El proceso de vacunación contra el covid-19, realizado por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) aún presenta falencias. Una de las debilidades detectadas es la entrega de más dosis de las requeridas en algunos centros de salud.
Así se desprende de un reciente informe elaborado por la Contraloría General de la República (CGR) en el que se analizó temas relacionados al despliegue, disponibilidad y aplicación de los biológicos.
Le corresponde al Programa Ampliado de Inmunización (PAI) entre otros, la programación y planificación semanal de las entregas, así como de la asignación de vacunas.
A criterio de la entidad fiscalizadora, el PAI no consideró si los centros vacunatorios ubicados en zonas alejadas requerían algún tipo de flexibilidad en las estrategias para la aplicación de la vacuna, con el objetivo de captar mayor población a inmunizar.
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“Además, se observan debilidades en la entrega de dosis, dado que en ocasiones superan la capacidad instalada del centro vacunatorio.
“Por otro lado, aún cuando el PAI entrega la cantidad de vacunas acorde con la capacidad operativa del centro de salud, algunos de estos centros vacunatorios carecen de planes de contingencia para la aplicación de las dosis asignadas por ausentismo”, se desprende de la evaluación contralora.
Manuel Corrales, gerente de Desarrollo del Bienestar Social de la CGR, manifestó que las deficiencias detectadas se dan en materia de planificación y operativa de la CCSS en el proceso de inmunización.
Sin control
Dentro de la lista de fallas en materia del proceso de inmunización, la CGR agregó que:
No se tiene evidencia de que el nivel central ejerza un control adecuado de la capacidad instalada que posee cada centro vacunatorio en materia de infraestructura, insumos, conocimiento del personal en tecnologías de información y disponibilidad de equipo de cómputo, acceso a internet y condiciones para el traslado de las vacunas.
“Dentro de este contexto, por ejemplo, en las regiones Brunca, Central Norte, Huetar Atlántico y Huetar Norte, los equipos vacunadores fuera de la sede no disponen de cobertura de internet, lo que impide la verificación en línea de la condición de los pacientes y el registro de la aplicación de la vacuna.
En este caso, aunque dispongan del recurso tecnológico no es posible utilizarlo debido a esta limitante”, añade el informe contralor.
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Otras fallas
- No se consideró si los centros vacunatorios ubicados en zonas alejadas requerían algún tipo de flexibilidad en las estrategias para la aplicación de la vacuna, con el objetivo de captar mayor población a inmunizar
- En algunas Áreas de Salud se deben mejorar las coordinaciones público-privadas para aligerar el proceso de inmunización y concientizar a la población de la importancia de vacunarse
- Se requiere que la información relacionada con la vacunación llegue a todo tipo de habitantes, con diferente nivel educativo, condición social o condiciones especiales de comunicación, como la población indígena o personas con discapacidad.
- Se necesita definir una estrategia con los patronos para mejorar el acceso de los trabajadores a la vacuna, inclusive vacunando directamente en los centros de trabajo.
- Sobre la dispersión geográfica de los centros vacunatorios, el no considerar algún tipo de flexibilidad en las estrategias para la aplicación de vacunas en zonas alejadas podría afectar negativamente las propiedades del biológico y por consiguiente el desperdicio de vacunas.
“En consecuencia, la falta de control sobre la capacidad instalada de los centros vacunatorios, limita el apoyo de otras disciplinas en el proceso de vacunación y genera desmotivación en el personal vacunador, debido a las fuertes cargas de trabajo por la extensión en las jornadas laborales, lo que propicia recargo de funciones y ocasiona agotamiento físico y mental en el personal que apoya el proceso de inmunización y hasta altercados con los usuarios”, refiere la CGR.
El Observador solicitó una reacción de la CCSS al respecto, la cual se encuentra en trámite al cierre de esta nota.