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Vacunas para todos YA

Roberto Artavia. Presidente de Viva Trust. Exrector de INCAE. No cabe duda de que la pandemia vino a transformar nuestra…

Por Desde la Columna

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Vacunas para todos YA
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Roberto Artavia. Presidente de Viva Trust. Exrector de INCAE.

No cabe duda de que la pandemia vino a transformar nuestra vida para siempre. Aún cuando pase lo peor de esta pandemia, la vida no volverá a ser igual.

Seguiremos con distanciamiento social, higiene aumentada, muchos de nosotros con mascarillas en lugares públicos y cuando intercambiemos con otros. Seguiremos en teletrabajo y teleeducación; viajaremos menos, y los centros de trabajo, el transporte público y la dinámica del comercio nunca volverán a ser iguales. Compraremos a distancia, manejaremos nuestros servicios financieros en línea… Hemos cambiado para siempre.

En el mundo han muerto millones de personas, y millones más han y hemos sufrido otros impactos económicos, sociales y sanitarios a partir de esta crisis. Hoy sabemos que existen múltiples vacunas producidas en la Unión Europea, EE.UU, China, India y Rusia que pueden acelerar el advenimiento de la “nueva normalidad”. Que, si se aplicaran con prontitud, podrían ahorrar mucho sufrimiento y costos públicos y privados de la enorme adaptación que debemos cumplir y completar.

La protección de rebaño es urgente, y dadas la evolución del virus y sus múltiples cepas activas, esto quiere decir vacunar al 90% o más de los adultos que estén dispuestos a vacunarse. Y es una protección que debemos renovar cada 6 o 12 meses, pues como la influenza o la gripe, las variaciones letales de covid-19 serán parte de nuestra vida hacia el futuro.

Esto implica que debemos tener acceso a muchas más vacunas y mucha más capacidad de inoculación en el país.

Acceso a más vacunas

Chile terminará la vacunación de sus adultos con dos dosis en 10 semanas, Israel antes de eso, lo mismo que Estados Unidos y algunas naciones europeas y asiáticas también. Hoy en algunas naciones sobran vacunas, pues se prepararon para comprar las que estuvieran disponibles y ahora tienen contratos de más.

En Costa Rica el MSMCM -Ministerio de Salud Más Cauteloso del Mundo- ha aprobado solo dos de las vacunas existentes, una de ellas la que más escasea a nivel mundial; y por supuesto, solo permite la vacunación en los centros públicos de salud…

Esto va en contraposición a la práctica histórica y tradicional de vacunación, pues las vacunas que se aplican a infantes, niños y adultos siempre se han dispensado sin restricciones en centros públicos y privados, incluyendo farmacias, clínicas, hospitales y laboratorios clínicos, con lo cual el número de “ventanillas de servicio” es amplio y facilita enormemente el acceso de la población a la protección que requiere. Así acabamos con la polio, el sarampión, las viruela y -año tras año- mitigamos el impacto de las gripes e influenza.

Entonces…

¿Qué cuernos estamos haciendo?

Centralizar en una institución con capacidades y recursos limitados la compra, distribución e inoculación de la población solo retrasará significativamente el arribo de Costa Rica a la protección de rebaño y la nueva normalidad y no se justifica.

Estoy seguro, y lo he hablado con líderes del sector salud en sus diferentes segmentos, que todos está dispuestos a comprar y distribuir vacunas en el país y al costo para la CCSS y el Ministerio de Salud -seguramente más eficientes que los EBAIS- y gratis para la población, pues lo que nos urge como nación es trabajar todos juntos por alcanzar la protección de rebaño y establecer y mantener la capacidad de vacunarnos cuantas veces sea necesario para alcanzar la nueva normalidad cuanto antes.

Ya es inmensamente duro aceptar que los abrazos y besos de nuestros seres queridos serán limitados y hasta regulados, que hay sectores enteros de la economía que nunca volverán a ser los que conocimos; como para tener que aceptar que por orgullo, política, sensación de poder o incapacidad, un grupo de autoridades nacionales nos quieran limitar el acceso a la vacuna -y de paso a otros medicamentos y recomendaciones que mitigan el impacto del virus- por medio de excesos burocráticos y regulativos que, francamente no sé por qué, les permitimos.

Hay que autorizar todas las vacunas que se están usando en naciones en cuya institucionalidad confiamos; hay que liberar la importación de las vacunas a todos los que tengan la posibilidad de hacerlo, hay que autorizar la distribución y aplicación en miles de centros de todo el país. No se justifica otra cosa.

(Tomado del muro de Facebook de Roberto Artavia)