Desde la Columna
Nunca antes la sostenibilidad había sido tan importante para las organizaciones como lo es en la actualidad. Los esfuerzos que se realizan están lejos de ser un tema de “estar a la moda”, realmente se desprende de un compromiso por preservar nuestro hogar, el planeta Tierra, ya que, según un estudio de la Universidad de Oxford, más de una quinta parte de las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) del mundo proceden del sector agropecuario. Por otro lado, también resulta fundamental mejorar las condiciones y capacidades de los colaboradores que forman parte de estas organizaciones.
En los últimos años ha aumentado la necesidad de desarrollar empresas que estén alineadas con la sostenibilidad y que representen sistemas alternativos de agricultura que se ajusten a las necesidades de una sociedad actual que exige formas de producción mucho más amigables con el ambiente y con un menor impacto negativo en los recursos naturales y la sociedad, pero que también sean económicamente efectivos.
Desarrollar empresas sostenibles, comprometidas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas ofrece beneficios y ventajas para todas las partes involucradas. En el caso puntual de la Liga Agrícola Industria de la Caña (Laica) los esfuerzos que han sido realizados a lo largo de los años han permitido el desarrollo desde alianzas con instituciones internacionales hasta la ejecución de programas especializados. Ejemplo de esto es la Red de Mujeres Cañeras de Costa Rica, donde se busca generar un punto de contacto entre la organización y las 2.304 productoras de caña de azúcar a nivel nacional para fomentar su capacitación empresarial y aportar a la equidad y el fortalecimiento de género.
Sin duda alguna, lograr establecer una producción sostenible en el sector agro de Costa Rica es un gran reto lleno de muchas posibilidades. En la producción de caña de azúcar los logros obtenidos han sido posible gracias acuerdos sectoriales tomados después de muchas sesiones de trabajo y que están plasmados en el Protocolo de Sostenibilidad del Sector Cañero Azucarero para alinear las acciones conjuntas e individuales de cada uno de los actores del sector.
Esto contempló un análisis de materialidad para identificar los temas que se deben gestionar a lo largo de la cadena de producción para que de esta forma se generen proyectos nacionales enfocados a la prevención del trabajo infantil, reducción de las emisiones de gases efecto invernadero, equidad de género, programas de asistencia y fortalecimiento de las unidades productivas de los pequeños y medianos productores, entre muchos otros.
Sin embargo, un estudio realizado por la empresa consultora Deloitte demuestra que actualmente las empresas dedicadas al agro enfrentan tres grandes retos relacionados entre sí. En esto destaca: lograr el aumento de la productividad para cubrir la demanda de alimentos de la población y garantizar una seguridad alimentaria de manera sostenible, fortalecer la resiliencia ante los efectos del cambio climático, así como contribuir para disminuir el incremento de 1.5°C en la temperatura media global, de acuerdo con los objetivos del Acuerdo de París 2015.
Está en las manos de cada una de las industrias ejecutar acciones que aporten a la reducción de la huella de carbono, así como velar por ofrecer a las personas oportunidades de crecimiento, equidad y educación con miras a poder contar con un país que se ocupa de las necesidades y demandas ambientales, económicas y sociales. De la intención a la acción existe una brecha muy grande que se debe reducir mediante la implementación de políticas de sostenibilidad que generen prácticas e implementaciones para un cambio.
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