Retina Económica

Alto costo y escasez de fertilizantes ponen en riesgo producción agrícola de Costa Rica

por Rodrigo Díaz
Observador CR

Fabián Segura, un productor de papas y cebollas, solía comprar los sacos de fertilizantes, como el nitrato de amonio, en aproximadamente ¢10.500, o bien, el abono 10 30 10 (nitrógeno, fósforo y potasio) en ¢14.000 hace un año.

Hoy, esos mismos sacos de insumos agrícolas cuestan ¢34.000 y ¢38.000, respectivamente.

Y si se toma en cuenta que se ocupan varios sacos por cada hectárea de siembra, para un agricultor los costos de producir se dispararon.

La situación se complica para quienes, como don Fabián, producen hortalizas cuyo precio ha estado a la baja, pese a los altos costos en los combustibles, transporte e insumos agrícolas.

En el caso de los fertilizantes, al igual que los combustibles, son bienes importados por lo que el país no tiene mayor control de su precio.

Costa Rica compró en el 2020 $56,3 millones en abonos minerales o químicos, según la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (Sepsa).

Algunos hechos ya habían elevado los precios. A las sanciones impuestas a Bielorrusia en el 2021, gran productor de fertilizantes, por temas políticos y la crisis de los contenedores se sumó el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania.

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¿Posible escasez?

En otras latitudes, además del alto precio, la preocupación es por la eventual escasez de la materia prima para los fertilizantes.

Todos los hechos ya mencionados más acciones de países, como China, que podrían sus ventas al mundo no harían más que exacerbar el problema.

Sin embargo, por lo menos en el corto plazo, no se prevé que escaseen los fertilizantes.

“Si bien los costos para comprar e importar fertilizantes a Costa Rica han subido considerablemente, el abastecimiento se ve, por el momento, estable”, comentó Kenlly Alfaro, directora ejecutiva de la Asociación de Formuladores y Comercializadores de Agroinsumos de Costa Rica (Asoagro).

Alfaro añadió que pese a las sanciones a Bielorrusia y Rusia (países de los que procede el 30% de los fertilizantes), Costa Rica puede echar mano a otros mercados, y los importadores están atentos a ello.

No obstante, Federico Lizano, presidente de la Cámara de Insumos Agropecuarios (CIA), sí considera que ha habido una merma en los insumos.

A los casos mencionados del mercado internacional, el representante añadió los problemas en la importación a causa del hackeo en los sistemas del Ministerio de Hacienda y que obligó a apagar los sistemas automatizados en Aduanas.

“En algunos casos los fertilizantes no están llegando a tiempo para que los apliquen los agricultores o en otros llegan en menor cantidad de lo requerido.  Esto puede afectar la productividad de los cultivos y aumentar el costo al consumidor”, aseveró Lizano.

Es por ello que Alfaro señala que si la situación se complica, se deberá recurrir al apoyo del Estado. Esto sería “para avanzar proactivamente en los procesos de importación y registros que permitan mantener el abastecimiento en el país”, puntualizó la vocera.

Consecuencias en la producción

Segura dice que, por el momento, no piensa bajar la cantidad recomendada para sus cultivos.

No obstante, reconoce las dificultades que tiene para asumir precios cada vez más altos en el abono y sin posibilidad de crédito, ya que las compras de este producto se hacen de contado.

“Algunos productores tendrán que mermar la cantidad, y buscar las opciones de fertilizantes orgánicos pero tampoco hay tanto que se pueda usar. Hay que hacer ajustes, pero la idea es no bajar el rendimiento de producción porque también nos afecta en los ingresos”, apuntó el productor.

La misma preocupación manifestó Rigoberto Vega, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura. Opinó que al fertilizar en menor cantidad bajaría la producción. Otros podrían estar sembrando menos por el alto costo de los fertilizantes.

Similar opinión tiene el ingenerio agrónomo David Bazil, quien dice que ha notado que incluso algunos agricultores pequeños que no estaban preparados para esta escalada de precio, decidieron abandonar la agricultura y buscar otra actividad.

La situación no solo afecta a quienes producen hortalizas con precios bajos en el mercado.

También perjudicó a los que su producto subió de precio. Esto les sucedió justamente a los productores de palma aceitera.

Aunque el precio internacional subió entre cuatro y cinco veces, muchos de los productores no pudieron obtener un gran beneficio. Esto porque al no aplicar fertilizantes y otros agroquímicos en sus cultivos, la producción fue baja.

El temor es que otros agricultores hagan lo mismo y esto genere un problema en cadena.

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Ya ocurre en otros países. Según el medio colombiano, El Espectador, el menor uso de fertilizantes en Brasil y África Occidental tendrá una importante caída en los rendimientos de la soja, el arroz y el maíz, productos de alto consumo a nivel mundial.

Si los precios de los insumos agrícolas continúan subiendo, las consecuencias en la producción serán devastadores pues no solo será un tema de precio, sino también de que no habrá productos para llevar a la mesa de los costarricenses.

¿Qué pueden hacer los agricultores?

Reducir área de sembrado y optar por abonos orgánicos como complemento. Estas son alternativas que han estado empleando los agricultores para sobrevivir, de acuerdo con el criterio de Bazil.

“Esto permitirá que el capital de trabajo les alcance para dar mejor asistencia y mantenimiento a lo poco que logran sembrar”, comentó.

Como el abono está a precios poco accesibles, el ingeniero recomendó a utilizar agricultura de precisión, lo que significa un mejor aprovechamiento de los recursos y aplicar realmente lo que necesita la planta.

“Otra estrategia es combinar el fertilizante químico con los insumos que pueden producir en sus propias fincas, reciclando mejor la materia orgánica y comprar materiales que ayuden a mejorar las condiciones del suelo de modo que mantenga una fertilidad natural y que el aporte del fertilizante sea un apoyo para que la producción se mantenga con buenos rendimientos”, puntualizó Bazil.