Berlioth Herrera
El 1° de mayo de 2019 se publicó la primera edición de El Observador, un medio nativo digital que desde su origen se ha comprometido con el ejercicio de un periodismo responsable, serio y equilibrado, y con la misión de contribuir al fortalecimiento de la democracia y la libertad.
Otro de nuestros pilares es servir como una ventana para los sectores productivos del país. Nos referimos a todos, independientemente de su tamaño o especialización. Incluimos a todos aquellos que, con su trabajo, esfuerzo, ideas, capital e ingenio, contribuyen a crear oportunidades y generar riqueza, haciendo así a Costa Rica más grande y próspera.
Con este norte hemos trabajado todos los días de estos últimos 5 años, porque la noticia no conoce horarios, ni fronteras, ni feriados. Por esto hoy, en el Día internacional de los Trabajadores, lo celebramos trabajando y con profundo agradecimiento para todos quienes hacen posible El Observador. Gracias a nuestro equipo de trabajo, hombres y mujeres apasionados de su profesión, a nuestros directores, nuestros anunciantes, a aquellas personas que son nuestra fuente informativa y por supuesto, ustedes, nuestros lectores y a quienes nos debemos.
Al cumplir 5 años miramos atrás con un tremendo orgullo y satisfacción. Comenzamos aquel 1º de mayo una labor de hacer nuestro trabajo, darnos a conocer y poco a poco ir conquistando ese tesoro que se llama confianza.
Arrancamos y curiosamente, desde el día uno, enfrentamos ataques y cuestionamientos. No había sido publicada la primera edición y ya existían rumores, seguro muchos muy mal intencionados, de si nacimos para tal o cual objetivo, por supuesto alejado de la verdad. Todo ese cotilleo que se usa, no con el propósito de ayudar o hacer crecer sino de hundir.
Nos prestamos atención y continuamos concentrados en nuestra misión, trabajando con aplomo, honestidad y responsabilidad.
Pero, no había pasado mucho tiempo, ni siquiera habíamos cumplido un año y nos tuvimos que enfrentar a la pandemia del covid-19 y todo lo que implicó.
No nos escapamos del golpe económico y tuvimos, como la gran mayoría, que hacer una reingeniería para poder sobrevivir. Cambiamos nuestros hábitos laborales, se ajustaron jornadas y redoblamos esfuerzos para continuar.
Logramos superar el embate de la pandemia para seguir adelante en una coyuntura internacional difícil para las empresas de comunicación.
Nuestro compromiso con el periodismo, con la sociedad, con la democracia, con la transparencia y la rendición de cuentas, siguen siendo nuestra brújula y de la misma manera que vemos lo que ha pasado hasta hoy con satisfacción, también miramos al futuro con profunda ilusión y con gran responsabilidad.
Las condiciones para los medios de comunicación han cambiado y durante los últimos años estos procesos se agudizaron, La llamada democratización de la información, el auge de las plataformas y las redes sociales, alteraron de manera dramática el negocio de los medios de comunicación y la forma como se venían haciendo y presentando las noticias.
Grandes medios y grandes empresas entraron en crisis profundas, a la vez que emergieron miles, millones en todo el mundo, de opciones informativas.
El click y el like se sentaron en las sillas del rey y la reina, y los contenidos más light comenzaron a ganar terreno, conforme conquistan más likes y más clicks.
Los periodistas formados por años en aulas universitarias empezaron a sentirse desplazados por quienes tomaban auge al frente un teléfono celular.
Estas condiciones son solo parte de lo que está impactando el mundo de las noticias y no cesa, continuará, pero es aquí donde sigue siendo vital el periodismo serio, responsable, balanceado y apegado a valores.
En este mundo ruidoso y lleno de falsedades y manipulación, el periodismo de verdad seguirá siendo luz
Los medios informativos, por más que veamos empinado el camino, no podemos renunciar a nuestra misión de educar de la misma manera que no podemos claudicar frente a las campañas de desinformación, amedrentamiento y desprestigio por quienes se sienten de alguna manera amenazados por la prensa.
El escenario es retador y de eso no queda la menor duda pero nos llama, más que nunca, a ser más creativos e innovadores, apegándonos a los valores más tradicionales.
Porque lo cierto es que el público es inteligente, sensato y sabe valorar la buena información. Esa seguirá siendo nuestra apuesta: periodismo de calidad.
Esto es lo que vemos con ilusión y lo que nos sigue moviendo cada día.
Gracias nuevamente a usted amigo lector.
