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Víctima de terraplén en Turrialba: “Es un milagro que esté viva”

La joven Graciela Bastos Díaz volvió a nacer el pasado jueves 22 de julio. Esa noche, justo cuando se dirigía…

Por Rodrigo Díaz

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Víctima de terraplén en Turrialba: “Es un milagro que esté viva”
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La joven Graciela Bastos Díaz volvió a nacer el pasado jueves 22 de julio. Esa noche, justo cuando se dirigía a su casa en Turriabla y en medio de los fuertes aguaceros que afectaron el cantón, un terraplén arrastró el vehículo que conducía sacándola de la carretera.

Cuando se percató, la joven maestra se vio dando vueltas y vueltas por un guindo de unos 45 metros.

Testigos del hecho dieron por fallecida a la ocupante del vehículo blanco JAC S2. La acumulación del barro sobre el carro y su posterior caída al barranco presagiaban lo peor.

Pero la maestra de 31 años pudo sobrevivir y contar su experiencia.

Regreso casi se convierte en tragedia

Graciela Bastos se tomó esta foto el 22 de julio por la mañana. ¡Qué lejos estaba de imaginarse el suceso que estuvo a punto de convertirse en tragedia. (cortesía Eny Díaz)

La maestra de la escuela Juan Vásquez de Coronado, en Aguacaliente de Cartago, estuvo unas horas en recuperación en el hospital (Cotesía Eny Díaz)

Su madre le había pedido que no regresara ese día. Llovía copiosamente en Turrialba y era conocido que los derrumbes podían afectar el tránsito en carretera.

Pero Graciela volvió de las clases que imparte en la escuela Juan Vasquez de Coronado, en Aguacaliente de Cartago, junto con dos compañeras.

Su plan era dejar a ambas de camino y continuar a su casa antes de que se dieran cierres en las calles y así estar junto con su familia.

“Salí a las 5:40 p.m. para Turrialba. Dejé a una compañera en Cervantes y a la otra en La Victoria, a pocos metros de ahí había una presa y el tránsito estaba detenido.

Pese a lo aparatoso del accidente, Graciela solo tuvo unas leves heridas (Cortesía Eny Díaz)

“De un pronto a otro, yo solo vi por las ventanas y por el parabrisas que se vino una gran cantidad de barro contra el carro. Luego sentí donde me arrastró, y cuando me di cuenta fue que empecé a dar vueltas mientras caía”.

Una vez que el carro detuvo su caída, Graciela se percató que el carro estaba totalmente volcado y ella estaba de cabeza. Se quitó el cinturón de seguridad y cayó en el techo del carro. A tientas se encontró su teléfono celular y con él intentó alumbrarse porque estaba demasiado oscuro.

Trató abrir la puerta, pero no pudo. Se desesperó y empezó a gritar. Pero las ganas de vivir y el recuerdo de su abuelito, fallecido hace pocos meses, le dieron las fuerzas que le faltaban.

“Empecé a patear para abrir alguna puerta del carro y empecé a rogarle a Dios y a papi (su abuelito). Al fin, de una patada logré abrirla.

“Ya fuera, estaba con heridas en mis rodillas, y sin saber cómo subir. Cerca había una catarata y vi como se iba llenando poco a poco por lo que tenía que subir como fuera.

“Empecé a decir, papi, por dónde subo. Y en eso me encontré un árbol y ahí me subí. Luego empecé a dar gritos por ayuda. Francamente no creí que me fueran a escuchar, pero al rato vi unas luces. Eran los rescatistas que me habían encontrado”, narró la educadora.

Para su fortuna, el conductor que venía detrás de ella pudo dar aviso para que llegaran los cuerpos de rescate, que pudieron sacarla cerca de las 8 de la noche. En medio de un tremendo frío, bajo un fuerte aguacero y ya con síntomas de hipotermia.

Agradeció a sus rescatistas Dionisio y Erick que le ayudaron a salir, pero principalmente a Dios por estar viva.

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Situación difícil para turrialbeños

Pese a las pérdidas materiales, Graciela está agradecida por seguir con vida y en condiciones para recuperar lo perdido.

Así como ella, centenares de turrialbeños tuvieron grandes pérdidas por los aguaceros que empezaron a afectar al cantón desde el jueves y que mantienen a la comunidad en alerta roja.

La principal afectación ocurrió el jueves 22.

Decenas de viviendas a la orilla de los ríos Turrialba y Colorado sufrieron una gran afectación (Archivo)

Los desbordamientos de los ríos Colorado y Turrialba afectaron locales comerciales y casas en el mismo centro de la ciudad, que apenas este lunes hace recuento de los daños.

A la fecha se han presentado 320 incidentes y hay más de 100 personas en distintos albergues.

Hasta el momento se han detectado 39 centros educativos con problemas en el cantón. Las clases están suspendidas mientras se mantengan las condiciones de alerta roja para la zona.

El Club de Leones y la Municipalidad de Turrialba se organizaron para la recolección de víveres y depósitos bancarios o a través de SinpeMóvil.

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