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Fallout: una serie que la hace destacar de las demás y que atrapa sin remedio

Cualquier espectador puede adentrarse en la serie sin haber tenido ningún contacto previo con el videojuego.

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Tiempo de Lectura: 4 minutos
Fallout: una serie que la hace destacar de las demás y que atrapa sin remedio
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Popcorn506 para El Observador

Para muchos es un mundo desconocido, pero el gaming está ahí, y cada vez está más presente. En las últimas décadas, la industria de los videojuegos no ha dejado de crecer y su influencia se deja notar tanto que hasta aparecen en películas y series.

Perdón, no queríamos decir eso. Es que, en realidad, hay muchas películas y series basadas directamente en los videojuegos más famosos.

Esto son buenas noticias en el sentido de que llega aire fresco, historias originales, nuevos personajes. Y, sobre todo, son buenas noticias porque al derivar de productos ya testados y exitosos, el respaldo económico con el que cuentan es enorme.

Por lo tanto, hay más posibilidades de que el resultado sea positivo. Ya lo vimos no hace mucho con The Last of Us y, ahora, lo tenemos de nuevo con Fallout, una serie que cumple con lo que promete.

Una premisa que resulta familiar

Fallout comienza de un modo que no resulta tan rompedor como efectivo. En un momento normal, cotidiano, como el que estamos viviendo justo ahora mismo, comienza a suceder una serie de explosiones nucleares que terminan con la sociedad tal y como la conocemos.

Las personas se tienen que refugiar en comunidades en el interior de la Tierra y el exterior está tan contaminado como agreste, pero, sobre todo, desconocido.

Esta premisa, que puede parecer manida, en realidad es la puerta hacia un mundo lleno de posibilidades. Literalmente, es así en el videojuego.

Pero aquí, aunque la narrativa ya esté determinada por parte de los guionistas y no tengamos tanta libertad como en su medio original, sigue siendo fascinante.

Los personajes principales aquí son tres, tan distintos cada uno entre ellos como fascinantes. La que primero nos engancha es Lucy, habitante de uno de los refugios de lujo que se ve obligada a salir al mundo exterior.

También encontramos rápidamente a Maximus, miembro de una de las comunidades religiosas que, en este caso, sienten devoción por la tecnología.

Y, por último, Ghoul, un necrófago resultado de la mutación de un ser humano después de la radiación de las bombas, que habita en el exterior.

Sus acciones y relaciones son las que van dirigiéndonos durante estos primeros capítulos, en los que el tiempo se pasa volando, tanto por la fluidez de su narrativa y la continua sorpresa que nos va cubriendo.

Y es que, aquí, es todo nuevo y todo está tan bien distribuido que uno ni se cansa ni se aburre ni se satura.

¿Hace falta conocer los videojuegos?

Seguro que esta es una cuestión que preocupa a muchos. Y la respuesta es clara y sencilla: NO. Cualquier espectador puede adentrarse en la serie sin haber tenido ningún contacto previo con el videojuego e, incluso, sin haber escuchado ni leído nada acerca de sus tramas y personajes.

De hecho, son más los conocedores de los videojuegos que se han mostrado relativamente escépticos ante esta serie. Es normal, porque el nivel de los juegos es altísimo y el nivel de admiración que mantienen desde hace años conlleva grandes exigencias posteriores.

Pero, siendo honestos, la serie es lo suficientemente generosa con los gamers como para estar repleta de guiños, respetar los códigos básicos de las tramas y, además, adaptarse al medio televisivo a la perfección.

Esto es, a través de personajes bien definidos, que son capaces de ir mostrando matices en buenas dosis y esto enriquece al total de la producción, ya que mantiene el interés general incluso cuando parece que, en conjunto, apenas se avanza, apenas pasa nada.

Un tono que marca la diferencia

En general, y como decíamos al principio, la calidad es muy buena, porque la producción está respaldada con recursos. También se percibe la mano de Jonathan Nolan, quien tiene las habilidades y el talento necesario para hacer brillar los retos más exigentes, como éste.

En esto también se incluye uno de los aspectos que más podría preocupar a propios y extraños, que es el tono de la serie.

Y es que estamos ante una producción que ha sabido combinar a la perfección puntos de acción, de emoción, de drama y de humor.

Un humor negro, todo hay que decirlo, que resulta perfecto a la hora de transmitir lo que los personajes y las situaciones de Fallout necesitan.

Series de ciencia ficción hay muchas. Distopías, mundos apocalípticos, mutantes, robots… Por eso, la receta que han preparado aquí está tan cuidada que convierte a Fallout en una serie con un punto especial, distintivo, que la hace destacar de las demás y que atrapa sin remedio. Tanto es así que, pocos días después de su estreno, ya se ha confirmado su segunda temporada. Esto es éxito de verdad.