Es una escena constante de todas las Asambleas Legislativas: varios diputados rompen lazos con el partido que los llevó a la curul y se declaran “independientes”. Pero esa historia estaría cerca de acabar.
Partidos tan disímiles como Restauración Nacional y Acción Ciudadana (PAC) – que han llegado a perder la mitad de sus fracciones – unieron esfuerzos para impulsar una reforma constitucional, que deje fuera del Congreso a quienes se separen de su bancada.
Con el proyecto, el artículo 106 de la Constitución Política tendría un nuevo párrafo que estipulará:
Las diputadas y los diputados que, durante el ejercicio de su cargo, se separen o renuncien al partido político por el que fueron electos, perderán sus credenciales y la respectiva vacante será suplida conforme a las disposiciones vigentes en materia electoral
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Casi inamovibles
Según la legislación actual la única manera de sustituir un diputado, es que este muera o renuncie voluntariamente a su cargo.
De lo contrario, cada legislador es poseedor de su silla y puede seguir en ella aunque se separe de sus compañeros.
En las últimas legislaturas se registran casos como:
- 2002-2006: de la primera fracción del PAC salen seis de los 14 diputados originales, quienes forman el grupo “Bloque Patriótico Parlamentario”.
- 2006-2010: Andrea Morales renuncia al PAC por desacuerdos en la oposición al TLC con Estados Unidos.
- 2014-2018: tras meses de peleas y en medio del escándalo por la importación de cemento chino, el hombre de confianza de Luis Guillermo Solís, Victor Morales Zapata deserta de la fracción del PAC. Se declararon independientes también Carlos Hernández del Frente Amplio y Carmen Quesada del Movimiento Libertario.
- 2018-2022: tras el éxito repentino de Restauración Nacional, de sus 14 diputados quedaron únicamente seis, pues el resto fundó Nueva República junto a Fabricio Alvarado. La legisladora Floria Segreda regresó meses después al grupo.
Con el cambio normativo, dichas figuras habrían quedado fuera del parlamento y su lugar sería ocupado por quienes les seguían en la papeleta, garantizando así que los partidos tendrían siempre a fichas de su confianza.
El fenómeno conocido también como “transfuguismo” molestó a los legisladores proponentes.
“Los daños causados por el transfuguismo lesionan en primer lugar y con mayor intensidad al electorado”, plantearon en el proyecto de ley.
Según los impulsores también se dan repercusiones en los partidos políticos y se altera la dinámica del Poder Legislativo.
Proceso extenso
Por tratarse de una modificación a la Carta Magna el proyecto en cuestión tiene un proceso más complejo.
Primero deberá ser leído tres veces en el Congreso. Este miércoles se hizo por segunda vez. El 8 de octubre se hará por tercera ocasión.
Luego deberá recibir al menos un debate antes del 30 de abril y ser incluido en el mensaje presidencial del 2 de mayo.
Completado ese ciclo recibirá dos debates más y la firma de Carlos Alvarado, lo que haría efectiva la propuesta.