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Vergüenza en la Copa de Oro: Árbitro le regala penal a México para vencer a Haití

por Harold Leandro
Observador CR

Una vez más, la Concacaf movió los hilos y el árbitro catarí Abdulrahman Al-Jassim cumplió sus designios: Señaló un penal inexistente, México derrotó 1-0 a Haití y llegó a la final de la Copa de Oro que se disputará el domingo.

Al igual que en la Copa de Oro anterior cuando se marcaron penales inexistentes a favor México y a Estados Unidos en contra de Costa Rica y Panamá, ahora los dirigentes de Concacaf garantizaron la presencia de los manitos en la final gracias a ese penal que solo Al-Jassim observó en el estadio State Farm de Glendale, Arizona, Estados Unidos.

Era la única forma, desde lo estrictamente futbolístico, para que México venciera a un ordenado y respondón Haití. Los dirigentes de la Concacaf, una vez más, evidenciaron de qué madera están hechos. Y ojo que por estos lares tenemos un federativo que pertenece a la comisión de arbitraje de la Concacaf.

El juego

Haití -que eliminó 3-2 a Canadá de los cuartos de final- usó una estrategia tan vieja como efectiva: Le regaló la media cancha a México, al que esperaba en su terreno, donde levantó campamento para resistir los embates aztecas y, con balón dominado, especular con furibundos contraataques.

México se hizo dueño y señor el partido, pero como en la vida, el dominio se ejerce pero también se padece. Esto por cuanto los pupilos de Tata Martino mandaban en la cancha, salían con balón al pie, pero se topaba con un valladar de piernas que imposibilitaban el tránsito hasta la cabaña del portero Jhony Placide.

Entonces, esta semifinal se convirtió en un juego del gato y el ratón, con México jugando con los de la ínsula. Pero esto era un espejismo, pues no obedecía a un verdadero control azteca, sino a que los antillanos así lo decidieron para, con base en su potencia física, desplegar rápidos contragolpes que encontraban mal parados a los manitos.

El panorama no varió en la segunda etapa, salvo en un favor: El tiempo comenzaba a confabularse contra los mexicanos cada vez con más intensidad pues el empate era un lastre para ellos, dado que evidenciaba su impotencia para materializar su dominio ante un rival supuestamente inferior.

En cada avance del reloj, más se nublaba la visión de los mexicanos y más se les cerraba el camino al marco y más claridad tenían los haitianos para plantear sus rápidas incursiones en terreno rival.

Y a México se le acaban las ideas, y Haití ganaba en atrevimiento y el tiempo pasaba y el partido se hacía viejo. Entonces, el árbitro catarí Abdulrahman Al-Jassim sorprendió a los actores con el final de los 90 minutos y la apertura de los tiempos extra.

Ese mismo silbatero que se inventó un penal a los dos minutos del tiempo extra, cuando supuestamente el azteca Raúl Jiménez fue derribado en el área por Hervé Bazile, una falta que solo el réferi observó.

Jiménez venció desde el machón blanco a Jhony Placide para vergüenza de la Concacaf, instancia que una vez más patrocina estas jugarretas de árbitros que señalan penales inexistentes para favorecer a México y a Estados Unidos.

Ficha del juego