Tomás Gómez
La pandemia del coronavirus sorprendió a Esteban Chacón en Madrid, donde cursa su posgrado en Biomedicina, y lo convirtió en uno de los expertos voluntarios que se dedican a la detección de la enfermedad.
España, con 220.000 contagios y 23.000 muertos, es el tercer país golpeado por la tragedia y ante el colapso de su sistema de salud, la Universidad Complutense organizó una red de laboratorios para poder analizar las pruebas que hacían fila.
Fue así como este biotecnólogo tico graduado del Instituto Tecnológico de Cartago (TEC) se sumó a las labores, específicamente desde el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas.
“Al inicio fue un poco extraño, pues no pensé que esta situación fuera a sobrepasarnos de la manera que lo hizo, colapsando los servicios médicos y alcanzando niveles de contagio tan altos”, narró Chacón.
Ciencia avanzada y trabajo en equipo
Con la emergencia, muchas instituciones españolas han debido adaptarse para atender las necesidades de la población.
Así, el Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria es ahora un centro de recepción de muestras y de aseguramiento.
De ahí, las muestras se trasladan al laboratorio del costarricense, donde se trabaja con la técnica RT-qPCR.
“Esta es una técnica de biología molecular ampliamente utilizada en los laboratorios biomédicos para analizar la expresión de genes, y en este caso se usa para analizar la presencia, o ausencia, de los genes del virus”, explicó.
“Una vez realizada la prueba se conoce si la muestra extraída de un individuo contiene partículas virales o no. Con esta información, se puede gestionar mejor la estrategia sanitaria, el acompañamiento médico y la evolución clínica de los casos”, concluyó.
Lecciones de una crisis
A la distancia, Chacón reconoce el manejo que las autoridades de salud costarricenses han dado a la situación localmente pero pide prestar atención al financiamiento de la investigación.
Según él, después de la crisis se deberá recordar el papel de las instituciones técnicas y académicas para retomar el soporte económico a las indagaciones básicas y clínicas.
“Creo que es momento de generar cambios en la legislación nacional, a fin de mejorar el ecosistema de la biomedicina en Costa Rica, favorecer la investigación preclínica, la medicina traslacional y los ensayos clínicos, expandir las aplicaciones biomédicas y sacar provecho al diverso recurso humano aportado por profesionales con nuevos bagajes académicos, todo en favor de la población nacional”, dijo.
