Sergio Arce
Saray, la polémica concursante que salió expulsada esta semana del programa MasterChef España al presentar un platillo con una ave muerta sin desplumar, es gitana y hasta hace unos años era Juan Carrillo.
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Tiempo atrás, Carrillo participó en dos ediciones del programa de Antena 3 llamado Casados a primera vista. En su primera incursión el otrora hombre y educador social se casó con un estilista sin saber nada de esta persona, pero la unión no funcionó.
La producción del espacio quedó tan encantada con Jesús que lo invitó a la siguiente edición, pero como comentarista.
Captura de pantalla de Atresmedia.
Ahora, esta persona oriunda de Córdoba regresó a la pantalla chica pero como Saray, donde el lunes fue expulsada de tal manera que el sindicato de Radio Televisión Española se quejó de la manera en la que fue sacada y le pidió a la producción que se disculpara con ella.
“A CCOO en RTVE no le alegran los índices de audiencia en TVE si para obtenerlos se vulneran las normas del respeto a las personas y a los principios que las construyen… Saray, una persona que debe ser cuidada y protegida dadas las especiales circunstancias que la conforman como persona”, reza el comunicado de prensa publicado por el diario La Vanguardia.
Agrega: “Saray es mucho más que una perdiz puesta en un plato, es mucho más que una concursante a la que puedes maltratar y hacer de ese maltrato un objeto para mejorar la audiencia”.
¿Qué fue lo que pasó con Saray?
En el episodio del 4 de mayo Saray se negó a a desplumar y cocinar un grouse, un ave de caza icónica en países como Inglaterra. Y presentó el ave sobre una cama de puré de vegetales.
Los jueces calificaron de «grave error» haber aceptado a la joven dentro del reality de cocina.
“Entiendo que no quieras cocinar, que te rindas, lo entiendo todo, pero que hagas este producto no tiene justificación”, expresó Jordi Cruz, uno de los tres jueces. Los otros dos son Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nájera.
Mientras los jueces hablaban y descargaban su enojo e impotencia los demás concursantes no podían ocultar su asombro mezclado con molestia.
La concursante -quien lucía un delantal negro en señal de que estaba nominada- intentó justificarse, pero fue callada de inmediato.
“No he acabado de hablar. Ni se te ocurra abrir la boca porque no tienes nada que decir, porque nos hemos equivocado terriblemente contigo y me sabe mal y es la vez que más nos hemos equivocado a la hora de dejar entrar a alguien por esa puerta en ocho años”, agregó.
Saray salió el programa y dijo sentirse «descargada» y justificó que le da «repugnancia pelar un pájaro de esos”.
“La verdad es que me encuentro bien, porque me encuentro liberada; ya me voy de aquí porque me voy para mi casa y feliz y contenta por estar con los míos. Pienso que no le he faltado el respeto a nadie, en lo absoluto. Pa’ mi casa me voy. Tampoco hay un drama, no es el fin del mundo, ni se ha muerto nadie”, justificó ella.
Cuando se retiró del programa ninguno de los demás aspirantes se despidió de Saray, ni los que estaban a salvo en el balcón ni los demás sentenciados.
