Whyte, junto al entonces presidente Luis Guillermo Solís y su canciller, Manuel González. (Carlos Sánchez/Casa Presidencial)
El mandatario Carlos Alvarado descartó que de momento tenga definida a la persona que suplirá a Elayne Whyte al frente de la embajada de Ginebra.
La internacionalista y máster en Política Internacional de 55 años, tiene plaza como diplomática de carrera.
Estuvo a cargo de la delegación nacional en ese país desde el 2014, donde alcanzó protagonismo como presidenta de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares.
Durante su gestión el personal de la sede diplomática se quejó por el ambiente laboral, lo que llevó a Casa Amarilla a pedir un estudio sobre el clima organizacional en sus oficinas.
El análisis fue hecho en setiembre del año pasado y estuvo a cargo del Ministerio de Cultura, como parte de los convenios de cooperación entre ambas carteras.
Según el informe final, suscrito por los funcionarios Lindsay Guerrero y Diego Vasquez:
El clima organizacional se encuentra en niveles bajos, desfavorables y hostiles, sin liderazgo ni trabajo en equipo. Existe abuso de poder por parte de la jefatura por temas como trato al personal, funciones, aprobación de vacaciones, contratos de trabajo e irrespeto a las jornadas.
Los funcionarios recomendaron a la jefatura de la sede diplomática que mejorara la comunicación y delegara de mejor manera las responsabilidades.
Además, sugirieron al Servicio Exterior dar más capacitación a sus funcionarios y dar seguimiento a las quejas en su contra.
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Paulo Villalobos
