375 años eran dignos de ser celebrados así: con música, arte, retahílas y con un remozamiento que asegure seguir siendo un símbolo en la historia de Costa Rica.
Tras meses de intervenciones, a la iglesia colonial de San Blas de Nicoya no se le notan los terremotos, los incendios y ni que data de 1664.
La reapertura de la estructura formó parte de las celebraciones por los 195 años de la Anexión del Partido de Nicoya y permitirá a quienes lo visiten de ahora en adelante conocer el interior de la estructura y otros detalles de sus bases mediante las “ventanas históricas”, que permiten ver las bases del edificio.
¢670 millones de inversión
En el acto de reapertura participaron las autoridades de Gobierno, municipales y eclesiásticas, quienes compartieron mensajes de alegría por Guanacaste, que pasaron a segundo plano cuando un retahilero apareció en escena.
Los gritos tradicionales inundaron entonces el ambiente, mientras en las paredes del templo se proyectaban los bailes folklóricos que caracterizan a la zona.
En la fachada también destacaba el bajo relieve que dice la frase más simbólica de la iglesia: ¡VIVA BLAS!
La ministra de Cultura Sylvie Durán señaló que el patrimonio es parte de activos únicos que “nos aporta memoria, valores de convivencia, orgullo, sentido de pertenencia y sentimientos compartidos”.
El antiguo edificio se mantuvo cerrado por casi siete años. El Gobierno resaltó la inversión de ¢670 millones por parte del Centro de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ).
En el 2013 se realizó una intervención paliativa de ¢37,5 millones) y en 2014 se contrató el diseño de reforzamiento estructural por ¢8,5 millones). La rehabilitación incluyó tres etapas de reforzamiento estructural.