Maximiliano Soto para El Observador
Es común pensar en nuestra sociedad que las botellas grandes de 1.5 L o superiores son de vinos de baja calidad o el vino de la casa de los restaurantes porque entra en función la economía de gran escala.
Alta producción para reducir costos y ofrecer un vino barato bebible. Esto es cierto solo para esas bodegas que están en la lucha del segmento de vinos de bajo costo y muy alto volumen.
Los coleccionistas buscan ansiosamente los mejores vinos en formatos grandes por las ventajas que esto trae a nivel de calidad. Lamentablemente el precio no tiene ventajas sino todo lo contrario.
Son más caros que su equivalente en botellas de 750 ml. Por ejemplo una Magnum (1.5 L) puede costar el equivalente a dos botellas de 750 ml más un 30% en vinos de alta calidad. La Doble Magnum (3 L) el equivalente a 4 botellas más un 50-60%.
Dentro de las ventajas podemos encontrar:
- Una evolución más lenta y estable por lo que los vinos tendrán más larga vida. Esto debido a que hay más volumen de vino en la botella y la misma cantidad de oxígeno que una botella normal. Recordemos que la evolución del vino se da por el contacto del vino con el oxígeno o micro oxigenación que pasa a travez del corcho. Si usted quiere comprar una botella cuando nace su hijo (a) y desea abrirla en su graduación o boda, lo ideal es comprar un formato grande para que esté en un momento óptimo a la hora de abrirlo décadas después.
- Es menos suceptible a cambios de temperatura al tener mayor cantidad de líquido por lo que le brinda una mejor conservación.
- Presentan una buena inversión ya que se garantiza una mejor conservación en el tiempo.
- Cuando se abre un gran vino y está justamente desarrollándose y entregando sus mejores cualidades ¡se nos acaba! La Magnum ayuda a que ese momento clímax se extienda.
- Es excelente para compartir con grupos de amigos de más de 4 personas.
- Es una fabulosa opción de regalo ya que es algo poco común, difícil de obtener y presenta todas las ventajas anteriores
¡Salud!
