Josué Alvarado
La cantidad de personas con trabajo ha disminuido desde octubre de 2022, según los datos más recientes de la Encuesta Continua de Empleo, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), con corte a febrero pasado.
De manera simultánea, el número de personas desempleadas también ha disminuido paulatinamente.
Aunque parezca contradictorio, esto es posible por un motivo: para que una persona sea contabilizada como desempleada debe estar en busca de trabajo. Si está en edad de trabajar, pero no tiene empleo y tampoco lo busca, entonces deja de ser parte de la Fuerza de Trabajo.
Ello explica la caída en ambos indicadores y evidencia un deterioro del mercado laboral, de acuerdo con expertos de la Universidad de Costa Rica (UCR) y el Programa Estado de la Nación (PEN) consultados por El Observador.
Disminuye la Fuerza de Trabajo
La Fuerza de Trabajo es un indicador que suma a todas las personas que están ocupadas y aquellas que no tienen un empleo pero lo están buscando activamente.
Quedan fuera de ese grupo quienes no trabajan y no buscan empleo; muchos de ellos son pensionados, rentistas, estudiantes, personas con discapacidad para trabajar y quienes realizan oficios del hogar o de cuido sin remuneración, entre otros.
También excluye a quienes ya no tienen recursos para ir a buscar un empleo o se cansaron de hacerlo (desalentados).
Para el trimestre comprendido entre diciembre 2022 y febrero 2023, la Fuerza de Trabajo de Costa Rica se calculó en 2.406.495 personas.
Exceptuando el periodo de la pandemia, esta cifra es una de las más bajas desde el año 2018. En contraposición, la población que está Fuera de la Fuerza de Trabajo ha ido creciendo.
En febrero del 2023 dicha población ascendía a 1.721.718 personas, la cifra más alta desde el 2017.
Esta población no genera recursos, por lo que depende de otras personas para subsistir.
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Así las cosas, durante los últimos meses el desempleo ha disminuido porque las personas ya no están disponibles para trabajar o se cansaron de buscar un puesto. No porque haya más población ocupada.
Natalia Morales, investigadora del Programa Estado de la Nación, explica que se trata de la "destrucción" de puestos de trabajo.
52.309 puestos de trabajo destruidos
Para el trimestre agosto, setiembre y octubre del 2022 la población ocupada era de 2.195.192 personas.
Desde entonces la cifra ha disminuido todos los trimestres móviles analizados por el INEC hasta llegar a 2.142.883 personas para el periodo comprendido entre diciembre 2022 y febrero del 2023.
Es decir, había 52.309 personas ocupadas menos.
Esto no se reflejó en las cifras de desempleo porque estas personas no solo se quedaron sin trabajo, sino que también dejaron de buscarlo. Ocurre lo mismo con los trabajadores independientes que deciden no seguir con su negocio.
"Hay menos personas disponibles para trabajar y menos personas generando ingresos autónomos dentro de la economía nacional. Tiene un impacto importante a nivel de producción y las personas", señaló la investigadora Morales.
"Uno podría decir que ya estamos generando más oportunidades de empleo, tenemos más puestos, pero no. Porque si hay menos personas buscando trabajo quiere decir que el desempleo puede estar disminuyendo a costas de esa salida temporal de las personas y no que efectivamente encontraron empleo", añadió.
Excluidos de un trabajo formal
Para febrero del 2023 el número de personas desempleadas llegó a 263.612.
Esta cifra fue la que el Ministerio de Economía Industria y Comercio (MEIC) celebró a través de un comunicado de prensa, debido a que es la más baja desde junio del 2018.
Además, el grupo fue mucho menor que para el mismo periodo del año anterior, cuando eran 322.264 desempleados.
Sin embargo, lo anterior no se tradujo en un aumento de las personas con empleo, sino en un alza de la población Fuera de la Fuerza de Trabajo.
"El tono optimista que tomó el MEIC es parcialmente cierto, pero parcialmente limitado (...) Los que se están quedando excluidos son las personas que no tienen las calificaciones para encontrar un trabajo formal", dijo el investigador del Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica (CCP-UCR), Gilbert Brenes a El Observador.
Los registros del INEC señalan que la población que más ha crecido de agosto del 2022 a febrero del 2023 dentro de la categoría Fuera de la Fuerza Laboral es la que está "No Disponible" para trabajar.
Incluye a quienes no desean laborar, a quienes tienen limitaciones por edad o una discapacidad, tienen obligaciones en el hogar (tarea que la sociedad impone sobre las mujeres), responsabilidades personales, por enfermedad o la época.
El número de "No Disponibles" aumentó de 1.507.839 personas en agosto a 1.621.910 en el trimestre diciembre, enero y febrero. La diferencia es de 114.071.
Siete de cada 10 personas que cayeron en esta categoría durante el último semestre son mujeres.
"No se ha podido recuperar"
El investigador de la UCR explicó que la disminución en la Fuerza de Trabajo de Costa Rica se reporta desde la pandemia y "no se ha podido recuperar".
En el 2019 esta población alcanzó un volumen de 2,56 millones de personas y cayó hasta 2,28 millones durante la pandemia. Después, se inició un proceso de recuperación hasta alcanzar los 2,47 millones en julio del 2022.
A partir de agosto del año pasado ha disminuido hasta llegar a las 2,4 millones de personas para el periodo diciembre 2022 y enero, febrero del 2023.
Gilbert Brenes dice que el sector formal está prácticamente recuperado, pero el informal está teniendo más dificultades.
"Muchos de ellos no están buscando trabajo o no están haciendo intentos por plantear otro negocio, si no que se están saliendo de la Fuerza Laboral", explicó.
"Uno desearía que una cantidad importante de personas participen en el mercado de trabajo y que esta participación se de en condiciones de un empleo digno", señaló la investigadora del PEN.
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Define condiciones y oportunidades de vida
Para Natalia Morales mayores tasas de participación y ocupación son reflejo de un mercado laboral más fuerte y de más personas generando ingresos para llevar a sus hogares.
Considera que el comportamiento de este mercado define las condiciones y las oportunidades de vida de las personas.
"Más del 80% de los ingresos de los hogares proviene del mercado de trabajo, entonces el empleo y la participación en el mercado de trabajo es clave para mejorar las condiciones de vida tanto de las personas como a nivel nacional", comentó.
